domingo, 17 de mayo de 2020

Otro ¨virus¨que deben combatir las naciones de Latinoamérica

El Covid-19 es un enemigo que debemos enfrentar todos juntos y que vamos a derrotar.

La humanidad ha vencido otras calamidades que han dejado a su paso muerte y destrucción. Dios ilumina a los científicos que siempre terminan elaborando las vacunas y medicamentos apropiados para vencer a las enfermedades nuevas.

No obstante, en medio de la Pandemia, las naciones se enfrentan a otro ¨virus¨ tan letal o quizás más que el Coronavirus. Este virus actúa bajo la sombra, busca pasar inadvertido y tiene un mecanismo de defensa aterrador. 

Este virus que siempre está latente, hace tanto daño como el peor cáncer, porque le quita salud, educación, trabajo y seguridad social a la población más necesitada… y a todos los que pagan impuestos y anhelan un mejor país.

El enemigo que todas las naciones tienen en común, sobre todo, las que están en vías de desarrollo, como las de Latinoamérica y de otras regiones, es la CORRUPCIÓN.
Aseverar que todos los gobiernos son corruptos, sería igual a decir que todos los funcionarios públicos son incompetentes, por lo tanto, NO es cierto este razonamiento.

Pero, si hay funcionarios de todos los niveles, desde el que atiende al público hasta los grandes jefes, que llevan la corrupción en su sangre y no les importa con el bienestar de los demás ni con honestidad ni nada que se le parezca.

La gente corrupta, ha visto en la Pandemia, una ¨abundancia de oportunidades¨ para obtener dinero de manera ilícita. 
Estos delincuentes de ¨saco y corbata¨ tienen gran inteligencia, buena imagen y excelente preparación académica. 
Saben hacer que las cosas parezcan legales, son expertos engañando a la opinión pública, saben contraatacar en forma rápida con acusaciones falsas, son especialistas en la distracción y en la propaganda.
El Estado de Emergencia declarado por la mayoría de países permite la compra directa y el uso de fondos públicos con más flexibilidad en los trámites, como es lógico, para reducir el tiempo de adquisición de los productos y servicios que se necesitan para combatir la enfermedad: Covid-19.

Los funcionarios deshonestos con la complicidad de algunos empresarios, aprovechan tal situación (Pandemia y Estado de Emergencia) para elaborar todo un entramado o red de corrupción en la administración pública.

Por ejemplo, preparan todo un plan para que la cotización de una determinada empresa (la que ellos ya han elegido), parezca la más correcta y de menor costo; así se aseguran de que esta empresa se adjudique el contrato de una obra o prestación de un servicio o producto.
Diseñan en papel empresas nuevas con la finalidad de ganar contratos con el Estado. Cuando se investiga de manera exhaustiva se descubre una relación de amistad o parentesco con algún influyente funcionario estatal.

Presentan el costo más bajo; pero, en la práctica utilizan materiales de mala calidad, no cumplen con todas las especificaciones técnicas, entregan una obra incompleta, entre otras genialidades, con el propósito de incrementar las ganancias que se reparten entre varios, de manera indirecta y sutil.

Suben información y documentos alterados a las páginas web de las instituciones públicas. Contratan a firmas especialistas y expertos en la confabulación, confusión y distracción de las masas, llámese población.
Cuando algunos ciudadanos o medios de comunicación tienen alguna sospecha de que algo anda mal y solicitan a las instituciones una investigación y más transparencia, entonces, los altos funcionarios (acusados) hacen ver que son víctimas de los enemigos políticos y gente mal intencionada.

Aquí no termina todo… También utilizan a las dependencias tributarias y de investigación para amedrentar a los denunciantes y medios de comunicación…
No cabe la menor duda de lo ¨inteligente¨ que son, en la configuración del robo a los fondos del Estado.

Para esos funcionarios públicos que buscan oportunidades para saquear al Estado, las redes sociales y los medios de comunicación son sus acérrimos enemigos.
La Pandemia es ideal para ellos, ¨los delincuentes estatales de saco y corbata¨… ¿Y quién los va a fiscalizar o a investigar como servidores públicos?  Nadie se atreve por miedo a las represalias, a la persecución o al despido.

… Y cuando no pueden esconder más el asunto turbio, sacan a los ¨chivos expiatorios¨.
La ¨corrupción¨ es peor que el Covid-19. Piense en todo lo que se podría hacer con los millones que los malos le roban al estado: compra de medicamentos, implementos hospitalarios y de seguridad para los pacientes y personal de salud, mejoras en los hospitales y centros de salud; más ayuda para la población vulnerable y todos los afectados por el Covid-19, más fondos para las jubilaciones y pensiones; más inversión en educación, tecnología y fuentes de empleo, por mencionar algunas.

Son millones que le pertenecen al Estado y es obligación por Mandato Constitucional, que los Gobiernos administren e inviertan estos fondos en beneficio de toda la población.
Además, los funcionarios públicos que manejan dinero, tienen la obligación legal de dar cuentas en todo momento o cuando la ciudadanía lo exija del manejo de los mismos (transparencia).

Por estas razones y muchas más, se debe destacar la excelente y necesaria labor del ¨periodismo investigativo¨.
Gracias a los periodistas, investigadores y a la gente valiente, que denuncia y exige transparencia a través de las redes sociales y de los diversos medios de comunicación: los funcionarios públicos y empresarios corruptos se tambalean y caen siempre.

¡Nunca olvides!

¨Jamás los corruptos podrán callar ni amedrentar ni derrotar a la gente decente y trabajadora, que representa a la mayoría de una nación¨.



Por: Eric Aragón


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