lunes, 5 de enero de 2015

El poder renovador de Dios

En el capítulo 57, Dios hace referencia a la rebeldía de la nación hebrea; además, hace evidente su enojo y al mismo tiempo dolor, por el camino equivocado que ha tomado en muchas ocasiones el pueblo escogido por Él para ejemplo de los gentiles (el mundo entero).

A pesar de que liberó a los israelitas de la esclavitud y de sus enemigos; éstos optaron una y otra vez por apartarse del camino marcado por El Dios de Israel y adorar otros dioses; sin embargo, en el capítulo 57 y en otros pasajes del mismo libro, se deja ver claramente “la gran e infinita misericordia del Altísimo”.

Dios tuvo compasión por la nación rebelde de Israel. Una y otra vez lo demostró. Léase el capítulo 57 del libro de Isaías y usted podrá entender la compasión y el perdón que Dios tuvo por su pueblo.

¿Quién de nosotros perdona y ayuda a semejantes que nos han maltratado, humillado y denigrado como lo hizo Dios con Israel, en la antigüedad? Es muy difícil que perdonemos y ayudemos a una persona que nos ha hecho daño reiteradamente. ¡Tal vez perdonemos una sola vez! Lo más seguro es que lo hagamos con cierta reserva… Pero, hacerlo varias veces a la misma persona, lo dudo mucho. ¡Quizás de boca nada más…! De corazón no creo…

No obstante, el Dios de Israel y de todos los que somos cristianos, sí lo hace con nosotros, tantas veces como sea necesario. Por eso, Dios es grande en misericordia y bondad. 

Si nos vamos a un lugar dónde nada ni nadie nos interrumpa, de manera tal que podamos hacer un recuento de nuestra existencia, desde el primer momento que comenzamos a tener uso de razón, algunos nos daremos cuenta que pasamos por tiempos muy difíciles; incluso, donde lo perdimos todo: familia, bienes materiales, la motivación de vivir, la buena conducta; en fin, estuvimos en lo más profundo del oscurantismo humano, a tal extremo que todos nos dieron la espalda.

Lo más hermoso de todo esto, es que finalmente descubriremos que Dios siempre estuvo a nuestro lado y estará siempre caminando conmigo y contigo, sea cual sea el camino que sigamos…




Por:
Eric Enrique Aragón


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