Para muchos padres (papá y mamá), sobre todo para la
mamá, es doloroso ver que después de tanto esfuerzo y sacrificio, su hijo tenga
un rendimiento escolar muy bajo.
El sueño de una mamá es que su hijo, cuando tenga más
edad, consiga un buen empleo, forme una excelente familia y sea una persona de
bien. Todo esto por medio de una buena educación. Por esta razón, la mayoría de veces, la linda
mamá está dispuesta a realizar su mayor sacrificio para que sus hijos alcancen
la verdadera superación.
¡Qué satisfacción para una mamá, cuando ve a sus hijos
e hijas, trabajando en prestigiosas empresas o prestando un servicio de
calidad, como técnicos o profesionales!
Además, viven en sus propias casas que pagan poco a poco; y algunos ya
tienen un lindo hogar. ¡Qué afortunados
son estos padres! ¡Jamás se deberían cansar de dar gracias a Dios! Y los hijos… ¡También deberían dar gracias a
Dios por tener padres que una vez se sacrificaron y tal vez dieron la mismísima
vida, para que ellos (los hijos) vivan mejor!
Sin embargo, no todos los padres viven un hermoso
sueño con sus hijos… La realidad es otra.
Existen padres que jamás debieron traer a sus hijos al mundo. Ellos (los padres) con su mal ejemplo y
crueldad, son los culpables de la desdicha de sus propios hijos. El infierno tiene un lugar especial para
estos malvados hombres y mujeres.
Por otra parte, encontramos cientos de padres, que
salen a trabajar muy duro, para pagarles la escuela a los hijos. Pero, lo que
menos pueden imaginar y aceptar, es que sus hijos estén en un mal camino. Lamentablemente,
es así.
Por ejemplo, niñas adolescentes, que son absorbidas
por otras adolescentes, que actúan como líderes, para llevarlas a participar en
actos sexuales con adultos, donde en la mayoría de casos se combina con bebidas
alcohólicas y drogas. También, los muchachos son atraídos por otros jóvenes
para consumir drogas o traficar con éstas.
Nada de esto es casual. Todo forma parte de un plan
bien elaborado por parte de mentes macabras (adultos), que tienen redes de
prostitución, tráfico y consumo de drogas, cuyo semillero está en las escuelas.
La mayoría de clientes de estos negocios infernales,
que están destruyendo a los niños y adolescentes del mundo, son personas de la
clase media, alta, políticos, empresarios; en fin, se trata, de gente con
dinero, que pueden pagar lo que se les pida –sea poco o mucho- (depende de la mercancía,
como le llaman ellos). Y que puedan
moverse en carros finos –con ventanas oscuras- y hacer sus orgías en casas y
apartamentos lujosos; en hoteles, locales alquilados, yates, aviones privados,
moteles, playas de acceso restringido, o simplemente, en la casa del vecino, en
una aparente y sencilla fiesta. Cabe destacar que muchas de estas redes son
sumamente peligrosas, son internacionales y están protegidas por gente local influyente.
¿Cómo operan? Nada es ocasional. Tiene líderes en las
escuelas. Es decir, estudiantes
totalmente dañados, provenientes de hogares donde, lo más seguro es que sus
padres practicaban todo lo malo. Los
líderes son muy inteligentes, carácter fuerte y sociables, es algo natural en
muchos; asimismo, reciben un excelente entrenamiento de los expertos adultos.
Ellos (líderes)
aprenden a analizar a sus compañeros por su conducta, las conversaciones, el rendimiento
escolar y las veces que los padres asisten a la escuela; en otras palabras,
saben detectar a los jóvenes que provienen de hogares destruidos, dónde los
padres lo que menos les interesa y siempre justifican, es asistir con frecuencia a la escuela de sus hijos,
para darse cuenta que hacen y quiénes son sus amigos. Y menos les importa, a los padres, compartir
o ser amigos de sus hijos. Y no se trata
únicamente de familias de escasos recursos, igual, ocurre con hijos de la clase
media.
¿Quiénes son los culpables? Obviamente, a los adultos
que dirigen estos negocios infernales, a los protectores, cómplices y a todos
los que se benefician y participan, debe caerles todo el peso de la ley. ¡Qué lástima que no se les puede aplicar la
ley “Ojo por Ojo y Diente por Diente”, como en los países orientales…!
También debería caerle todo el peso de la ley y más, a
todos los padres (de estos niños y jóvenes) que son irresponsables y los
verdaderos culpables, por el mal camino que han tomado sus vástagos. Si un hijo recibe cariño, amor, amistad y
protección de sus padres, sería muy difícil que fuese presa de esta gente
diabólica…
¡Y usted, papá y mamá, que tiene a su hijo (o hijos)
sano y salvo…! ¿Le gustaría que su hijo fuese arrastrado a este negocio de prostitución,
alcoholismo y drogas? ¡Por supuesto que NO!
Entonces, siempre demuéstrele amor a sus hijos; ambos
padres deben amarse y respetarse, asistan
a la escuela de sus hijos… Y deben grabar en su mente, que lo diabólico, no
descansa y siempre está al acecho, cerca de su casa, cerca de sus hijos…
Aprenda a detectar quién es su vecino y las amistades de sus hijos… Conozca y
converse con los maestros… ¡Haga todos los días una oración a Dios por sus
hijos!
Recuerden siempre, señores padres de familia: “El
futuro de sus hijos depende de ustedes…”
Por:
Eric Enrique Aragón