jueves, 9 de diciembre de 2021

¡Viviré por la Fe!

Por ser un mes de celebraciones en familia, fiestas, regalos, juguetes para los niños y demostraciones de Fe Cristiana: como consecuencia de la Navidad y la entrada del Año Nuevo, diciembre debería ser el mejor mes para todos los seres humanos; sin embargo, la realidad es muy distinta.

Si el mundo antes de la pandemia ya estaba muy mal y cada vez con menos Fe en Dios y en sus propias capacidades; no cabe la menor duda, de que el Covid-19 vino a ser ¨esa gota que derramó el agua del vaso¨.

Desde el año pasado la vida de millones de personas cambió en todo el mundo. Estos mortales fueron azotados quizás por la peor crisis que haya tenido la humanidad en los últimos doscientos años. La pérdida de los empleos ocasionó una grave crisis financiera, emocional y familiar nunca vista; por otra parte, la misma pandemia llevó a cientos de miles de personas a la muerte y a padecer más enfermedades.

Las naciones del mundo esperaban que la situación mejorara para el año 2021, tanto así que la mayoría de países, sobre todo de Europa, empezaban a realizar planes para una eventual superación del problema y por supuesto, las grandes fiestas y desafíos a la enfermedad no se hicieron esperar; no obstante, pareciera que como castigo a las malas prácticas contrarias a las normas morales y cristianas, el virus se fortaleció y volvió a arremeter contra la humanidad. Así se encuentra el mundo en esta Navidad 2021.

En otras palabras, si antes muchas familias lloraban por vivir en la pobreza extrema y por la partida de seres queridos, ahora es peor. La pandemia hizo que este llanto y dolor se multiplicara en proporciones gigantescas.

Pedirles a los mortales que han sido duramente golpeados por la pandemia que celebren la Navidad 2021, es muy difícil y hasta desconsiderado. Lo que si se les puede pedir y hasta rogar es que nunca dejen de luchar ni pierdan la fe en el único ser Todopoderoso que los puede ayudar y consolar en tiempos muy difíciles: Jesús, el Salvador del mundo.

La vida es un misterio, ya que mientras se tenga un aliento de vida, nadie se escapa del dolor ni de los problemas; y lo irónico es que aquellos que viven bajo los preceptos de Dios, tampoco se escapan de los sufrimientos y calamidades. 

Lo único que podemos hacer en esta Navidad 2021, y más aquellas personas que han perdido la fe, el deseo de luchar, y la esperanza de un mañana mejor es: clamar y clamar, orar y orar, pedir y pedir a Nuestro Señor Jesucristo: ¨el consuelo, la fortaleza y la sabiduría necesaria para seguir luchando todos los días de nuestra vida¨.

Por: Eric Aragón