jueves, 1 de septiembre de 2011

El día que se perdió el pato…

La tía María, como todos le decíamos, andaba desesperada, gritando… ¡Qué alboroto había hecho ese día…! Miraba de un lado a otro… Cualquiera pensaría que buscaba al “nieto recién nacido…” Sin embargo, no era un ser humano lo que con tanto afán buscaba. Seguía gritando cada vez con más fuerza: ¡Esteban…! ¡Esteban…! ¡Esteban…! ¡Adónde estás! Pueden creer que se trataba de un pato. ¡Por supuesto…! No era cualquier pato… “Era su pato”.

Como ella decía: "Esteban es mi pato preferido. "Siempre anda detrás de mí y un día de estos me va a hablar, y cuando eso ocurra no sé qué le voy a decir".

Era una pequeña casa de madera, sin mucha estética. Tenía la forma de una figura cuadrada. Apenas se cruzaba la puerta de entrada, se veía una pequeña sala y después seguían varios cuartos: uno al lado del otro y en el centro un pasillo. En total cuatro cuartos. Al final, el quinto cuarto que abarcaba todo el espacio y se utilizaba como depósito. Éste tenía una puerta de salida hacia la parte trasera de la casa.

A lado de la casa -mirándola de frente, hacia la derecha- un rancho de paja, abierto por todos los lados, que se utilizaba como cocina. Realmente, la cocina consistía en dos fogones, que usaban tres grandes piedras cada uno. El combustible era la madera seca, la cual se encendía echándole un poco de querosín. Ahora recuerdo –pues, tenía cinco años de edad- entre el rancho de paja y la casa, colocaron un techo de zinc, e hicieron un piso de cemento, para usarse como comedor –también estaba abierto, sin puertas-.

Enfrente de la casa estaba una quebrada, que la tía María utilizaba para lavar los platos; incluso, también, la ropa. Con este propósito se colocó en el lugar más adecuado, un techo de zinc y unas piedras de cierto tamaño, que servían como asiento a las personas que estuviesen allí lavando. La quebrada no estaba muy lejos de la casa, quizás a unos 30 metros.

Igualmente, la casa estaba rodeada por grandes árboles, cuyo dolor de cabeza para mí, era el montón de hojas que se desprendían - más en la época seca- que yo tenía que recoger todos los días. Había árboles de todas clases, desde frutales (naranjas, guabas, tamarindo, cocos y otros); hasta aquellos usados para sacar madera, como el Roble, Cedro y otros. Me encantaba ver estos árboles por ser de gran altura…

Antes de llegar a la quebrada, que ya mencionamos, había varias cuerdas de alambre delgado, amarradas entre dos árboles, que se usaban como tendedero de ropa. La casa –realmente era una finca- tenía grandes extensiones de terreno hacia atrás. En éstos se apreciaban corrales (lugares destinados a los animales), con cercas de alambre de púas o de una especie de bambú muy resistente. Había un corral para cada especie de animales o de aves; tales como, las vacas, cerdos, caballos, gallinas y patos.

Algunas gallinas, gallos y patos, al igual que un par de cerdos y veteranos caballos, andaban libremente. Éstos siempre permanecían cerca de la casa… Realmente eran los que alegraban todo el ambiente, con sus diferentes ruidos… Y no podía faltar el mejor amigo del hombre: un par de perros ordinarios, de color marrón claro, más parecido a los tinaqueros, que avisaban cuando venía un visitante –siempre los había-; igualmente, cuidaban a los animales que estaban en la casa, de la presencia de los zorros, culebras, gavilanes, tigrillos o de cualquier otro animal indeseable.

Todos los días al amanecer, los residentes de la casa se despertaban con el alegre canto de los gallos. A las seis de la mañana, tanto los miembros de la familia, como los animales domésticos esperaban el desayuno. Algunas veces había uno que otro animal que se aventuraba a exigirle a la tía María, el desayuno. El caballo viejo era uno de estos animales que a veces le empujaba la ventana de su cuarto. Todos ellos andaban siempre detrás de la tía. Pero, uno de los preferidos por ella, era precisamente el pato Esteban. Nombre que sacó de una radionovela.

