sábado, 9 de mayo de 2020

Reapertura de las actividades económicas


Sin lugar a dudas las naciones se enfrentan a situaciones reales, con las cuales tendrán que aprender a vivir.
La reapertura de las actividades económicas es impostergable, ya que ningún Gobierno tiene una varita mágica, para lograr que los fondos públicos sean suficientes para mantener a la población. Si la administración estatal y municipal no reciben ingresos tributarios: ¨el endeudamiento y el déficit presupuestario crecerán en forma desproporcionada¨. De hecho ya los gobiernos, producto de la Pandemia, tendrán grandes retos para equilibrar sus presupuestos, captar con eficiencia los impuestos y pagar nuevas deudas. 

Por otro lado, el desgaste físico y el estrés que causa el prolongado encerramiento, la escasez de alimentos y dinero, va a obligar a la gente a salir de sus casas a buscar la forma de resolver sus problemas. La clase pobre, los trabajadores desempleados, los independientes sin ofrecer ningún servicio y la clase media, viven está realidad.

Las actividades económicas tienen que normalizarse por el bien de las familias y del Estado. No hacerlo por parte de los Gobiernos sería un grave error. Además, las personas de todos modos, tarde o temprano, van a salir masivamente a buscar el alivio al estrés y la solución a sus problemas financieros. Es mejor que el Gobierno lo haga reactivando el comercio de manera progresiva y con los controles debidos.

La otra realidad es que la enfermedad (Covid-19) por un buen tiempo no se irá, caminará con nosotros día y noche. Esto significa que nuestra conducta social, laboral, familiar y personal tendrá que cambiar radicalmente si queremos sobrevivir.

El riesgo es que los Gobiernos no tengan la capacidad para determinar el momento oportuno para reabrir la economía o no establezcan los controles adecuados ni la supervisión necesaria. 

Algunos gobiernos del mundo se han equivocado… No hacerlo bien, dejarse llevar por malos consejos o tomar decisiones emocionales, podría empeorar la situación que se vive o colocar a la gente al borde del abismo. Cada pueblo tiene su propia idiosincrasia que se debe tomar en cuenta. 

El Covid-19, es como la ¨La Espada de Damocles¨, que siempre va a estar sobre nuestras cabezas. Cumplir con todas las medidas sanitarias va a reducir esa posibilidad de contagio; no obstante, mientras no exista una vacuna o medicamento contra tal enfermedad, siempre estará al acecho.

Por: Eric Aragón

jueves, 7 de mayo de 2020

El consumo de bebidas alcohólicas en medio de la Pandemia


Vivimos en tiempos difíciles… La enfermedad y muerte acechan en cada esquina, el desempleo aumenta, los alimentos son escasos en los hogares, crece la violencia intrafamiliar; y el encerramiento, la desesperanza y el estrés ahogan a muchos… Esto es lo que vive día a día la mayor parte de la población: la clase trabajadora, media y marginada.
Utilizar dinero para comprar bebidas alcohólicas en estos momentos, sobre todo, en aquellos sectores donde existe más pobreza, es una colosal irresponsabilidad y demuestra la falta de amor hacia la familia. 

Y es gravísimo, porque la persona que está bajo la influencia de bebidas alcohólicas, está más predispuesta a cometer actos de violencia, perder la cordura y desobedecer todas las medidas de protección contra el Coronavirus.

Un Estado de Emergencia Nacional, implica ciertas restricciones para los habitantes de un país, es decir, algunas garantías constitucionales como la libertad de tránsito, pueden ser limitadas; por ejemplo: ¨la cuarentena¨, que los Gobiernos han impuesto producto del Covid-19.

También la ¨Emergencia Nacional¨, obliga a los Gobiernos a llevar políticas de salud pública transparentes y que se ajusten a la realidad que vive la población.

Si por un lado las autoridades señalan el incremento de ataques contra las mujeres y de violencia intrafamiliar; la falta de conciencia en el cumplimiento de las medidas para evitar la enfermedad y la frecuencia de fiestas en azoteas y otros lugares; entonces, como esos mismos Gobiernos pueden permitir la venta y consumo de bebidas alcohólicas en un Estado de Emergencia

Estas son decisiones de las autoridades que son incongruentes con la realidad de la mayoría de habitantes de una nación y que en nada favorecen la salud pública.

¨Las bebidas alcohólicas no son parte de la canasta básica de alimentos ni ayudan en nada a consolidar la unidad familiar y mucho menos a fortalecer el sistema inmunológico del ser humano, que es la principal defensa contra el Covid-19¨.

