sábado, 21 de febrero de 2015

Un hombre seguro de sí mismo


Capítulo 1, 2 Reyes,  Antiguo Testamento, la Biblia 
Después de la muerte de Acab, se rebeló Moab contra Israel.

  
Y Ocozías cayó por la ventana de una sala de la casa que tenía en Samaria; y estando enfermo, envió mensajeros, y les dijo: Id y consultad a Baal-zebub dios de Ecrón, si he de sanar de esta mi enfermedad.

Entonces el ángel de Jehová habló a Elías tisbita, diciendo: Levántate, y sube a encontrarte con los mensajeros del rey de Samaria, y diles: ¿No hay Dios en Israel, que vais a consultar a Baal-zebub dios de Ecrón?


Por tanto, así ha dicho Jehová: Del lecho en que estás no te levantarás, sino que ciertamente morirás. Y Elías se fue.

Cuando los mensajeros se volvieron al rey, él les dijo: ¿Por qué os habéis vuelto?


Ellos le respondieron: Encontramos a un varón que nos dijo: Id, y volveos al rey que os envió, y decidle: Así ha dicho Jehová: ¿No hay Dios en Israel, que tú envías a consultar a Baal-zebub dios de Ecrón? Por tanto, del lecho en que estás no te levantarás; de cierto morirás.


Entonces él les dijo: ¿Cómo era aquel varón que encontrasteis, y os dijo tales palabras?


Y ellos le respondieron: Un varón que tenía vestido de pelo, y ceñía sus lomos con un cinturón de cuero. Entonces él dijo: Es Elías tisbita.

No cabe la menor duda, de que podemos obtener de esta magnífica historia grandes enseñanzas para nuestras vidas.  No obstante, queremos destacar la seguridad que tuvo Elías frente a las difíciles circunstancias.

Cuando el rey de Samaria Ocozías, supo que Elías contradijo a sus mensajeros, se sintió ofendido, lleno de ira, a tal extremo, que mandó a un capitán y a 50 soldados de su ejército a traer a la fuerza a Elías, sin lugar a dudas para castigarlo, quizás hasta con la muerte.

El rey ni sus soldados entendían que este señor no era un hombre cualquiera. ¿Y por qué no era común? Porque, ningún ser humano que respete, confíe y le entregue su existencia terrenal al Dios de Abraham, Isaac y Jacob, puede ser un cualquiera. El que le dijo a Moisés Yo Soy El que Soy”, describiendo su propio nombre, no puede ser cualquier Dios. Éste es el único Dios Todopoderoso sobre el universo.

Elías confiaba en Dios y esta confianza le daba total seguridad a Elías ante cualquier amenaza, incluso de muerte.  El capitán amenazó a Elías, quiso amedrentarlo, humillarlo, denigrarlo, someterlo… pero, no contaba que Elías tenía un protector superior a todos los ejércitos del mundo y los que no son de este mundo.  Su protector “Jehovah de los Ejércitos”.

Seguro que como una gran burla le gritaron “varón de Dios”. Pero, no imaginaron que esa burla y amenaza contra un profeta de Dios, les ocasionaría la muerte. ¡Así fue…!

Todos los seres humanos, y sobre todo en la actualidad, nos enfrentamos casi todos los días a dificultades y estamos sometidos a un sinnúmero de problemas emocionales.

 Permíteme decirte que si le pides a Dios que dirija tu vida, serás igual a Elías... "ningún problema ni la misma muerte te podrán amenazar ni destruir, porque el Dios que está contigo es más poderoso que todos tus enemigos y problemas juntos".

¡A Dios sea la gloria!



Por:                                                                                                           Eric Enrique Aragón


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