Existe una enfermedad que se propaga, a la velocidad de la luz, por todos los sectores de la sociedad; sin hacer distinción de raza, nivel económico o edad.
Es como un tumor maligno que nos lleva paulatinamente y sin ninguna piedad, a la desdicha y muchas veces a la muerte... Sin embargo, cada día las personas buscan con más anhelo este mal, sin medir las consecuencias…
Nos referimos al alcoholismo. Un terrible mal que se burla de los seres humanos. Engaña a todos por igual: a los adultos, educados, millonarios, empresarios, intelectuales, políticos, gente común y lo más doloroso, a nuestra juventud. Les hace creer a todos que no existe nada pecaminoso en tomar unos cuantos tragos, incluso, que es algo normal y aceptado…
Pero, sin que los mortales se den por enterado, irá clavando sus garras de la muerte en la mente y en el cuerpo de miles de personas diariamente, y algunos –al día siguiente- no verán jamás salir el sol, ni asistirán a sus trabajos ni abrazarán a sus seres amados; porque ya no estarán en este mundo terrenal…
Una gran cantidad de accidentes automovilísticos, en los cuales los involucrados pierden algún miembro de su cuerpo, un niño muere o toda una familia, están relacionados con las bebidas alcohólicas.
Existen hogares donde la esposa y los hijos reciben crueldad física y emocional, en lugar del amor que debe imperar en la familia. ¡Qué dolor…! Los hijos cuando sean adultos harán lo mismo con sus familias… Pues, eso es lo que aprendieron en su hogar…
Tantos trabajadores cuyo triste ideal es cobrar su quincena, para dirigirse con los supuestos amigos, a la cantina, bar o bodega a comprar cervezas y bebidas alcohólicas. ¿Cómo podemos desperdiciar la vida de esta manera? Estamos rodeados de tantas cosas lindas que Dios ha hecho para el ser humano, pero, este tumor maligno no permite verlas. ¡Ore a nuestro Señor Jesucristo! Él nos puede ayudar. ¡Pídaselo con fe!
¡Dios mío! Y que decir de la juventud “divino tesoro” “semillero del futuro” Están desamparados; ya que los adultos no estamos cumpliendo con la gran responsabilidad de proporcionarles un buen ejemplo moral, de trabajo y esfuerzo, unidad familiar y de fe cristiana. Cientos de jóvenes se entregan cada día a los vicios, sobre todo, a tomar bebidas alcohólicas, para estar en algo y seguir la moda, como ellos mismos señalan. Pero, realmente están imitando a los crueles e inmorales adultos… ¡Gracias a Dios no todos los adultos actúan así…!
Y que decir de los famosos “deportes”, que se supone deben alejar a las personas de los vicios y malas prácticas. Pues, muchos torneos deportivos están rodeados de bebidas alcohólicas y otros vicios… Las mismas empresas que fabrican y comercializan los cigarrillos y bebidas alcohólicas, son los patrocinadores de estos eventos; de manera tal, que no pueden faltar los vicios… ¡Qué doble moral…!
No importa la presión de grupo, o la influencia de los anuncios publicitarios, que te incitan a consumir bebidas alcohólicas, únicamente tú, eres el dueño de tus decisiones, por lo tanto, dile NO a los vicios que destruyen a la familia y nos llevan a la muerte… Confía en Dios y dile No a las bebidas alcohólicas…
Por: Eric Aragón
16 de noviembre de 2010