¡Qué lindo! En una reunión familiar, de amigos; o simplemente, un diálogo con cualquier persona, que son cotidianos en la casa o en lugares públicos, poder expresarnos libremente, sin ninguna restricción; únicamente la que nos impone la prudencia, la moral y la buena educación. “Yo creo que ésto es así…” “Estás equivocada” “No puedo” “Sí lo haré” “Mi opinión es ésta” “No estoy de acuerdo contigo” “Vas por un mal camino” ¡Bueno, mucho gusto hasta mañana!
¡Sensacional! Cuando los estudiantes, en el aula de clases, pueden preguntar, discrepar, opinar o reclamarle una nota al profesor.
Cuando estamos frente a una oferta comercial –que a veces nos quieren obligar a aceptarla- que maravilloso, es poder hacer uso del “No” o del “Sí”; aceptarla o rechazarla.
Qué felicidad cuando la familia está dialogando o discutiendo sobre un tema. O cuando los padres tienen que disciplinar a los hijos y éstos se muestran en desacuerdo.
Sería complicado enamorar a una bella dama, con palabras poéticas, si no tuviéramos la libertad de pensar y crear esos lindos versos para la dulce mujer…
¡Oh! Tantas cosas lindas que puede crear y desarrollar el ser humano, gracias a la libertad natural que tiene para moverse o expresarse; y qué sólo Dios puede, realmente, arrebatársela (la libertad natural) con la muerte.
Las naciones de la comunidad internacional se diferencian por el grado de libertad que tengan, y sobre todo, la libertad de prensa; ya que es ésta la que sustenta y mide la vida democrática de un país.
Sin libertad de expresión, que se canaliza a través de los medios de comunicación, no puede haber desarrollo económico ni social. La libertad de expresión o el libre juego de ideas, es la que permite que un país avance.
Todavía existen políticos y gobiernos en América Latina, que no han aprendido de los errores del pasado, y siguen creyendo que coartando la libertad de prensa, podrán perpetuarse en el poder o que la gente va a creer que están trabajando en beneficio de todos los sectores.
La historia nos ha demostrado –sin ninguna duda- que todos los que violan los derechos humanos y la libertad de prensa y opinión, tarde o temprano, terminan mal.
Hoy día la comunidad de países democráticos -que son la mayoría- están unidos para defenderse de aquellos que quieren acabar con estas libertades. Recuerden que el mundo actual se caracteriza por la velocidad con que se maneja la información, a nivel mundial; de modo tal que es muy difícil, para no decir imposible, que los malos gobiernos y políticos, puedan esconder sus prácticas nefastas.
Señores políticos, un mensaje para ustedes: aprendan a practicar los valores morales y cristianos. Sean honestos en sus palabras y actos; amen a su familia, practiquen la bondad y la solidaridad humana; y sepan que la verdadera sabiduría y riqueza política, está en oír a los demás, incluyendo las críticas negativas; en el respeto a los derechos humanos y la libertad de prensa.
“…Los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados. Pero, persiste tú en lo que has aprendido…y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio… Toda Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, redargüir, corregir e instruir en justicia, a fin de que el hombre sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”.
Sagradas Escrituras, 2 Timoteo, versos 13-17.
Autor:
Eric Enrique Aragón
28 de enero de 2011
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