Además de la tía María –la protagonista de este relato junto a su fiel pato- cuya edad rondaba los 48 años, aproximadamente; estaba el esposo, un señor de unos setenta años, trabajador y fuerte como un roble, a quien todo mundo llamaba “Tatica”. Un nieto de unos quince años, que trabajaba a la par de los adultos en las labores de campo. También, los acompañaba un muchacho de origen indígena, que servía como mozo. Al igual que la mamá de la tía María, a quien todos llamábamos cariñosamente “Mamita”. Y por último me encontraba “yo”, el que recuerda esta historia, situada en el año 1966, en un pueblo muy lejano (apenas tenía cinco años de edad).

- Si uno de ustedes votó a Esteban... ¡Nadie desayunará hoy! … –Expresaba la tía María.

-Yo sé que no lo quieren, porque le gusta subirse a las camas. Pero “es mi animal y yo lo estimó mucho”. ¡Creen que yo no los escuché hace unos días, decir: que lo (el pato) iban a llevar lejos, a la montaña…! (palabras de la tía María).

Ese día fue tal el alboroto que formó la tía María, que nadie fue a trabajar; pues, todos se sumaron a la búsqueda del famoso pato. Hasta los otros animales se veían desesperados buscando, también, a Esteban; sobre todo, los perros tinaqueros –grandes amigos del pato.

- ¡Por estar metiéndote en las ollas te pasó esto…! ¡…Qué voy a hacer sin ti…! ¿Por qué, Dios mío, te llevaste a mi compañero Esteban? -Gritaba desconsolada la tía María- al encontrar el pato después de tantas horas de búsqueda, sin vida dentro de una enorme olla, usada para sancochar plátanos y otras verduras, que por alguna razón se volteó cuando el pato se metió dentro de ella.

¡Bueno…! Durante unos días todos extrañamos al pato, sobre todo, la tía María.
Al cabo de un mes todo volvió a la normalidad… ya nadie mencionaba a Esteban… Tal vez para no herir a la tía María que todos apreciábamos mucho…

¡Definitivamente que la comida mató al pato…!


Por: Eric Enrique Aragón
1 de septiembre de 2011

Los sobresaltos de la gente común

Pertenecer a la clase pobre o de pocos recursos económicos, significa ser esclavo de los sobresaltos –temor o susto repentino- producto del diario vivir.

Aunque no es una emoción propia de la clase más débil; también, afecta a la gente con más ingresos. No obstante, los seres humanos comunes son los que más angustias y penalidades padecen, precisamente, por la escasez de dinero. Éstos representan la mayoría de la población de un país.

Por ejemplo, la mamá que está preocupada, porque el maestro le dijo a su hijo, que llevara ciertos materiales, para utilizar en el aula de clases. Ella sabe que hay educadores a quienes no les importa la condición socio-económica del alumno; y sencillamente, evaluarán negativamente a los que no cumplan con los materiales solicitados. ¡Lamentable! Los niños cuyos hogares están escasos de todo, ven la escuela como un oasis en el desierto y a los maestros, como aquellos padres que quisieran tener.

¡Nuevamente! La mamá angustiada, porque no tiene ni siquiera café, para darles a sus hijos. O porque tendrá que decirle al niño que hoy no puede ir a la escuela, por falta de monedas, para pagar el transporte.

Por otro lado, los vecinos que están pensando, a quién le pedirán el día de hoy, algo de dinero para ir al trabajo o para comprar la comida; pues, se quedaron sin plata y el cobro de la quincena, aún está lejos. Y falta mucho más todavía… El pago del alquiler o del préstamo hipotecario; el pago del recibo de la luz y del agua, etc. Y estas personas tienen un trabajo fijo –ganan poco, pero, cuentan con algo-. El estado de las personas que han perdido su empleo o cuyos ingresos han mermado, es aún más grave…

Casi todos los días las personas corrientes están sometidas a mucha presión y a las fuertes emociones, tales como: la ansiedad, la angustia, la frustración, la melancolía, y en casos extremos, se puede llegar a la depresión crónica.

Por lo tanto, no debe ser difícil entender -frente a este panorama- porque muchos individuos se hacen amigos del alcoholismo, realizan acciones indebidas, envejecen prematuramente, atentan contra la vida de terceros o contra la propia existencia…

Creer que los sobresaltos del día a día, van a desaparecer, sería un gran engaño. Tal vez en otra vida desaparezcan… ¡En nuestra existencia terrenal jamás! A las personas comunes, como usted o como yo, siempre nos acompañarán los sobresaltos. Nunca cesarán mientras tengamos un aliento de vida. De modo tal, que debemos forzosamente, acostumbrarnos a convivir con ellos.

