Indudablemente, la población nativa de este país del Cercano Oriente, no tiene ninguna característica racial, cultural o lingüística, que se relacione con los latinos y anglosajones de América.
La población hispana y anglosajona del continente americano, en su mayoría asiste con bastante regularidad –como señal de fe- a las iglesias más populares, las católicas y protestantes, que están ubicadas en su mayoría a lo largo y ancho de este continente; hasta en el pueblito más recóndito de la montaña.
La doctrina de estos templos religiosos se basa en la creencia monoteísta. Es decir, que creen y adoran al Dios que se les apareció por primera vez a Abraham, Isaac y Jacob –los padres de la nación israelí-. Y también, creen y hacen lo posible por vivir de acuerdo a los mandamientos dados por Dios Yahveh a Moisés, a los profetas y a los evangelistas. Sobre todo, los cristianos aceptan la obra de sacrificio y salvación, realizada por el Hijo de Dios, Nuestro Señor Jesucristo, quien desde la Tierra Santa –hoy Israel- mandó el mensaje de salvación a la humanidad pecadora.
Entonces, los latinos y anglosajones, desde el punto de vista de la fe religiosa, si tienen un vínculo tan fuerte como los israelíes, con la Tierra Sagrada. En consecuencia, los latinos y anglosajones que creen en el Dios Yahveh y en la doctrina cristiana, se ven obligados a respetar y defender al Estado de Israel, contra todos los ataques que a nivel mundial se hagan, con el único propósito satánico de destruir el origen de la fe cristiana.
Para este fin malévolo, de acabar con la fe monoteísta y cristiana, porque de esto trata el asunto (obra de las fuerzas oscuras); buscan toda clase de argumentos y teorías, que han logrado confundir a los latinos y anglosajones que creen en el Dios que manifestó su grandeza y misericordia al mundo entero, por medio de la nación judía.
La gente de Israel no se diferencia de los demás habitantes del mundo. Tienen las mismas necesidades físicas, económicas, sociales religiosas, como los pobladores de México, Estados Unidos, Centroamérica, Venezuela, Colombia, Perú, Panamá y el resto de países americanos, europeos, asiáticos y africanos.
A pesar de ser un pueblo sufrido, como resultado de las humillaciones, calamidades y ataques –durante milenios- los israelíes en su mayoría son personas amables y cariñosas; dedicadas al trabajo, a la familia y a Dios. ¡Y por cierto! Se llevan muy bien con sus primos árabes con quienes compartían mucho, cuando eran nómadas, sin tierra ni patria.
¡Por supuesto! El hecho de que el Dios Yahveh, los haya predestinado para que extendieran la fe, la esperanza y el amor por todo el planeta, por medio de sus profetas y la colosal obra de amor y salvación, de Nuestro Señor Jesucristo: los colocó en la mira de los enemigos de Dios, llámense: politeístas, ateos, adoradores del mal, engañadores; dictadores, izquierdista y terroristas.
Para los cristianos en el continente americano, debe quedar claro que Israel es la Tierra Sagrada, por donde caminaron el mismo Dios Yahveh, Jesucristo y su ejército de ángeles. Además, es la tierra que originó la religión monoteísta; por tanto, es obligación moral y de fe, que todos los creyentes en el Dios de Abraham, Isaac y Jacob, conozcan más a los israelíes y contribuyan de una u otra forma a la protección del Estado de Israel, aunque sea con las oraciones –que realizadas con fe harán un buen efecto-. Nos referimos a los católicos, protestantes, anglicanos, ortodoxos, musulmanes y a todos los que profesan la fe en el Dios de Israel, creen en su hijo Jesucristo y en los evangelios.
El Dios de Abraham, Isaac, Jacob y de todos los cristianos del mundo, dijo así:
“Si alguno conspirare contra ti, lo hará sin mí; el que contra ti conspire, delante de ti caerá…”
Estas palabras revelan el amor eterno de Dios hacia Israel. Antiguo Testamento, libro de Isaías, cap.54.
