domingo, 26 de abril de 2020

Falta de prudencia en medio de la Pandemia



 
¨La prudencia es la capacidad de actuar en forma moderada y justa¨ Únicamente los ¨sabios¨ la conocen.
Colosal error que se puede cometer en esta vida, es juzgar y condenar a los demás, desde nuestra perspectiva. Esto es igual que si usted pretendiera describir a una persona, observándola desde lo alto de una montaña. Sería muy difícil que se pudiera ver con claridad, cada detalle de ese mortal.
A un porcentaje significativo de grandes empresarios, gente con poder económico, profesionales influyentes y altos funcionarios: les gusta, casi por hábito, juzgar y condenar a la gente de la clase pobre, sin ninguna consideración y sin tener todos los elementos de juicio para emitir un concepto lo ¨más cercano a la verdad¨.
La Pandemia y todo lo que se deriva de ella, como la ¨cuarentena¨, ha sacado lo mejor y lo peor de muchos, y sobre todo de jefes de Estado y líderes, que han pecado por carecer de sabiduría en el manejo de la crisis.
Es fácil cuando se come bien y se tiene dinero en abundancia, llenarse la boca de palabras groseras y prepotentes... Seguro que para los que tienen comodidades económicas y para aquellos que reciben salarios ¨jugosos¨ del Estado, es fácil, acostados en un gran sofá, con la comida de sobra, el buen vino y la barrigona, juzgar a la clase necesitada y media, que están pasando la de ¨Caín¨ en medio de esta PANDEMIA.
La familia de clase marginada está compuesta por un promedio de 5 miembros y posiblemente más. Su ingreso es limitado al igual que las herramientas académicas, para lograr un salario mayor que aquel que ganan siempre: el mínimo o, el ¨camarón¨, expresión panameña. 
Además, estas familias tienen otros problemas que son el ¨pan de cada día¨; desde violencia intrafamiliar hasta delincuencia y drogas. A esta gente una bolsa de comida o un bono de 80 Balboas, no les va a durar mucho y menos si tienen niños, que por lo general existe un promedio de 3 infantes en cada familia de la¨ clase pobre¨. 
A esta clase trabajadora y marginada, se debe tratar con respeto. El hecho de que anden por la calle en medio de la cuarentena, no le da derecho a ninguna autoridad ni a nadie a ¨arremeter¨ contra ellos ni exhibirlos ni llevárselos presos.
Mujeres solas que mantienen a sus hijos, sin ayuda del papá de los niños, incluso hasta vendiendo su cuerpo... Y otros parroquianos que no tienen otra forma de conseguir dinero para sus necesidades básicas, que no sea en ¨la calle¨.
Es cierto que si están enfermos del Covid-19, pueden contagiar a otros, pero, también tienen un problema de ¨subsistencia diaria¨, que nadie con la comodidad que da el dinero, la abundancia y la buena comida podría entender.
Existe la ´Ley de la Vida¨, lo que se hace se paga aquí en este mundo… o llámese la ¨Ley de Dios¨  ¨Con la vara que mides a los demás, tú serás medido y un poco más…¨
El hombre sabio (mujer sabia) no emite palabras ¨a priori¨, sino que busca y analiza todos los detalles del problema… ¨y si está en una parte muy alta, entonces baja primero y se coloca en el mismo nivel de la gente a quien va a juzgar…¨ Esto es sabiduría.
Todos los que juzgan desde su punto de vista, sin bajarse de la cima, se estrellarán tarde o temprano contra su propia necedad y soberbia. Los presidentes y líderes caen mucho en este error y después tienen que pedir disculpas públicamente… No sigan haciendo esto, sean sabios, y no escuchen a los consejeros necios.
El mejor consejero -en estos casos- es el que viene de la clase pobre, el que conoce la miseria… Les guste o no. Nadie mejor para ser el ¨equilibrio¨, que aquel que respeta y conoce las necesidades y la idiosincrasia del pueblo.
A veces los altos funcionarios estatales y los empresarios ricos arremeten contra la clase más baja o contra los pobres funcionarios públicos (todavía creen que en la clase baja no hay gente inteligente ni profesional).
¨Lo irónico¨ es que cuánto más los altos funcionarios del Estado, atacan a la clase baja y media, no solo con palabras hirientes, sino con acciones (leyes) que no benefician en nada a estos grupos, MÁS corrupción se halla en sus gobiernos.
Igual ocurre con los empresarios. Cuánto más abusan de sus trabajadores, más odio acumulan… Y nunca conocerán la paz espiritual ni la familiar.
El mejor consejo para los grandes empresarios y altos funcionarios públicos: ¨RESPETEN al pueblo Sin el pueblo ustedes no son nadie ni tendrían grandes fortunas ni ocuparían puestos importantes de elección popular...¨

Por: Eric Aragón





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