Lo que si le puedo aseverar (y hasta me atrevería a jurar), es que cuánto más tranquilidad tengamos frente a los problemas, más claridad mental tendremos para analizar las posibles alternativas de solución… ¡Siempre están cerca!







Por: Eric Enrique Aragón
12 de mayo de 2011

Israel, tierra de latinos y anglosajones

Indudablemente, la población nativa de este país del Cercano Oriente, no tiene ninguna característica racial, cultural o lingüística, que se relacione con los latinos y anglosajones de América.

La población hispana y anglosajona del continente americano, en su mayoría asiste con bastante regularidad –como señal de fe- a las iglesias más populares, las católicas y protestantes, que están ubicadas en su mayoría a lo largo y ancho de este continente; hasta en el pueblito más recóndito de la montaña.

La doctrina de estos templos religiosos se basa en la creencia monoteísta. Es decir, que creen y adoran al Dios que se les apareció por primera vez a Abraham, Isaac y Jacob –los padres de la nación israelí-. Y también, creen y hacen lo posible por vivir de acuerdo a los mandamientos dados por Dios Yahveh a Moisés, a los profetas y a los evangelistas. Sobre todo, los cristianos aceptan la obra de sacrificio y salvación, realizada por el Hijo de Dios, Nuestro Señor Jesucristo, quien desde la Tierra Santa –hoy Israel- mandó el mensaje de salvación a la humanidad pecadora.

Entonces, los latinos y anglosajones, desde el punto de vista de la fe religiosa, si tienen un vínculo tan fuerte como los israelíes, con la Tierra Sagrada. En consecuencia, los latinos y anglosajones que creen en el Dios Yahveh y en la doctrina cristiana, se ven obligados a respetar y defender al Estado de Israel, contra todos los ataques que a nivel mundial se hagan, con el único propósito satánico de destruir el origen de la fe cristiana.

Para este fin malévolo, de acabar con la fe monoteísta y cristiana, porque de esto trata el asunto (obra de las fuerzas oscuras); buscan toda clase de argumentos y teorías, que han logrado confundir a los latinos y anglosajones que creen en el Dios que manifestó su grandeza y misericordia al mundo entero, por medio de la nación judía.

La gente de Israel no se diferencia de los demás habitantes del mundo. Tienen las mismas necesidades físicas, económicas, sociales religiosas, como los pobladores de México, Estados Unidos, Centroamérica, Venezuela, Colombia, Perú, Panamá y el resto de países americanos, europeos, asiáticos y africanos.

A pesar de ser un pueblo sufrido, como resultado de las humillaciones, calamidades y ataques –durante milenios- los israelíes en su mayoría son personas amables y cariñosas; dedicadas al trabajo, a la familia y a Dios. ¡Y por cierto! Se llevan muy bien con sus primos árabes con quienes compartían mucho, cuando eran nómadas, sin tierra ni patria.

¡Por supuesto! El hecho de que el Dios Yahveh, los haya predestinado para que extendieran la fe, la esperanza y el amor por todo el planeta, por medio de sus profetas y la colosal obra de amor y salvación, de Nuestro Señor Jesucristo: los colocó en la mira de los enemigos de Dios, llámense: politeístas, ateos, adoradores del mal, engañadores; dictadores, izquierdista y terroristas.

Para los cristianos en el continente americano, debe quedar claro que Israel es la Tierra Sagrada, por donde caminaron el mismo Dios Yahveh, Jesucristo y su ejército de ángeles. Además, es la tierra que originó la religión monoteísta; por tanto, es obligación moral y de fe, que todos los creyentes en el Dios de Abraham, Isaac y Jacob, conozcan más a los israelíes y contribuyan de una u otra forma a la protección del Estado de Israel, aunque sea con las oraciones –que realizadas con fe harán un buen efecto-. Nos referimos a los católicos, protestantes, anglicanos, ortodoxos, musulmanes y a todos los que profesan la fe en el Dios de Israel, creen en su hijo Jesucristo y en los evangelios.

El Dios de Abraham, Isaac, Jacob y de todos los cristianos del mundo, dijo así:
“Si alguno conspirare contra ti, lo hará sin mí; el que contra ti conspire, delante de ti caerá…”
Estas palabras revelan el amor eterno de Dios hacia Israel. Antiguo Testamento, libro de Isaías, cap.54.



