La participación de la sociedad civil es fundamental
en estos tiempos complejos. Se podría afirmar que hasta cierto punto es una
obligación de los ciudadanos de una nación: estar al tanto de todo lo que
ocurre, exigir transparencia y eficiencia a nivel de la administración estatal.
Se debe tener plena claridad del papel que debe
desempeñar la llamada “sociedad civil”.
No se trata de interferir o asumir responsabilidades que le competen a
las instituciones estatales. Tampoco de
crear una ilusión para que pensemos que “esos grupos” de la sociedad civil,
representan a la mayoría; cuando realmente detrás de ellos existen ciertos intereses
bien definidos, que no tienen nada que ver con la búsqueda del bien para la
mayoría del país.
Una sociedad civil real y efectiva debe agrupar a
todos los sectores: profesionales, empresarios, educadores, trabajadores… Todos
deben tener derecho –y de hecho lo tienen- a participar en la vida pública. No
podemos permitir que un grupo se crea superior a otro, o que presuma poseer el monopolio de la verdad. Cada uno de
los componentes de la sociedad; incluso, aquellos particulares que no están
asociados, tienen algo que aportar al desarrollo del país.
La sociedad civil organizada tendrá más fuerza y será
creíble, si efectivamente representa a todos los sectores… Y no necesariamente
deben estar todos de acuerdo para que funcione bien.
Por otra parte la sociedad civil, se organiza con el
propósito de “no pedir”, sino, EXIGIR: eficiencia y transparencia en la
administración pública.
Por
Eric Enrique Aragón
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