Por: Eric Enrique Aragón
26 de julio de 2011
La población hispana y anglosajona del continente americano, en su mayoría asiste con bastante regularidad –como señal de fe- a las iglesias más populares, las católicas y protestantes, que están ubicadas en su mayoría a lo largo y ancho de este continente; hasta en el pueblito más recóndito de la montaña.
La doctrina de estos templos religiosos se basa en la creencia monoteísta. Es decir, que creen y adoran al Dios que se les apareció por primera vez a Abraham, Isaac y Jacob –los padres de la nación israelí-. Y también, creen y hacen lo posible por vivir de acuerdo a los mandamientos dados por Dios Yahveh a Moisés, a los profetas y a los evangelistas. Sobre todo, los cristianos aceptan la obra de sacrificio y salvación, realizada por el Hijo de Dios, Nuestro Señor Jesucristo, quien desde la Tierra Santa –hoy Israel- mandó el mensaje de salvación a la humanidad pecadora.
Entonces, los latinos y anglosajones, desde el punto de vista de la fe religiosa, si tienen un vínculo tan fuerte como los israelíes, con la Tierra Sagrada. En consecuencia, los latinos y anglosajones que creen en el Dios Yahveh y en la doctrina cristiana, se ven obligados a respetar y defender al Estado de Israel, contra todos los ataques que a nivel mundial se hagan, con el único propósito satánico de destruir el origen de la fe cristiana.
Para este fin malévolo, de acabar con la fe monoteísta y cristiana, porque de esto trata el asunto (obra de las fuerzas oscuras); buscan toda clase de argumentos y teorías, que han logrado confundir a los latinos y anglosajones que creen en el Dios que manifestó su grandeza y misericordia al mundo entero, por medio de la nación judía.
La gente de Israel no se diferencia de los demás habitantes del mundo. Tienen las mismas necesidades físicas, económicas, sociales religiosas, como los pobladores de México, Estados Unidos, Centroamérica, Venezuela, Colombia, Perú, Panamá y el resto de países americanos, europeos, asiáticos y africanos.
A pesar de ser un pueblo sufrido, como resultado de las humillaciones, calamidades y ataques –durante milenios- los israelíes en su mayoría son personas amables y cariñosas; dedicadas al trabajo, a la familia y a Dios. ¡Y por cierto! Se llevan muy bien con sus primos árabes con quienes compartían mucho, cuando eran nómadas, sin tierra ni patria.
¡Por supuesto! El hecho de que el Dios Yahveh, los haya predestinado para que extendieran la fe, la esperanza y el amor por todo el planeta, por medio de sus profetas y la colosal obra de amor y salvación, de Nuestro Señor Jesucristo: los colocó en la mira de los enemigos de Dios, llámense: politeístas, ateos, adoradores del mal, engañadores; dictadores, izquierdista y terroristas.
Para los cristianos en el continente americano, debe quedar claro que Israel es la Tierra Sagrada, por donde caminaron el mismo Dios Yahveh, Jesucristo y su ejército de ángeles. Además, es la tierra que originó la religión monoteísta; por tanto, es obligación moral y de fe, que todos los creyentes en el Dios de Abraham, Isaac y Jacob, conozcan más a los israelíes y contribuyan de una u otra forma a la protección del Estado de Israel, aunque sea con las oraciones –que realizadas con fe harán un buen efecto-. Nos referimos a los católicos, protestantes, anglicanos, ortodoxos, musulmanes y a todos los que profesan la fe en el Dios de Israel, creen en su hijo Jesucristo y en los evangelios.
El Dios de Abraham, Isaac, Jacob y de todos los cristianos del mundo, dijo así:
“Si alguno conspirare contra ti, lo hará sin mí; el que contra ti conspire, delante de ti caerá…”
Estas palabras revelan el amor eterno de Dios hacia Israel. Antiguo Testamento, libro de Isaías, cap.54.
Por: Eric Enrique Aragón
26 de julio de 2011
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