La Corte Suprema de
Justicia muy pronto tendrá que emitir su fallo, con respecto a la demanda de
inconstitucionalidad contra el artículo 26 del Código de Familia, que establece
que el matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer. Sería lógico pensar
que será un fallo favorable a los demandantes, ya que la presión local va en
aumento y además “el matrimonio gay” es la nueva tendencia mundial o sea la
nueva moda”.
La libertad de expresión
es la reina de los Derechos Humanos y la columna vertebral que sostiene,
fortalece y desarrolla un Estado de Derecho. Gracias al juego de opiniones
podemos encontrar el mejor camino hacia una sociedad más justa, humana,
solidaria y trabajadora.
Sin embargo, hay leyes que
acompañan al hombre desde que apareció en la faz de la tierra, como es el
respeto a la unidad natural de la familia. Desde la Edad Antigua, todos los
aportes al desarrollo, prosperidad y bienestar de las naciones ha girado en
torno a la familia. Igual ha pasado con los eventos negativos de la sociedad.
El comportamiento de los
individuos y de las naciones va unido directamente al entorno familiar. Podemos
comparar al ser humano con un producto económico. La calidad del producto
dependerá de los materiales utilizados y de la mano de obra. Asimismo ocurre
con la juventud panameña.
El índice alarmante de
fracasos escolares, el consumo de drogas y licor, los robos, hurtos,
asesinatos, pandillerismo, incremento en los embarazos de niñas, deserción
escolar, falta de motivación en la juventud por la superación, violencia
intrafamiliar, feminicidios, corrupción en la administración pública y otros
actos que van en contra del bienestar social y violan las leyes: se vinculan a la formación y ejemplos
recibidos desde la niñez en la familia.
¡Somos hipócritas! La
mayoría aquí en Panamá vamos a alguna iglesia, dónde se enseñan los principios
cristianos que van unidos a los valores morales; dónde nos explican el valor de
la familia compuesta por una mamá (que no se puede reemplazar), un papá que es
imprescindible y los hijos nacidos del vientre de la mujer. Por otra parte, nos
quejamos como sociedad por la pérdida de las buenas costumbres; apoyamos las
causas tendientes a fortalecer la unidad familiar; queremos celebrar la Jornada
Mundial de la Juventud (JMJ)… Y ahora los panameños salen con toda clase de
argumentos sacados hasta debajo de las piedras, para justificar la unión entre
personas del mismo sexo… Y después ¿Qué viene?
Legalizar que dos hombres como papá y mamá, adopten a los niños.
Las personas que tienen
conductas homosexuales merecen todo el respeto, oportunidades de superación y
ayuda psicológica; pero, jamás en este mundo podrán sustituir a la familia
compuesta por una mamá, que juega un papel único en la vida de todos los hijos;
un padre que es parte importante en la formación del carácter y disciplina de
los vástagos y los hijos nacidos del vientre de la madre.
¡Qué hipócritas somos! Estamos
acabando con los cimientos de la familia. Cuando la corrupción y la inmoralidad
toquen nuestras puertas, pediremos a gritos ayuda y nadie no las dará, porque
estaremos en “Sodoma y Gomorra”.
Por: Eric Enrique Aragón