martes, 4 de diciembre de 2018

La justicia que todas las naciones desean...


Todas las naciones latinoamericanas han luchado con esmero y tesón, desde hace un poco más de dos siglos, para librarse de la opresión y la esclavitud.  Primero hubo que enfrentar con sangre y fuego a los poderosos conquistadores y colonizadores que venían del Viejo Mundo. Posteriormente, en décadas más recientes, una vez más las naciones de América Latina tuvieron que enfrentarse a las feroces dictaduras militares (su propia gente); apoyadas por el capitalismo o por la extrema izquierda. No importa cuál era la tendencia, lo único cierto es que ambas eran contrarias a los principios por los cuales siempre –desde la antigüedad- combatieron casi todas las naciones del mundo: “Libertad, Igualdad y Justicia”.

Cuando creíamos que América Latina estaba en este siglo 21, alcanzando mejores niveles de desarrollo, democracia y justicia; nos damos cuenta que realmente estuvimos retrocediendo en lugar de avanzar.  Es decir, sin hacer ningún alto, se ha caído en un estado de degradación moral, que ha corrompido casi -en su máxima expresión- a todos los órganos del Estado y a la sociedad en general. “Ningún sector de la sociedad se escapa de este cáncer”.

Lo peor es cuando la administración de justicia no funciona y es selectiva en sus investigaciones, acusaciones y fallos. Esto si es un problema grave, pues, es una clara demostración de que los gobiernos y el poder económico dictan las reglas que deben seguir los administradores de justicia o éstos primero se fijan en quien está delante de ellos para investigar o dar el fallo.

Justicia desigual y amañada es equivalente a una: "Justicia Selectiva".

¿Qué hacer? 

Los pueblos siempre tendrán el poder real si actúan con su conciencia” No les dé el voto a esos candidatos corruptos que desean reelegirse y tampoco a su partido para que vean ellos que los ciudadanos tienen mayor poder. 

Por otro lado, los distintos sectores de la sociedad que no están contaminados y desean mejores días para sus hijos y nietos, incluyendo a los medios de comunicación, cuestionen y pongan en evidencia estas malas prácticas de corrupción e inmoralidad de los políticos y administradores de justicia.

“El pueblo siempre ha vencido y seguirá vencedor”.


Por: Eric Enrique Aragón









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