Sin lugar a dudas la medida que adoptó Francia fue muy dura, al incluir a Panamá en una lista de países no cooperadores en materia de lavado de dinero y evasión de impuestos, llámese “lista negra”. No cabe la menor duda de que esta decisión afectará la economía panameña, considerada una de las más pujantes de América Latina, según el Banco Mundial.
Si por algún motivo algunos países miembros de la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), consideran
que Panamá no está cumpliendo en su totalidad con los acuerdos de intercambio
de información tributaria o que la legislación fiscal aún es muy frágil; le corresponde
al gobierno panameño por mandato constitucional, "demostrar lo contrario o
buscar los mecanismos para equiparar las leyes en materia tributaria con el
resto de los países, principalmente, de Europa y América".
En la actualidad no es un secreto que muchas empresas
“offshore”, se utilizan para el lavado de dinero, incluyendo la evasión fiscal.
Se debe aclarar que la constitución de una sociedad anónima dentro de un país o
en otra jurisdicción distinta al domicilio de los directores y accionistas, es
legal. El problema surge cuando éstas se utilizan para justificar miles de
millones de dólares provenientes del narcotráfico, venta ilegal de armas,
prostitución, terrorismo, corrupción política, evasión fiscal y otras
actividades ilícitas. Es por esta razón que se han creado leyes que obligan a
los centros bancarios del mundo: a conocer a los clientes, el origen de los fondos y la entrega de información confidencial a organismos
especializados en combatir los delitos de blanqueo de capitales, evasión fiscal y
terrorismo. También las firmas de abogados, contadores y otros profesionales del mundo financiero deben cumplir con estas reglas.
La creación de una comisión de alto nivel y las
reuniones llevadas por el gobierno, con distintos sectores de la sociedad
panameña, tales como la Cámara de Comercio y el Colegio Nacional de Abogados,
forman parte de la campaña oficial para enfrentar el delicado problema con
Francia; sin embargo, parecen poco prudentes y diplomáticas las declaraciones
de funcionarios importantes del gobierno con respecto al tema.
Utilizar expresiones como: “Si el
gobierno de Francia no reconsidera su posición, el gobierno de Panamá se va a
ver en la necesidad de tomar medidas diplomáticas…”, “Panamá tiene leyes de
retorsión que impiden al país afectado y sus empresas aspirar a los jugosos
contratos en Panamá…”, probablemente se consideren palabras muy fuertes, y más
que conciliar, podrían causar un efecto opuesto. De hecho ya el ministro de
Economía, Finanzas e Industria de Francia,
Michel Sapin, reaccionó: “Frente a esa amenaza, Sapin declaró hoy que "no le intimida",
y criticó con virulencia a ese país: "Panamá está demasiado acostumbrada a
hacer idas y vueltas, a hacer del bueno y del malo. Esto ya no puede durar
más". Fuente: Agencia EFE París, 6 abril de 2016.
Francia en la
actualidad lideriza conjuntamente con otras potencias, la lucha contra el lavado
de dinero y el terrorismo; en otras palabras la potencia europea está jugando
un papel muy fuerte e influyente a nivel mundial. El gobierno panameño debe
utilizar más “el arte de la diplomacia” y menos la confrontación
directa, si desea bajar el grado de tensión entre ambos estados y obtener
mejores resultados; ya que inevitablemente, en algún momento tendrá que
sentarse a la mesa a negociar con Francia. Es
útil recordar que el país europeo siempre ha sido un “gran amigo de Panamá”.
Por: Eric Enrique Aragón