El Covid-19 es un
enemigo que debemos enfrentar todos juntos y que vamos a derrotar.
La humanidad ha vencido
otras calamidades que han dejado a su paso muerte y destrucción. Dios ilumina a
los científicos que siempre terminan elaborando las vacunas y medicamentos
apropiados para vencer a las enfermedades nuevas.
No obstante, en
medio de la Pandemia, las naciones se enfrentan a otro ¨virus¨ tan letal o
quizás más que el Coronavirus. Este virus actúa bajo la sombra, busca pasar
inadvertido y tiene un mecanismo de defensa aterrador.
Este virus que siempre está latente, hace tanto daño como el peor cáncer, porque le quita salud, educación, trabajo y seguridad social a la población más necesitada… y a todos los que pagan impuestos y anhelan un mejor país.
El enemigo que todas
las naciones tienen en común, sobre todo, las que están en vías de desarrollo,
como las de Latinoamérica y de otras regiones, es la CORRUPCIÓN.
Aseverar que todos
los gobiernos son corruptos, sería igual a decir que todos los funcionarios
públicos son incompetentes, por lo tanto, NO es cierto este razonamiento.
Pero, si hay funcionarios de todos los niveles, desde el que atiende al público hasta los grandes jefes, que llevan la corrupción en su sangre y no les importa con el bienestar de los demás ni con honestidad ni nada que se le parezca.
Pero, si hay funcionarios de todos los niveles, desde el que atiende al público hasta los grandes jefes, que llevan la corrupción en su sangre y no les importa con el bienestar de los demás ni con honestidad ni nada que se le parezca.
La gente corrupta,
ha visto en la Pandemia, una ¨abundancia de oportunidades¨ para obtener dinero
de manera ilícita.
Estos delincuentes de ¨saco y corbata¨ tienen gran
inteligencia, buena imagen y excelente preparación académica.
Saben hacer que
las cosas parezcan legales, son expertos engañando a la opinión pública, saben
contraatacar en forma rápida con acusaciones falsas, son especialistas en la
distracción y en la propaganda.
El Estado de
Emergencia declarado por la mayoría de países permite la compra directa y el
uso de fondos públicos con más flexibilidad en los trámites, como es lógico,
para reducir el tiempo de adquisición de los productos y servicios que se
necesitan para combatir la enfermedad: Covid-19.
Los funcionarios
deshonestos con la complicidad de algunos empresarios, aprovechan tal situación
(Pandemia y Estado de Emergencia) para elaborar todo un entramado o red de
corrupción en la administración pública.
Por ejemplo,
preparan todo un plan para que la cotización de una determinada empresa (la que
ellos ya han elegido), parezca la más correcta y de menor costo; así se
aseguran de que esta empresa se adjudique el contrato de una obra o prestación
de un servicio o producto.
Diseñan en papel
empresas nuevas con la finalidad de ganar contratos con el Estado. Cuando se
investiga de manera exhaustiva se descubre una relación de amistad o parentesco
con algún influyente funcionario estatal.
Presentan el costo
más bajo; pero, en la práctica utilizan materiales de mala calidad, no cumplen
con todas las especificaciones técnicas, entregan una obra incompleta, entre
otras genialidades, con el propósito de incrementar las ganancias que se
reparten entre varios, de manera indirecta y sutil.
Suben información y
documentos alterados a las páginas web de las instituciones públicas. Contratan
a firmas especialistas y expertos en la confabulación, confusión y distracción de las
masas, llámese población.
Cuando algunos
ciudadanos o medios de comunicación tienen alguna sospecha de que algo anda mal
y solicitan a las instituciones una investigación y más transparencia,
entonces, los altos funcionarios (acusados) hacen ver que son víctimas de los
enemigos políticos y gente mal intencionada.
Aquí no termina
todo… También utilizan a las dependencias tributarias y de investigación para
amedrentar a los denunciantes y medios de comunicación…
No cabe la menor
duda de lo ¨inteligente¨ que son, en la configuración del robo a los fondos del Estado.
Para esos
funcionarios públicos que buscan oportunidades para saquear al Estado, las
redes sociales y los medios de comunicación son sus acérrimos enemigos.
La Pandemia es ideal
para ellos, ¨los delincuentes estatales de saco y corbata¨… ¿Y quién los va a
fiscalizar o a investigar como servidores públicos? Nadie se atreve por miedo a las represalias,
a la persecución o al despido.
… Y cuando no pueden
esconder más el asunto turbio, sacan a los ¨chivos expiatorios¨.
La ¨corrupción¨ es
peor que el Covid-19. Piense en todo lo que se podría hacer con los millones
que los malos le roban al estado: compra de medicamentos, implementos
hospitalarios y de seguridad para los pacientes y personal de salud, mejoras en
los hospitales y centros de salud; más ayuda para la población vulnerable y
todos los afectados por el Covid-19, más fondos para las jubilaciones y
pensiones; más inversión en educación, tecnología y fuentes de empleo, por
mencionar algunas.
Son millones que le
pertenecen al Estado y es obligación por Mandato Constitucional, que los
Gobiernos administren e inviertan estos fondos en beneficio de toda la
población.
Además, los funcionarios públicos que manejan
dinero, tienen la obligación legal de dar cuentas en todo momento o cuando la
ciudadanía lo exija del manejo de los mismos (transparencia).
Por estas razones y
muchas más, se debe destacar la excelente y necesaria labor del ¨periodismo
investigativo¨.
Gracias a los
periodistas, investigadores y a la gente valiente, que denuncia y exige
transparencia a través de las redes sociales y de los diversos medios de
comunicación: los funcionarios públicos y empresarios corruptos se tambalean
y caen siempre.
¡Nunca olvides!
¨Jamás los corruptos
podrán callar ni amedrentar ni derrotar a la gente decente y trabajadora, que
representa a la mayoría de una nación¨.
Por: Eric Aragón