Por: Eric Aragón




domingo, 3 de mayo de 2020

La importancia de la ¨Logística¨en medio de la Pandemia


En la administración pública existen muchos expertos en logística, ¨que todo lo saben¨, y ponen por delante sus títulos universitarios; sin embargo, cuando tienen que demostrar toda la capacidad en el campo operativo, se estrellan unos con otros, y en lugar de resolver los problemas, éstos aumentan.  En los ejércitos, los grandes generales y oficiales, son los que se destacan en el campo de batalla; generalmente, no son engreídos ni de oficinas refrigeradas.
Si algo muy puntual ha puesto en evidencia el Covid-19, es la falta de eficiencia operativa de algunos funcionarios públicos, encargados de la distribución de bolsas de comida, bonos económicos y otro tipo de beneficios a la población. 
Primero, no han entendido a esta altura de la crisis, que muchos sectores o grupos de la sociedad están afectados por la inactividad económica y la cuarentena.
En otras palabras, el análisis de la estrategia para distribuir los alimentos y otros bienes, no puede basarse únicamente, en el concepto que tradicionalmente se conoce: ¨sectores más vulnerables¨.
Ahora mismo, a los grupos más necesitados, se unen decenas de miles de personas que habían quedado sin trabajo antes de la Pandemia, aquellos que por el cambio de gobierno fueron despedidos o cuyos contratos no fueron renovados;miles de colaboradores cuyas empresas enviaron la documentación al Ministerio de Trabajo, para suspender los contratos; y otros tantos miles de trabajadores de empresas, que simplemente han cerrado sus puertas, los de la micro y pequeña empresa; clase media o profesional que los sorprendió la cuarentena sin trabajo y sin poder salir a prestar servicios independientes, y los miles que andaban buscando empleo antes de la crisis (y otros grupos) .
Si la “comisión encargada” del plan nacional de distribución de ayuda económica y de comida a la población, se basa sólo en las bases de datos o listados que ya tienen las instituciones sociales gubernamentales y en la “asesoría teórica” de los “supuestos expertos”, estarían dejando por fuera de los beneficios a cientos de miles de nacionales, que requieren ayuda por la crisis.
Si es así como están realizando la distribución, entonces, se puede entender, porque existe un gran descontento de la población a través de las redes sociales, medios de comunicación y en la calle (protestas). 
Y no es que esté mal tomar en cuenta las bases de datos que se tienen. Lo que ocurre es que además de los grupos vulnerables que ya se tienen identificados, “la Pandemia y la Cuarentena”, han provocado que miles de personas ahora mismo necesiten también ayuda económica y bolsas de comida, aunque no pertenezcan a los marginados ni estén en las famosas listas de programas sociales y becas.
Desde un principio se debió levantar una “base de datos nueva”. Algunos dirán que era casi imposible. No es cierto. Con gente dinámica, disciplinada, motivada y sin pereza mental ni física, se podía hacer, y el tiempo se tenía de sobra. Con el planeamiento adecuado y el entusiasmo, en una semana se lograba tal misión; tal como los ingenieros militares construyen un puente en cuestión de horas o como se construyeron varios hospitales en tiempo récord.
Se trabajaba a nivel de corregimiento, simultáneamente en todo el país. Se hacia un plan para visitar cada casa, previo anuncio por los medios de comunicación. De cada corregimiento salía el grupo de colaboradores voluntarios para levantar la información de campo. El equipo directivo lo formarían el representante y líderes comunitarios, y el coordinador sería el que designe la comisión nacional encargada de lo social, además del apoyo técnico y de asesoría de los gremios de contadores; y de la Contraloría. 
Asimismo, se hubiese pedido apoyo a todas las universidades del país, para que prestaran a sus estudiantes de logística para la supervisión de campo. En una semana se hubiese levantado una base de datos más real, de las necesidades que padece la población, producto de la Pandemia y Cuarentena. El análisis de esta base de datos obtenida del trabajo de campo, y las que ya se tenían, hubiese evitado que tanta gente estuviera descontenta, porque no se les ha tomado en cuenta.
Lo que se quiere resaltar es que a miles de personas no se les ha tomado en cuenta para recibir las bolsas de comida, bonos y vales; porque no se hizo un mayor esfuerzo por parte de los técnicos del Gobierno.

