sábado, 1 de octubre de 2022

Un país pequeño, pero con una gran bendición

No es que sea un paraíso como lo era el Edén en un principio. Tiene una variedad de problemas como cualquier otra nación en desarrollo; sin embargo, cuando se hace una comparación con los demás países se descubre que aún Panamá goza de gran estabilidad económica, social y política.

Por esta pequeña franja de tierra conocida como el “Istmo de Panamá”, tanto los desastres naturales como las guerras y los conflictos extremos pasan de largo…si acaso dejan un leve recuerdo.

“Lo bueno no cae del cielo…” Hay que ganárselo con esfuerzo, sacrificio y constancia. Y este es el caso de Panamá. A pesar de ser un crisol de razas y de no escaparse de algunos problemas sociales, económicos y políticos, la nación panameña está fuertemente unida por la Fe Cristiana y profesa altos estándares de valores morales, principalmente el respeto y la defensa de la familia como se ha conocido tradicionalmente.

El panameño desde corta edad siente la fortaleza que ofrece el amor materno, que es puro e infinito; y está representado por el ejemplo y el amor que demostraba la Virgen María. Por otra parte, el hombre también desempeña un papel importante en su rol de papá. Los hijos panameños lo saben y en su mayoría adoran y admiran a sus padres.

Es sumamente difícil que la sociedad panameña se resigne a los cambios, que están ocurriendo en el mundo desarrollado en materia de familia tal como la conocemos desde la antigüedad.

Por más que se trate de justificar y se busquen todos los argumentos de este mundo, nada ni nadie puede sustituir a la mujer en su proceso natural y bendecido por Dios, para ser mamá.

“Solo de una mamá tal como la conocemos puede surgir una fuente inagotable de vida y de amor puro hacia sus hijos”. Y cuando le sumamos a esta fuente de vida, el amor y el buen ejemplo de un papá, acompañado de la Fe en Dios, entonces tendremos una familia poderosa e invencible, que siempre irá por el camino correcto y hará de este mundo un “mundo mejor”; donde la paz, el amor hacia el prójimo, la sabiduría y la unidad familiar se impondrán frente a tanta maldad, soberbia y agresividad de la sociedad actual, que ha logrado avances tecnológicos inimaginables, pero con grandes deterioros sociales.

Por: Eric Aragón