sábado, 28 de marzo de 2020

Estado de Emergencia Nacional (parte 1)


Casi todos los gobiernos de los países afectados por el COVID-19, han declarado la emergencia nacional, y aquellos que aún no lo hacen, sin lugar a dudas lo harán tarde o temprano.

Esta es una figura jurídica que permite la Carta Magna de cada nación y las normas relacionadas -en este caso específico- con el tema de la salud pública; de modo tal, que los gobernantes puedan agilizar todos los procesos burocráticos de compras, hacer uso de fondos públicos y ejecutar una serie de medidas drásticas; por ejemplo, restringir el libre tránsito de las personas o establecer una cuarentena total, con el propósito de salvar vidas. 

Por supuesto, la misma Constitución Política, señala las razones. La PANDEMIA causada por el CORONAVIRUS, es una razón para tal fin. La República de Panamá (al igual que otros Estados), declaró el Estado de Emergencia Nacional.

Apoyamos totalmente a las autoridades gubernamentales que liderizan esta lucha y a todos los panameños que de una u otra manera contribuyen a salvar vidas y a la logística necesaria para derrotar al enemigo de la humanidad llamado: CORONAVIRUS (COVID-19). 

También, agradecemos a quienes se ajustan con responsabilidad a la cuarentena total, cuyo propósito es preservar la vida de todos nosotros.

No podemos olvidar a las iglesias que oran por Panamá y por el mundo entero.
Y como siempre lo digo y jamás me cansaré de hacerlo -entretanto Dios me lo permita- nuestro mayor agradecimiento debe ser para Nuestro Creador y no sólo en tiempos de infortunios... ¡Nunca lo olvidemos!

Con tristeza hay que condenar a nacionales y extranjeros que violan la cuarentena sin ninguna justificación de peso, atentando con la vida de ellos y de los demás. Igual hay que castigar a los que se dedican a robar, estafar, hacer llamadas engañosas, difundir noticias falsas y sin sustento científico a través de las redes; en fin, a todos aquellos que se aprovechan de la PANDEMIA para realizar actos fraudulentos.

Sin embargo, tengo que resaltar con toda seriedad y conocimiento, que una gran cantidad de nacionales se ven obligados a salir de sus casas violando las reglas de la cuarentena ¨por razones de peso¨.  Es difícil que estas razones las entiendan aquellas personas privilegiadas que no conocen la idiosincrasia ni las necesidades de la gente trabajadora y marginada de los barrios.

Los jubilados confrontan una realidad desde hace largo tiempo. Gran porcentaje de ellos son estafados, engañados y robados por gente en quienes ellos han confiado y por sus propios familiares.  Eso explica porqué ellos salieron a buscar y cambiar sus cheques o retirar de los cajeros automáticos el dinero.

Largas filas de ancianos enfermos y altamente vulnerables frente al COVID-19.  No los podemos culpar por cuidar el dinero, que para muchos es la diferencia entre la vida y la muerte. Ahora más que nunca deben proteger su limitado efectivo para comprar comida y medicinas.

Los supermercados tienen que buscar otros mecanismos que sean más eficientes en el retiro y cambio de cheques, y compra de alimentos por parte de los jubilados, y por los consumidores en general; ya que la gente va a estos establecimientos y se encuentra con largas filas y cuando uno ve el reloj ya pasaron las dos horas permitidas por el Decreto…

¿Y por qué la gente va a los supermercados cuando las tiendas o abarroterías están más cerca? Precisamente, porqué en las tiendas los precios son más altos, y algunas ahora han aumentado los precios. Así que el pueblo se ve obligado a ir a los supermercados para ¨estirar¨ ese dólar y más ahora que la clase trabajadora, se está quedando sin efectivo y sin trabajo. Y vale la pena mencionar que algunos supermercados están cerca y otros más distantes del lugar de residencia de los clientes.

Entonces, aquí es dónde los analistas y asesores gubernamentales, deben utilizar el ingenio y demostrar la capacidad que tienen para resolver los problemas comunitarios, sin tantos regaños.  Lo ideal sería que la mayoría de consumidores pudiesen encontrar todos los productos necesarios y a precio justo, en las tiendas, abarroterías o pulperías, que están cerca de sus casas.

Y nuevamente hago énfasis en qué los supermercados deben implementar estrategias más efectivas de logística. Por ejemplo, hacer un reordenamiento de los productos para que los compradores que entran a los supermercados encuentren todo con facilidad y salgan más rápido de modo que las filas avancen en tiempo récord. Otra medida podría ser: probar con reparto domiciliario. En fin, inventen nuevas estrategias, analicen, piensen, ahora es cuando hay que ser creativo y deben aparecer los ingenieros y especialistas en logística.


Por: Eric Aragón


                                                                                                                                                  

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