¨Nunca es tarde para corregir los errores y empezar de nuevo…¨



Por: Eric Aragón




sábado, 2 de mayo de 2020

Administración pública transparente


¨Transparencia¨ es un concepto muy utilizado por los gobiernos, sin embargo, habría que analizar si en verdad hacen el esfuerzo por ser transparentes o simplemente se trata de un ¨discurso¨ para distraer a la población.
La Pandemia además de todos los problemas que trae, también abre ¨la Caja de Pandora¨, de donde saldrá un montón de oportunidades para la ¨corrupción¨ y el ¨juega vivo¨, tanto en el sector público como en el privado.  
Cuánto más discursos den los prominentes funcionarios de Estado, negando la corrupción -que como oradores nadie se los gana- más alerta debe estar la ciudadanía; ya que es típico de los gobiernos y de los altos funcionarios hacer toda una campaña de negación y promover el ¨contraataque¨, cuando hay denuncias ¨serias y masivas¨ a través de las redes sociales y los medios de comunicación, de presunta corrupción en actos públicos.
Omitir información, no mantenerla actualizada o subirla incompleta a las páginas web de las instituciones, es una práctica muy común cuando no se desea que la ciudadanía conozca los detalles de préstamos internacionales, licitaciones, contratos, compras directas, documentos oficiales, planillas, uso de fondos públicos, etc.
Otra práctica de ¨vieja data¨, es el control de las conferencias de prensas, donde se restringe la participación. No desean fuertes cuestionamientos ni preguntas inteligentes. Lo que menos quieren es dar detalles de lo que hacen, porque no lo están haciendo bien.
El ciudadano común sólo tiene que oír las explicaciones que ofrecen ante los medios de comunicación, para sospechar que algo esconden. Las autoridades en lugar de aclarar las dudas y presentar evidencias, o investigar y corregir el error, en caso de un delito; se dedican, casi con amenazas, a contraatacar a los denunciantes y a justificar lo presuntamente ilegal. Y al final del camino, la prepotencia y amenazas no los conduce a nada positivo, ya que, en la mayoría de los casos, las denuncias son ciertas… 
En medio de esta crisis mundial, habrá que analizar todos los procedimientos que utilizaron para el uso de fondos y cómo se hizo la logística (en forma clara y detallada) con respecto a la distribución de bolsas de comida, bonos y otras ayudas económicas a los afectados por la Pandemia.
Lo que si debe quedar bien claro, para todos los actores de la sociedad, es que no hay Gobierno ni funcionario perfecto. No hay ningún presidente que pueda aseverar que no habrá corrupción en su gobierno. Si la habrá. La administración pública es un ¨monstruo¨. Entre miles de personas nombradas o elegidas por el voto popular, una gran cantidad aprovechará cualquier debilidad en los controles internos de las instituciones o crearán la oportunidad para violar las leyes u obtener dinero de manera fraudulenta.
La efectividad en los controles internos y la capacidad administrativa que demuestre cada funcionario con mando y jurisdicción, va a determinar el grado de corrupción y que tanta voluntad tienen para combatirla a nivel de Gobierno.
Si estos altos funcionarios en verdad desean demostrar al pueblo que los eligió, su compromiso y seriedad en acabar con la corrupción, no se van a dedicar a justificar los hechos denunciados ni a contraatacar; más bien, se adelantarán con acciones inteligentes para evitar la corrupción o minimizarla lo más que se pueda. 
Una prueba irrefutable de que un Gobierno desea trabajar con eficiencia y honradez, sería: nombrar gente seria y competente en los cargos públicos de mando, fortalecer los controles internos de las instituciones, crear mejores leyes contra la corrupción; subir a la red todos los documentos públicos completos y actualizados, que deben estar a disposición de los ciudadanos; permitir sin cortapisas la participación activa de los diversos sectores de la sociedad y NO recurrir al ¨contraataque¨ cada vez que se hagan denuncias.
Nunca es tarde para hacer bien el trabajo. Todos los gobiernos por muy mal calificados que estén, debido a los actos de corrupción (que tengan o se estén configurando), siempre tienen la oportunidad de hacer un alto… y empezar de nuevo…

