“50 años de aislamiento no han funcionado, es hora de
un nuevo enfoque…”, discurso del presidente Barack Obama, en la Casa Blanca,
Estados Unidos.
La comunicación humana
en todos los tiempos ha sido compleja. De modo tal que las relaciones diplomáticas entre los Estados,
no pueden ser menos traumáticas, pues sus componentes principales son los seres
humanos; razón por la cual se requiere que la dirección de las relaciones
exteriores de los países, esté en manos de funcionarios con un vasto
conocimiento de historia, diplomacia y gran capacidad para tomar las decisiones
acertadas.
El presidente Obama, dijo una gran verdad que deberían
aplicar todos los gobernantes del planeta, con la intención de solucionar los problemas. “50 años de aislamiento no han funcionado, es
hora de un nuevo enfoque…”. Si los políticos de ambas naciones, hubiesen sido
más equilibrados y menos extremistas, quizás mucho antes se hubiesen resuelto
las diferencias entre ambos estados; no obstante, no fue así. Se permitió que
mucha gente buscando sus propios intereses, le echaran “más leña al fuego”, que
estuvo a punto de desencadenar una guerra entre las dos Superpotencias de la Guerra
Fría (Estados Unidos y la antigua Unión Soviética).
A pesar del tiempo transcurrido de sufrimiento y
miseria, sobre todo para Cuba; en hora buena tanto el presidente Obama, como el
presidente cubano Raúl Castro, acuerdan iniciar un nuevo periodo de relaciones
diplomáticas entre ambos Estados.
¡Claro! Algunos grupos que siempre obtuvieron grandes
ganancias personales, se opondrán al restablecimiento de las relaciones entre
Estados Unidos y Cuba. Pero, el verdadero ganador será el pueblo de Cuba.
Es normal que después de tantos años de estancamiento
de la economía, ahora el pueblo cubano tenga miedo de enfrentar los nuevos
desafíos; que trae como consecuencia la reapertura de las relaciones
diplomáticas.
Poco a poco estará llegando una diversificada y
colosal inversión estadounidense a Cuba: que abrirá nuevas fuentes de empleo, transformará
la infraestructura del país y pondrá más poder adquisitivo en los habitantes;
en otras palabras, la vida cotidiana de los cubanos cambiará radicalmente.
Sin embargo, dependerá del gobierno y de la sociedad
organizada prepararse lo más pronto posible, para proveer el recurso humano
competitivo que requerirá el sector empresarial y adoptar los planes necesarios
para contrarrestar los males que surgen de las sociedades modernas y de las
riquezas: corrupción, familias destruidas, sociedad sin valores morales, altos
índices de crímenes y drogadicción, pandillerismo, etc.
Únicamente los cubanos serán los arquitectos de su
destino como nación.
Nunca
olviden que todo debe iniciar con una sincera oración al Creador.
Por:
Eric Enrique Aragón
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