¡Qué hermoso el fragmento que sigue! Santiago cap.1, verso 6:
“Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda
del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra”.
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Vivir el día a día es fácil, todos los mortales lo hacemos. La pregunta sería: ¿Actuamos cada día con sabiduría y fe? Una gran parte dirá al son de la trompeta que sí. No obstante, los momentos difíciles de nuestra vida -qué jamás terminarán entretanto el corazón palpite- demuestran lo opuesto.
El libro de Santiago del Nuevo Testamento, en su capítulo 1, verso 5, señala: “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada”.
Así es…No hay otro modo. Pidamos a Dios, en el nombre
de su hijo amado “Jesucristo”, mucha sabiduría, de manera tal que en los
momentos “muy duros”, en los cuales perdemos todo el control emocional y
llegamos a creer que no hay solución o que nuestro destino era fracasar en la
vida, no tomemos ninguna decisión que nos conduzca a un abismo del cual no
podamos salir nunca.
¡Qué hermoso el fragmento que sigue! Santiago cap.1,
verso 6: “Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a
la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra”.
Otro pasaje maravilloso en el libro de Hebreos. cap.11,
versículo 1:”Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de
lo que no se ve”. Igual de significativo, es el verso 6, del mismo capítulo: “Pero
sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a
Dios crea que existe y que es galardonador de los que le buscan”.
En los momentos de desesperación clamemos a Dios con
fe y sinceridad, y Él nos ayudará…”
Por: Eric Enrique Aragón
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