 Por: Eric Aragón


domingo, 26 de abril de 2020

Falta de prudencia en medio de la Pandemia



 
¨La prudencia es la capacidad de actuar en forma moderada y justa¨ Únicamente los ¨sabios¨ la conocen.
Colosal error que se puede cometer en esta vida, es juzgar y condenar a los demás, desde nuestra perspectiva. Esto es igual que si usted pretendiera describir a una persona, observándola desde lo alto de una montaña. Sería muy difícil que se pudiera ver con claridad, cada detalle de ese mortal.
A un porcentaje significativo de grandes empresarios, gente con poder económico, profesionales influyentes y altos funcionarios: les gusta, casi por hábito, juzgar y condenar a la gente de la clase pobre, sin ninguna consideración y sin tener todos los elementos de juicio para emitir un concepto lo ¨más cercano a la verdad¨.
La Pandemia y todo lo que se deriva de ella, como la ¨cuarentena¨, ha sacado lo mejor y lo peor de muchos, y sobre todo de jefes de Estado y líderes, que han pecado por carecer de sabiduría en el manejo de la crisis.
Es fácil cuando se come bien y se tiene dinero en abundancia, llenarse la boca de palabras groseras y prepotentes... Seguro que para los que tienen comodidades económicas y para aquellos que reciben salarios ¨jugosos¨ del Estado, es fácil, acostados en un gran sofá, con la comida de sobra, el buen vino y la barrigona, juzgar a la clase necesitada y media, que están pasando la de ¨Caín¨ en medio de esta PANDEMIA.
La familia de clase marginada está compuesta por un promedio de 5 miembros y posiblemente más. Su ingreso es limitado al igual que las herramientas académicas, para lograr un salario mayor que aquel que ganan siempre: el mínimo o, el ¨camarón¨, expresión panameña. 
Además, estas familias tienen otros problemas que son el ¨pan de cada día¨; desde violencia intrafamiliar hasta delincuencia y drogas. A esta gente una bolsa de comida o un bono de 80 Balboas, no les va a durar mucho y menos si tienen niños, que por lo general existe un promedio de 3 infantes en cada familia de la¨ clase pobre¨. 
A esta clase trabajadora y marginada, se debe tratar con respeto. El hecho de que anden por la calle en medio de la cuarentena, no le da derecho a ninguna autoridad ni a nadie a ¨arremeter¨ contra ellos ni exhibirlos ni llevárselos presos.
Mujeres solas que mantienen a sus hijos, sin ayuda del papá de los niños, incluso hasta vendiendo su cuerpo... Y otros parroquianos que no tienen otra forma de conseguir dinero para sus necesidades básicas, que no sea en ¨la calle¨.
Es cierto que si están enfermos del Covid-19, pueden contagiar a otros, pero, también tienen un problema de ¨subsistencia diaria¨, que nadie con la comodidad que da el dinero, la abundancia y la buena comida podría entender.
Existe la ´Ley de la Vida¨, lo que se hace se paga aquí en este mundo… o llámese la ¨Ley de Dios¨  ¨Con la vara que mides a los demás, tú serás medido y un poco más…¨
El hombre sabio (mujer sabia) no emite palabras ¨a priori¨, sino que busca y analiza todos los detalles del problema… ¨y si está en una parte muy alta, entonces baja primero y se coloca en el mismo nivel de la gente a quien va a juzgar…¨ Esto es sabiduría.
Todos los que juzgan desde su punto de vista, sin bajarse de la cima, se estrellarán tarde o temprano contra su propia necedad y soberbia. Los presidentes y líderes caen mucho en este error y después tienen que pedir disculpas públicamente… No sigan haciendo esto, sean sabios, y no escuchen a los consejeros necios.
El mejor consejero -en estos casos- es el que viene de la clase pobre, el que conoce la miseria… Les guste o no. Nadie mejor para ser el ¨equilibrio¨, que aquel que respeta y conoce las necesidades y la idiosincrasia del pueblo.
A veces los altos funcionarios estatales y los empresarios ricos arremeten contra la clase más baja o contra los pobres funcionarios públicos (todavía creen que en la clase baja no hay gente inteligente ni profesional).
¨Lo irónico¨ es que cuánto más los altos funcionarios del Estado, atacan a la clase baja y media, no solo con palabras hirientes, sino con acciones (leyes) que no benefician en nada a estos grupos, MÁS corrupción se halla en sus gobiernos.
Igual ocurre con los empresarios. Cuánto más abusan de sus trabajadores, más odio acumulan… Y nunca conocerán la paz espiritual ni la familiar.
El mejor consejo para los grandes empresarios y altos funcionarios públicos: ¨RESPETEN al pueblo Sin el pueblo ustedes no son nadie ni tendrían grandes fortunas ni ocuparían puestos importantes de elección popular...¨

Por: Eric Aragón