viernes, 26 de agosto de 2011

Empleado del sector público

Todos los trabajadores del sector privado, sin excepción, deben ser eficientes y cumplir con el reglamento interno de la empresa. Existen mecanismos administrativos y legales para sancionar, despedir o no dar continuidad al contrato individual de trabajo (periodo definido); en caso de que algún colaborador no sea productivo.

De los funcionarios públicos, lamentablemente, la ciudadanía en general, tiene una percepción distinta y hasta dividida (analice las encuestas). Y no es capricho. Tales opiniones se basan en hechos muy reales. Véase la conducta negativa de algunos funcionarios, que empañan la labor de gobierno y de sus compañeros que si desean trabajar correctamente.

No se puede tapar el sol con la mano… La gente aprovecha –en todos los países del mundo- los periodos electorales, para inscribirse en determinado partido político, con el único propósito de obtener un nombramiento: en caso de que la agrupación política o el candidato que se apoya, gane las elecciones populares y llegue al poder. Y otros, también, desempleados, utilizan la amistad o familiaridad con altos funcionarios públicos, para lograr el mismo fin.

No obstante, aunque a muchos no les agrade, ninguno de los casos anteriores está clasificado como violatorio a la ley. Es un derecho inalienable de los seres humanos, valerse de cualquier medio lícito para buscar un trabajo digno y honrado, que permita una mejor calidad de vida. Ya sea una feria de empleos, vía internet, los diarios de la localidad; las agencias y bolsas de trabajo, visitas personales a las empresas o participando en la política partidista.

Incluso, aquéllos con gran capacidad, experiencia y trayectoria; igualmente, gozan de todo el derecho de aceptar un alto cargo que le ofrezca; por ejemplo, el Presidente de su nación.

Lo que sí es una falta administrativa, violación a las normas legales y atenta contra la moral y ética: es que el funcionario público se aproveche del padrinazgo o influencia, para no cumplir con el trabajo asignado.

El servidor público por ninguna razón, debe utilizar los recursos del Estado para uso propio o mostrar la peor imagen en el desempeño de sus labores. Por ejemplo, usar el teléfono y las computadoras para su beneficio; estar chateando o en las redes sociales, en horas de trabajo. Incumplir con su horario de labores, ser grosero con el público. Comer, maquillarse o chismear, cuando debe trabajar o atender a los demás. En fin, estos malos hábitos deben evitarse; ya que representan causales de amonestación y despido.

No importa el tiempo que usted, respetado servidor público, permanezca en el puesto; haga su máximo esfuerzo para realizar su labor con honradez, responsabilidad y eficiencia. De esta forma hará su contribución al mejoramiento de la administración pública y siempre será respetado por su excelente trabajo. ¡Y por supuesto! Sus referencias laborales serán magníficas.



Por: Eric Enrique Aragón

sábado, 20 de agosto de 2011

¡Gracias Jesús! Tú eres el mayor tesoro



Resulta muy triste para una persona que está sumamente agobiada y desesperada, por un problema, buscar ayuda en los demás y sólo recibir burlas y engaños.

Aún la humanidad no aprende que la burla y el engaño, es una práctica que trae pésimas consecuencias. Tenga siempre presente que nadie está libre de pecado ni de padecer una situación penosa. Lo que hoy le ocurre a su vecino, mañana puede pasarle a su familia o a usted.

Si no está en capacidad de ayudar a un ser humano que padece una necesidad o simplemente no quiere ayudar, pues no lo haga. Como dice la canción popular “de la media vuelta y váyase…” No critique ni haga ningún comentario negativo sobre la situación y tenga la seguridad que hará menos daño.

Nuestro Señor Jesucristo, cuando caminó por la Tierra Santa (hoy Israel), se esmeró, precisamente, en lo opuesto… Que los seres humanos –y más si profesamos el cristianismo- actuaran en todo momento con bondad y solidaridad hacia los más necesitados. Incluso, explicó: “…que si se desprecia al prójimo, a quien vemos todos los días ¿Cómo vamos a seguirlo a Él, a quien no vemos físicamente?

Lo lindo de todo esto, que trae paz mental y una esperanza a nuestras vidas, es que Jesús siempre está cuando lo necesitamos. Él no falla. No importa lo perverso y rebelde que sean los humanos ¡Basta con acercarse a Él con sinceridad y siempre responderá! ¡Jamás lo dude!

¡Gracias Jesús! ¡Gracias Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob! ¡Gracias por todo, Dios de Israel!

Por: Eric Enrique Aragón
20 de agosto de 2011

viernes, 12 de agosto de 2011

Fórmula ideal para rebajar de peso

Personas en todo el mundo, tienen tal desesperación por “verse bien” –producto del bombardeo publicitario- que gastan millones de dólares, siguiendo fórmulas “mágicas” para perder peso.

No se puede negar que en un par de meses, con estas prácticas de ensueño, llegan a quitarse un montón de libras. Se ven irreconocibles, hasta parecen artistas de cine y modelos; aunque pareciera que algunos tuvieran un rostro de sufrimiento y hambre, más que de felicidad.

Lamentablemente, a veces las apariencias engañan. Muchas de estas dietas atentan contra la buena salud; ya que no se alimentan bien, llenan sus organismos de químicos o realizan ejercicios muy agotadores, que después de un periodo –no muy extenso- abandonan todo el proyecto; pero, con mayor frustración, la autoestima por el suelo y un aumento de peso que nadie lo para…

Y no olvidemos a los que pagan mucho dinero por las operaciones quirúrgicas. ¡Se rebanan el cuerpo como quien despelleja un animal!
No existe tal fórmula mágica. Nada más en la mente de aquellos individuos que lucran con la frustración, desesperación y desconocimiento de los demás.
Controlar el peso es fundamental en todos los seres humanos, para mantener una excelente salud mental, física y espiritual.

