domingo, 20 de febrero de 2011

Egipto da sabiduría a los gobernantes…


Los manifestantes contra el presidente Ali Abdullah Saleh se nuclearon en la Universidad de Saná, en lo que ha sido la manifestación más grande en semanas que activistas dicen fueron inspiradas por los levantamientos en Túnez y Egipto”.
Las revueltas antigubernamentales no se detienen en los países árabes y en Bahrein los manifestantes se concentran nuevamente en Manama, la capital”.
Fuente: http://www.voanews.com/spanish/news/

Algo que le debe quedar bien claro al mundo entero y a los gobernantes, es que los gobiernos autoritarios, que piensan que son los elegidos por Dios para perpetuarse en el poder, serán derrocados y tendrán que salir huyendo, como Hosni Mubarak, que gobernó durante tres décadas, en Egipto.

Ningún ejército salvará a los gobernantes dictadores o a cualquier sistema de poder, que con astucias legales y engaños –dándoles migajas al pueblo- se mantienen en el poder, con el supuesto de que ellos son los salvadores del país y que todos los demás sectores de la sociedad son capitalistas endemoniados y perdedores frustrados.

Hasta las Sagradas Escrituras, se refieren a estos engañadores, que por dentro están llenos de maldad, ambición, ansias de poder y de riqueza. Lo vimos en Egipto, el ejército que una vez defendió al depuesto Mubarak, no hizo nada para detener las manifestaciones, que culminaron con la renuncia y salida del poder del presidente egipcio. ¿Por qué? Porque la ambición desmedida de los gobernantes, los hace totalmente ciegos. No se dan cuenta o no quieren aceptar que el mundo ha cambiado.

La tecnología de la información, las redes sociales, los celulares, Internet, y otros medios sofisticados, hacen que las noticias lleguen a todos los rincones del mundo. Y es por gusto que traten de desconectar al país de la comunidad internacional, como lo hizo Hosni Mubarak, bloqueando el acceso a Facebook o a Twitter o al mismo Internet…

La tecnología de la información, es parte de la evolución de la humanidad en este siglo XXI, y nadie podrá detener el avance científico y tecnológico; así como nadie pudo detener la revolución industrial, iniciada a finales del siglo XVIII; tampoco se pudo detener el movimiento sindical, ni la caída de los sistemas racistas y menos se pudo evitar, la caída de los sistemas comunistas en Europa.

La sociedad ha cambiado, gracias a la facilidad con que reciben los conocimientos. Hasta los grupos indígenas de América Latina, que hace unos años estaban en la total ignorancia, en la actualidad, utilizan la red mundial “más grande” de información y comunicación: Internet. De manera tal, que es difícil –para no decir imposible- que los habitantes de una nación, no importa la clase social a la que pertenezcan, puedan ser engañados. Quizás los pueblos toleran demasiado las injusticias y los abusos; pero, los gobernantes autoritarios no deben pensar que esta actitud pasiva se mantendrá siempre. Véanse en el espejo de Hosni Mubarak (Egipto).

Prepárense malos gobiernos de América Latina, Asia, África y de otros puntos del planeta. Hagan un alto al abuso contra los derechos humanos, la libertad de expresión, la libertad de prensa. Dejen de engañar al pueblo con migajas y bonitos discursos, cuando en el fondo ustedes se enriquecen cada vez más con los bienes del país. Dejen a un lado la demagogia barata y que no les servirá cuando el pueblo se levante contra ustedes. Y nadie los salvará. Ni siquiera sus ejércitos, porque éstos también son hijos del pueblo.




Por:
Eric Enrique Aragón
20 de febrero de 2011










martes, 15 de febrero de 2011

Ni los países árabes ni China, son la excepción…

A finales de los años 80 (Siglo XX) ocurrió en Europa lo que en años anteriores, nadie imaginaba que podía acontecer. Se vendrían abajo los regímenes comunistas de Alemania Oriental y de la “súper poderosa” Unión Soviética (URSS); al igual que otros gobiernos de la extrema izquierda. Todos ellos del Viejo Continente y llamados “satélites de la Rusia comunista”.
Ahora, para ser más exacto, desde inicios del mes de enero del año en curso (2011), empieza una serie de manifestaciones en un país árabe, que nadie creía, que pudieran ocurrir con tanta fuerza, sin que el ejército –tradicionalmente controlado por los gobernantes- acabara con estas revueltas.

Y lo más increíble, casi milagroso, es que los manifestantes -jóvenes en gran parte- lograran que el presidente de ese país, Hosni Mubarak, dejara el poder después de 30 años de dictadura y de gobernar sin rendirle cuentas a nadie.

De una forma contundente, quedó una vez más demostrado que el poder verdadero y real, lo tiene la gente común y corriente: los marginados, los jóvenes, las mujeres, los trabajadores, los desempleados, los enfermos, los ancianos, los estudiantes, los gremios, las iglesias, los ambientalistas, las minorías, los indígenas, en fin, la sociedad civil en general.

El pueblo es el que tiene el poder, porque somos la mayoría y como algunos han dicho, tal vez en forma jocosa, pero, muy cierto ¡El pueblo es la voz de Dios!