Por: Eric Enrique Aragón
26 de julio de 2011

viernes, 26 de agosto de 2011

Empleado del sector público

Todos los trabajadores del sector privado, sin excepción, deben ser eficientes y cumplir con el reglamento interno de la empresa. Existen mecanismos administrativos y legales para sancionar, despedir o no dar continuidad al contrato individual de trabajo (periodo definido); en caso de que algún colaborador no sea productivo.

De los funcionarios públicos, lamentablemente, la ciudadanía en general, tiene una percepción distinta y hasta dividida (analice las encuestas). Y no es capricho. Tales opiniones se basan en hechos muy reales. Véase la conducta negativa de algunos funcionarios, que empañan la labor de gobierno y de sus compañeros que si desean trabajar correctamente.

No se puede tapar el sol con la mano… La gente aprovecha –en todos los países del mundo- los periodos electorales, para inscribirse en determinado partido político, con el único propósito de obtener un nombramiento: en caso de que la agrupación política o el candidato que se apoya, gane las elecciones populares y llegue al poder. Y otros, también, desempleados, utilizan la amistad o familiaridad con altos funcionarios públicos, para lograr el mismo fin.

No obstante, aunque a muchos no les agrade, ninguno de los casos anteriores está clasificado como violatorio a la ley. Es un derecho inalienable de los seres humanos, valerse de cualquier medio lícito para buscar un trabajo digno y honrado, que permita una mejor calidad de vida. Ya sea una feria de empleos, vía internet, los diarios de la localidad; las agencias y bolsas de trabajo, visitas personales a las empresas o participando en la política partidista.

Incluso, aquéllos con gran capacidad, experiencia y trayectoria; igualmente, gozan de todo el derecho de aceptar un alto cargo que le ofrezca; por ejemplo, el Presidente de su nación.

Lo que sí es una falta administrativa, violación a las normas legales y atenta contra la moral y ética: es que el funcionario público se aproveche del padrinazgo o influencia, para no cumplir con el trabajo asignado.

El servidor público por ninguna razón, debe utilizar los recursos del Estado para uso propio o mostrar la peor imagen en el desempeño de sus labores. Por ejemplo, usar el teléfono y las computadoras para su beneficio; estar chateando o en las redes sociales, en horas de trabajo. Incumplir con su horario de labores, ser grosero con el público. Comer, maquillarse o chismear, cuando debe trabajar o atender a los demás. En fin, estos malos hábitos deben evitarse; ya que representan causales de amonestación y despido.

No importa el tiempo que usted, respetado servidor público, permanezca en el puesto; haga su máximo esfuerzo para realizar su labor con honradez, responsabilidad y eficiencia. De esta forma hará su contribución al mejoramiento de la administración pública y siempre será respetado por su excelente trabajo. ¡Y por supuesto! Sus referencias laborales serán magníficas.



Por: Eric Enrique Aragón

sábado, 20 de agosto de 2011

¡Gracias Jesús! Tú eres el mayor tesoro



Resulta muy triste para una persona que está sumamente agobiada y desesperada, por un problema, buscar ayuda en los demás y sólo recibir burlas y engaños.

Aún la humanidad no aprende que la burla y el engaño, es una práctica que trae pésimas consecuencias. Tenga siempre presente que nadie está libre de pecado ni de padecer una situación penosa. Lo que hoy le ocurre a su vecino, mañana puede pasarle a su familia o a usted.

Si no está en capacidad de ayudar a un ser humano que padece una necesidad o simplemente no quiere ayudar, pues no lo haga. Como dice la canción popular “de la media vuelta y váyase…” No critique ni haga ningún comentario negativo sobre la situación y tenga la seguridad que hará menos daño.

Nuestro Señor Jesucristo, cuando caminó por la Tierra Santa (hoy Israel), se esmeró, precisamente, en lo opuesto… Que los seres humanos –y más si profesamos el cristianismo- actuaran en todo momento con bondad y solidaridad hacia los más necesitados. Incluso, explicó: “…que si se desprecia al prójimo, a quien vemos todos los días ¿Cómo vamos a seguirlo a Él, a quien no vemos físicamente?

Lo lindo de todo esto, que trae paz mental y una esperanza a nuestras vidas, es que Jesús siempre está cuando lo necesitamos. Él no falla. No importa lo perverso y rebelde que sean los humanos ¡Basta con acercarse a Él con sinceridad y siempre responderá! ¡Jamás lo dude!

¡Gracias Jesús! ¡Gracias Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob! ¡Gracias por todo, Dios de Israel!

Por: Eric Enrique Aragón
20 de agosto de 2011