Lograr el equilibrio adecuado entre los hábitos alimenticios, el ejercicio físico y la actitud mental positiva, es la clave del éxito.

Recomendaciones:

Tomar la decisión adecuada. Cambiar su sistema de vida es esencial para lograr el éxito. En los primeros meses tendrá que hacer un gran esfuerzo y sacrificio para modificar sus hábitos de conducta. Después de unos ocho meses, todo será más fácil.

Por ejemplo: pan, huevos cocidos, quesos, carnes (sobre todo pollo) y mariscos frescos y bien preparados; sopas, frijoles, arvejas, lentejas, cremas de toda clase (plátano, maíz, avenas, etc.); frutas, verduras, legumbres y tomar suficiente agua.

La clave está en combinar sus alimentos en cantidades adecuadas y que proporcionen todas las vitaminas que requiere el cuerpo.

Si el presupuesto lo permite, busque la asesoría de un profesional de la nutrición.


Fortalezca su autoestima. Repítase mentalmente, antes de dormir, que seguirá este plan con el propósito de: vivir mejor, alcanzar una excelente salud mental y física, ser dinámico, menos perezoso, más eficiente y mejor persona


Fortalezca su vida espiritual. Lea un salmo que le guste todos los días ¡Hágalo con fe! Asista a la iglesia todos los domingos. Practique la lectura positiva. Mantenga la paz y relaciones humanas armónicas con sus compañeros de trabajo, jefes, vecinos y con sus familiares. Estudie y haga todo lo necesario para cumplir con los preceptos morales y cristianos (nadie es perfecto, pero, hagamos el intento).

Desarrolle una actitud optimista.
No se mire al espejo buscando afanosamente, verse como un palillo de dientes (deje a los artistas de cine y modelos en paz…). Si usted llega a sentirse con más energía, optimismo, deseos de luchar por la superación y con buena salud mental y física, entonces, no dude que estará en el camino correcto. Siempre, sin darse cuenta, estará perdiendo peso.


¿Cuánto? No se preocupe. Lo cierto es que aunque sea poquito, siempre lo perderá durante toda la vida; ya que usted vivirá con un nuevo sistema de vida, que lo hará más feliz.
Aprenda a seleccionar los alimentos frescos y nutritivos. Evite el exceso de grasas, condimentos, químicos, alimentos “chatarra”, y cualesquiera otras sustancias que puedan ser dañinas al organismo.

Dieta balanceada. Incluye casi todos los alimentos que usted conoce. La sabiduría está en aprender a seleccionarlos y comer sin glotonería, utilizando la porción de acuerdo a su peso y actividad que realice diariamente.

Haga ejercicios físicos. Que no sean extenuantes ni frustrantes. Debe practicar uno que le agrade, sin excesos, por lo menos dos veces a la semana. Concéntrese y goce su ejercicio, debe ser placentero. No lo haga para rebajar o por obligación. Mire a los niños como gozan jugando. Natación, gimnasia, escalar montañas, correr, boxeo, karate, bailar como deporte; subir las escaleras de un edificio, caminar en las tardes o simplemente ir a la tienda cien veces caminando. La idea es que usted sea feliz, como un niño.

Descanso adecuado. Es imprescindible para el cuerpo y la mente reponer las energías gastadas durante el día. Procure levantarse temprano, por lo menos, de lunes a viernes (observe el bello amanecer); y por otro lado, vaya a la cama temprano. Evite el alcohol, cigarrillos y otras sustancias dañinas para el correcto funcionamiento del cuerpo humano (si lo hace se pondrá como un sapo).




Por:
Eric Enrique Aragón
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jueves, 11 de agosto de 2011

Las malas costumbres pueden matar

Todos los seres humanos en algún momento de la vida tienen que morir. Esto es parte de un proceso biológico que se considera normal: nacimiento, desarrollo, reproducción y muerte. La familia así lo acepta con dolor en el alma; ya que se trata de seres amados.

Lo que no se puede aceptar, es que un niño haya fallecido por Dengue Clásico. El infante adquirió la mortal enfermedad en su propia escuela; como resultado de la picada del mosquito transmisor. ¡Ironía de la vida! La escuela que debió darle una buena educación, “le quito la vida”.

Un noticiero local presentó las imágenes del centro escolar, sitiado por la basura y lleno de mosquitos (transmisores del Dengue). El plantel educativo está ubicado en un corregimiento popular, de la provincia de Panamá.

Es imperdonable que los padres de familia, maestros y directivos de la escuela, no hayan hecho nada para eliminar la basura y los recipientes llenos de agua estancada –criaderos de mosquitos-; ni siquiera para preservar la vida de los niños…

La comunidad entera es culpable por la mala costumbre que tienen, de tirar la basura por todas partes: calles, veredas, ríos, quebradas, zanjas, lotes baldíos, alcantarillas, en los predios escolares y en los patios de sus propias residencias.

Por supuesto, los tres actores que tienen el sagrado deber, de brindar la mejor enseñanza a los niños; es decir, los directivos, los educadores y los padres de familia; son los principales culpables, puesto que no hicieron nada para mantener la escuela, por lo menos, libre de basura.

¡Las malas costumbres pueden matar y también, la indiferencia humana!


Por: Eric Enrique Aragón 11 de agosto de 2011

Las malas costumbres pueden matar