"¡Gracias a Dios! He estado en paro por su culpa, la vida era horrible, ahora voy a empezar mi vida, voy a poder respirar" "¡No puedo creer que voy a ver a otro presidente en mi vida! "Mubarak ilegal, Gobierno ilegal" "El pueblo ha hecho caer al régimen" Éstas eran algunas de las miles y miles de expresiones de alegría y emoción, emitidas por los manifestantes egipcios, reunidos en la Plaza de la Liberación (Tahrir), una vez que se conoció la dimisión de Mubarak, el 11 de febrero de 2011.

¿Cuál es el mensaje? ¡El hombre nació libre! Las Sagradas Escrituras, señalan que todos los seres humanos, nacemos libres y hechos a la imagen y semejanza de Dios. ¿Qué significa? Que a los pueblos se les pide respeto por las leyes y por sus autoridades; pero, también, se les escucha y se les atiende sus necesidades. Las autoridades y los gobernantes, deben respetar los derechos humanos y permitir el libre juego de las opiniones y la libertad de prensa.

Ningún gobernante ni régimen puede pretender, en estos tiempos modernos, apropiarse del país y de su riqueza, perpetuándose en el poder. Tampoco, deben creer que pueden someter con la fuerza o con la persecución o engañar a un pueblo, para siempre…

¡Tarde o temprano! Todos los tiranos, dictadores, abusadores del poder, engañadores y perseguidores de la democracia, los derechos humanos y la libertad de prensa –no importa cuál sea la careta que utilicen- ¡TODOS CAEN!

¡Y cuando eso sucede, todo el peso de la ley y la venganza de los pueblos, cae como un pesado martillo, sin ninguna misericordia, contra ellos!

Lo que pasó en Egipto es la Crónica Anunciada de lo que ocurrirá en todo el mundo árabe… Y después, veremos al mismo pueblo chino, cansado de tantas injusticias, persecuciones; y violaciones de los derechos humanos, de la libertad de expresión y de prensa, librarse de sus pesadas ataduras…

Gobernantes del mundo entero, véanse en el espejo de Hosni Mubarak y de tantos otros dictadores, cuyo pueblo arremetió contra ellos, por malos y engañadores.

Déjense de tanta terquedad y ansia de poder desmedido. Aprendan a oír la voz del pueblo, la voz de Dios, la voz de los necesitados, la voz de los jóvenes, la voz de los niños, la voz de la naturaleza, la voz de las mujeres, la voz de los trabajadores. ¡Aprendan a ser sabios!


Por:
Eric Enrique Aragón
15 de febrero de 2011

domingo, 13 de febrero de 2011

¿Cómo sería la vida sin Dios?

¡La vida sin Dios sería muy triste, dolorosa y sin una gota de esperanza en un mañana mejor!
La existencia humana es imperfecta y a veces pareciera que la mismísima vida nos tratara injustamente.
¡Y si usted no cree! Entonces, pregúntele a un hijo abandonado por sus padres ¡Cómo se siente! A una amorosa y abnegada madre, qué siente después de haber perdido a su hijo en un accidente automovilístico. A un enfermo de cáncer o a los niños que viven en la calle, porque la sociedad –que es usted- no hace nada para ayudarlos…
¿Cómo sería la vida sin Jesús? Sería muy oscura y deprimente… Sin valores morales ni ideales de fe y superación. La vida sería melancólica y apagada… ¡Sin amor! ¡Sin sueños! ¡Sin bondad ni solidaridad! ¡Sin unidad familiar! ¡Sin salvación para nuestras almas! ¡Sin un mañana mejor!
Sin Dios, no tendríamos un Amigo Todopoderoso: ¡Comprensivo! ¡Tolerante! y ¡Misericordioso! , a quien pedirle ayuda en los momentos más difíciles; llenos de dolor, angustia y llanto… ¿Qué haríamos sin Dios? ¿A dónde iríamos? ¿Qué sería de nuestra familia?
El único ser Todopoderoso, comprensivo y misericordioso, que nos puede fortalecer, cada vez que dejamos de luchar por alcanzar nuestros sueños e ideales, es Jesucristo que dio su vida, a cambio de nuestra felicidad.
“Alzaré mis ojos a los cielos ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová que hizo el cielo y la tierra…” Salmo 121


Por: Eric Enrique Aragón12 de febrero de 2011

martes, 8 de febrero de 2011

Una ciudad en apuros

Como aquel caballero medieval, imponente por su armadura y gallardía, vencedor de muchas batallas y deseado por lindas princesas; un río, grande y caudaloso, se levantaba como un poderoso gigante, en medio de una comunidad.

Sus aguas eran tan abundantes y cristalinas, que parecía que la misma naturaleza se rendía a sus pies. Una vez se oyó decir a la gente, que el mismísimo Dios lo había creado para deleitarse: contemplando sus hermosas corrientes de agua.

