En la administración
pública existen muchos expertos en logística, ¨que todo lo saben¨, y ponen por
delante sus títulos universitarios; sin embargo, cuando tienen que demostrar
toda la capacidad en el campo operativo, se estrellan unos con otros, y en
lugar de resolver los problemas, éstos aumentan. En los ejércitos, los grandes generales y
oficiales, son los que se destacan en el campo de batalla; generalmente, no son
engreídos ni de oficinas refrigeradas.
Si algo muy puntual ha
puesto en evidencia el Covid-19, es la falta de eficiencia operativa de algunos
funcionarios públicos, encargados de la distribución de bolsas de comida, bonos
económicos y otro tipo de beneficios a la población.
Primero, no han entendido
a esta altura de la crisis, que muchos sectores o grupos de la sociedad están
afectados por la inactividad económica y la cuarentena.
En otras palabras, el
análisis de la estrategia para distribuir los alimentos y otros bienes, no
puede basarse únicamente, en el concepto que tradicionalmente se conoce:
¨sectores más vulnerables¨.
Ahora mismo, a los grupos
más necesitados, se unen decenas de miles de personas que habían quedado sin
trabajo antes de la Pandemia, aquellos que por el cambio de gobierno fueron
despedidos o cuyos contratos no fueron renovados;miles de colaboradores cuyas
empresas enviaron la documentación al Ministerio de Trabajo, para suspender los
contratos; y otros tantos miles de trabajadores de empresas, que simplemente
han cerrado sus puertas, los de la micro y pequeña empresa; clase media o
profesional que los sorprendió la cuarentena sin trabajo y sin poder salir a
prestar servicios independientes, y los miles que andaban buscando empleo antes
de la crisis (y otros grupos) .
Si la “comisión encargada”
del plan nacional de distribución de ayuda económica y de comida a la
población, se basa sólo en las bases de datos o listados que ya tienen las
instituciones sociales gubernamentales y en la “asesoría teórica” de los “supuestos
expertos”, estarían dejando por fuera de los beneficios a cientos de miles de
nacionales, que requieren ayuda por la crisis.
Si es así como están
realizando la distribución, entonces, se puede entender, porque existe un gran
descontento de la población a través de las redes sociales, medios de comunicación y en la calle (protestas).
Y no es que esté mal
tomar en cuenta las bases de datos que se tienen. Lo que ocurre es que además
de los grupos vulnerables que ya se tienen identificados, “la Pandemia y la
Cuarentena”, han provocado que miles de personas ahora mismo necesiten también
ayuda económica y bolsas de comida, aunque no pertenezcan a los marginados ni
estén en las famosas listas de programas sociales y becas.
Desde un principio se
debió levantar una “base de datos nueva”. Algunos dirán que era casi imposible.
No es cierto. Con gente dinámica, disciplinada, motivada y sin pereza mental ni
física, se podía hacer, y el tiempo se tenía de sobra. Con el planeamiento
adecuado y el entusiasmo, en una semana se lograba tal misión; tal como los
ingenieros militares construyen un puente en cuestión de horas o como se
construyeron varios hospitales en tiempo récord.
Se trabajaba a nivel de
corregimiento, simultáneamente en todo el país. Se hacia un plan para visitar
cada casa, previo anuncio por los medios de comunicación. De cada corregimiento
salía el grupo de colaboradores voluntarios para levantar la información de
campo. El equipo directivo lo formarían el representante y líderes
comunitarios, y el coordinador sería el que designe la comisión nacional
encargada de lo social, además del apoyo técnico y de asesoría de los gremios
de contadores; y de la Contraloría.
Asimismo, se hubiese
pedido apoyo a todas las universidades del país, para que prestaran a sus
estudiantes de logística para la supervisión de campo. En una semana se hubiese
levantado una base de datos más real, de las necesidades que padece la
población, producto de la Pandemia y Cuarentena. El análisis de esta base de datos
obtenida del trabajo de campo, y las que ya se tenían, hubiese evitado que
tanta gente estuviera descontenta, porque no se les ha tomado en cuenta.
Lo que se quiere resaltar
es que a miles de personas no se les ha tomado en cuenta para recibir las
bolsas de comida, bonos y vales; porque no se hizo un mayor esfuerzo por parte
de los técnicos del Gobierno.
¨Nunca es tarde para
corregir los errores y empezar de nuevo…¨
Por: Eric Aragón
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