En la actualidad, no existe ninguna sociedad libre y
democrática, que no hable de moral. Basta con oír los diferentes programas
informativos (noticieros) para descubrir,
que esta palabra está incluida en todos los temas de conversación.
Resulta difícil para no
decir imposible, que la moral pase inadvertida hoy día… Con
tanta delincuencia y sobre todo, la corrupción en la administración pública,
que se expande como el “peor cáncer”, la
reina más humillada, denigrada, maltratada y violada en el planeta Tierra, es
precisamente: la MORAL.
Para conocer hasta qué punto los principios morales se han
arraigado en el corazón de una persona, sólo tiene que poner en sus manos: poder y dinero, y se dará cuenta de una
manera contundente y definitiva, cómo es
en realidad el individuo y no
simplemente la bonita imagen que proyecta.
La política como arte o llámese un buen circo, sigue siendo
espectacular. Cualquier mortal se para frente a un público, utiliza una buena
oratoria o un lenguaje emotivo, sonríe, y al final reparte besos y abrazos
–también dinero y otros beneficios más- y los electores corren a darle el voto…
Si los ciudadanos de una nación anhelan que sus autoridades
sean más eficientes, entonces en el momento de emitir el voto no es suficiente
la imagen que vemos, se tiene que conocer la trayectoria pública y lo más que
se pueda y sea permitido, el comportamiento social de la persona, por ejemplo,
su relación con la familia, en la empresa privada, sus logros, actos de
solidaridad con la comunidad, etc.
No significa que se va a invadir la vida íntima de la persona
como algunos malintencionados lo hacen. Pero, si vamos a observar aquellas
conductas que están a la vista de los demás. Así se podrá obtener una imagen
más seria y real del aspirante a cargo público.
Si la población actúa de esta manera se podrá bajar un poco los niveles
de corrupción que existen en el sector público.
Por otra parte, el incremento de los funcionarios públicos de
distintos niveles de jerarquía, que cada año son denunciados o declarados
culpables por actos de corrupción, es un indicador claro de que las normas
morales que deben regir la conducta de los políticos son muy débiles o nunca
existieron.
La política jamás podrá estar distante de los principios
morales. Llámese moral al conjunto de reglas aceptadas por la colectividad
humana, que sirven de modelo de conducta y guía para determinar lo correcto e
incorrecto. De hecho los principios morales están muy unidos a la fe cristiana
y han servido como base e inspiración para crear las Constituciones de los
países de América y Europa.
Cumplir los valores morales, como NO ROBAR, para muchos
políticos es como vivir en el planeta Plutón. ¡Y es cierto! Cuando aquéllos que
llegan a puestos públicos obtienen poder y la facilidad de influir en el manejo
de millones de dólares, sin ningún control ni supervisión, sucumben ante los
millones… Tanto así que olvidan que la justicia penal tarde o temprano los alcanzará.
Si es político y aún no ha caído en la corrupción, no confíe,
tenga mucho cuidado, fortalezca su conducta moral y nunca le haga daño a su
familia. Si es político corrupto,
todavía está a tiempo de cambiar su vida, piense en su bella familia y pídale a
Dios misericordia, sabiduría y valor para enfrentar las consecuencias de sus
actos.
Por:
Eric Enrique Aragón
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