Rodeado de altivos y refrescantes árboles, todo un pueblo se sentía tan orgulloso de éste (río), que las autoridades decretaron que sus cristalinas aguas, fuesen llevadas a una gran parte de la ciudad. Una planta potabilizadora, mediante una serie de pasos (proceso) y tuberías (acueducto), se encargó de transportar el agua a cada rincón de miles de hogares.

La ciudad entera y sus gobernantes, estaban tan alegres, que se la pasaron de fiesta en fiesta… Así transcurrieron los años y se olvidaron del hermoso río, fruto de la sabia naturaleza.

Permitieron asentamientos humanos cerca del río. Se tiró toda clase de basura, para ver como ésta se hundía en sus profundas aguas; derribaron árboles a diestra y a siniestra. Las edificaciones, al igual que la ganadería y la agricultura, le arrebataron la firmeza al suelo, siendo éste arrastrado al río, por los abundantes aguaceros. ¡Y la planta potabilizadora! Nadie se preocupó por su debido mantenimiento ni modernización. Se marchitó como la bella rosa, que nadie quiso cuidar.

La metrópoli entera seguía cantando y bailando, hasta que una vez llovió tanto, que la potabilizadora entera fue tapada por el lodo, la basura y todos los desechos humanos. “No se pudo hacer mucho para evitar el desastre” ¡Crónica de una muerte anunciada…!
Los habitantes de la enorme ciudad, sin distinción de raza, credo, posición económica, poder político o nivel educativo, fueron sometidos a la más cruel escasez del vital líquido para la vida humana: “el agua”.

Por toda la ciudad se observaba a la gente, buscando con desesperación una gota de agua, que saciara su desgarradora sed. En cualquier parte –ya era algo cotidiano- los adultos, jóvenes y niños, cargando tanques y botellas, para recoger unas gotas de agua, en cualquier callejón. O un encumbrado mortal, se bajaba de su fino vehículo, desesperadamente, con tanques y botellas, para aprovechar un chorro de agua.

Por otro lado, se veían los carros cisternas repartiendo agua, a una muchedumbre enojada (personas), a veces al borde del pánico y de la más cruel ira. En fin, baños, casas, oficinas y sus habitantes: todos sucios y hediondos… “El hermoso río y la naturaleza, se cansaron de la indiferencia y la crueldad de los habitantes de la ciudad…”

Este relato parece un cuento, pero, realmente no lo es. Esta historia le sucedió a una gran ciudad, cuyo vecino más cercano es el océano Pacífico.

El agua es un elemento que da vida y vida en abundancia. La naturaleza no las ofrece gratuitamente. Cuidemos los ríos y mares: esta es creación de Dios para que el hombre se beneficie. Pero, tenemos la responsabilidad de “protegerla”, “no abusar de ella”, “ni destruirla”.

Por:
Eric Enrique Aragón




martes, 1 de febrero de 2011

Wikileaks: el poder de la información

No cabe la menor duda de que la página Wikileaks, ha demostrado de forma contundente, como cierta información puede impactar un país, independientemente, de que sea una nación tan poderosa como aquella en desarrollo.

Wikileaks, no sólo ha hecho honor a su significado: filtración o fuga de información (del inglés leak: fuga o filtración); sino, que ha demostrado el “talón de Aquiles” de todos los gobiernos, empresas, políticos, gente influyente y organizaciones… ¡Y ni siquiera las iglesias escapan de tal efecto!

Y ¿Cuál es ese talón de Aquiles? Simplemente, todos los comportamientos negativos, no éticos o inmorales de todos los sectores de la sociedad mundial y de los gobiernos.

Lamentablemente, muchos individuos influyentes en la vida de un país, muestran una "excelente imagen pública": de ser buenos ciudadanos, de estar comprometidos con las buenas prácticas éticas y morales; de buscar el bien de los sectores más necesitados y de apoyar todas las campañas orientadas al cuidado del planeta, la paz mundial, los derechos humanos, la libertad de prensa, y el respeto por las leyes y la democracia.

PERO, cuando no están frente a las cámaras de televisión, se despojan de esa "bonita imagen pública" –que pareciera ser para ellos una camisa que se quita y pone, de acuerdo a la conveniencia del momento, llámese doble moral-- demuestran todo lo opuesto: malas prácticas, que no benefician, pero, ni a la familia de ellos…

Sin embargo, el problema real para los gobiernos, no debe ser que exista un sitio web, como Wikileaks. Hoy día, con el desarrollo fenomenal de la tecnología de la información –y que nadie detendrá- existen miles de páginas web y formas para denunciar las malas prácticas de los gobernantes, políticos, diplomáticos, y personajes poderosos.
¡Por cada Wikileaks que destruyan, aparecerán miles de sitios como éste… !

Señores poderosos del mundo: la solución del problema está en sus manos. Simplemente deben cambiar los hábitos de conducta; en otras palabras, incorporen a su vida pública los principios éticos, morales y cristianos.

Y jamás tengan duda del adagio que señala: “Cuidado con lo que haces o dices, porque las paredes tienen ojos y oídos…”

¡Hagan lo correcto y no habrá un “Wikileaks”!



Por:
Eric Enrique Aragón