miércoles, 18 de marzo de 2020

Los bancos panameños y la solidaridad con sus clientes…


El COVID-19 que aún no se ha podido controlar, ha metido al mundo en una crisis de salud pública, que a su vez provoca una fuerte disminución en todas las actividades comerciales y laborales de los países afectados.

Las empresas entran en una crisis económica por la falta de ventas, baja producción, falta de inventarios de mercancía, materia prima y una asistencia laboral irregular, entre otras dificultades.  

Como consecuencia de todo esto, surgen los  problemas de pago de préstamos y otras obligaciones bancarias, igual con el pago de seguros, alquileres, servicios básicos, gastos escolares y a proveedores…

El ciudadano común dejará de pagar sus deudas de préstamos hipotecarios, personales y autos, por mencionar algunas. Su presupuesto quedará totalmente desajustado, ya que sus prioridades por la PANDEMIA  serán otras, principalmente comida, suministros de aseo y medicinas…

Problemas de estrés y emocionales que vendrán serán duros y requerirán atención médica en ciertos casos; porque el trabajador también se verá afectado en su salario (ingresos) y no sabrá cuál será su futuro laboral.  Lo más seguro es que gran cantidad de empresas quiebren o tengan que hacer ajustes laborales para sobrevivir.

Los desempleados que estaban a punto de empezar a laborar en una empresa y los que buscaban un empleo, definitivamente, quedaron en el “limbo”. Los independientes ni se diga, quedarán por el suelo… la realidad es que nadie se escapará de un periodo sombrío en materia económica, laboral y financiera, por causa de un CORONAVIRUS que nadie en el mundo esperaba.

Que significa todo lo expuesto que es la pura realidad del mundo en estos momentos y para los meses siguientes, "que ningún banco privado debería someter a los clientes -llámese depositantes que son los que aportan el dinero, que se convierte en la materia prima de los bancos- a situaciones estresantes y fuera de toda proporción en cuánto a las medidas para otorgar un periodo de gracia para los préstamos hipotecarios y personales".

No se puede decir o aseverar que algunos que trabajan “SÍ pueden” hacerle frente a sus deudas y aquellos que no trabajan “NO”.  Señores sólo los ricos y aquellos que están acomodados y ganan en sus empleos como ejecutivos y en el gobierno, más de 10 mil dólares por mes, podrán aguantar sin ningún problema unos 4 meses y pagar sus préstamos; pero, la mayoría de clase trabajadora y clase media baja, con trabajo o sin trabajo NO puede afrontar en estos momentos sus compromisos bancarios ni pagar deudas.

La medida más adecuada con la realidad mundial, además de solidaria por parte de la banca privada, sería: “ESTABLECER UN PERIODO DE GRACIA PARA TODOS POR 90 DÍAS, por lo menos”  de modo tal, que podamos todos como un solo equipo salir de la crisis.

Agradecemos a todos los bancos que apoyan a sus clientes en momentos difíciles…


Por: Eric Enrique Aragón



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