jueves, 7 de septiembre de 2017

El poder de los evangelios

Más de 2 mil años han transcurrido desde la muerte de Jesús; sin embargo, la historia de su vida aún sigue contándose…

Por más que sus enemigos han tratado de alterar o manchar su obra divina, con narraciones de ficción como aquellas relacionadas al Santo Grial, a los Caballeros Templarios o una supuesta relación sentimental con María Magdalena, lo cierto es que los Evangelios que relatan la historia de Jesús cada vez se hacen más poderosos e influyentes con el pasar de los años.

Todo lo bueno de este mundo se está acabando a pasos agigantados. Alguien alguna vez dijo: “Si desea conocer este pueblo venga rápido, porqué se hunde…”

Nada más tenemos que vernos en el espejo de la familia, institución que ya casi no existe como tal. Ésta se hizo a un lado para que todo el “modernismo, la ciencia y la tecnología, acompañados por la destrucción de los valores morales, el amor y la unidad familiar” tomen el control de la humanidad, tal como ocurre hoy día  ¡Sálvese quien  pueda!

Parece irónico que los mortales estén sumergidos en la inmoralidad, el desenfreno y la corrupción… y cuándo están al borde de la enfermedad, miseria, muerte o llegan al límite que tiene todo ser humano, precisamente, buscan lo que han estado negando: “el camino de la Fe Cristiana”.

 Los evangelios cuentan la historia del único personaje que tiene todo el poder, el amor  y la misericordia para librar a los seres humanos de sus miserias y proporcionarles verdadera paz y esperanza en un mañana mejor.




Por: Eric Enrique Aragón



domingo, 16 de julio de 2017

El ciego de Jericó

El libro de Marcos presenta la historia de un hombre, que a pesar de tener un serio impedimento físico –ceguera- no dejó pasar, tal vez la única oportunidad que tendría en su vida, de llamar la atención de Jesús, que en ese momento salía de Jericó con sus discípulos y gran multitud de personas.

El ciego Bartimeo, estaba sentado junto al camino mendigando y oyendo que era Jesús –imagínese la escena- el hombre se olvidó de las limosnas, de su ceguera, no le importó nada, sólo gritar y gritar: “¡Hijo de David, ten misericordia de mí!”

He aquí un hombre que aprovecha la mejor oportunidad de su vida para clamar, orar, rezar, pedir, arrodillarse, acercarse, no interesa la palabra que utilicemos; lo importante es acercarse a Jesús “con el corazón en la mano”, “con toda nuestra sinceridad”, para decirle en ese preciado momento: “Señor Jesús, mi vida es tuya, sin ti nada puedo hacer, no tengo fuerzas para seguir adelante, no puedo resolver mis problemas que tanto me perturban, no puedo avanzar en la vida, me siento solo y abandonado… pero Señor Jesús yo creo firmemente que tú me puedes ayudar…”

Siga el ejemplo del ciego de Jericó, que no permitió que nadie lo callara ni lo hiciera dudar de su Fe en Jesús. Gritemos como lo hizo el ciego Bartimeo: “Jesús, hijo de David, ten misericordia de mí”.



Por: Eric Enrique Aragón

sábado, 24 de junio de 2017

El proyecto más difícil…

¡Qué hermoso el fragmento que sigue! Santiago cap.1, verso 6: “Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra”.


Vivir el día a día es fácil, todos los mortales lo hacemos. La pregunta sería: ¿Actuamos cada día con sabiduría y fe?  Una gran parte dirá al son de la trompeta que sí. No obstante, los momentos difíciles de nuestra vida -qué jamás terminarán entretanto el corazón palpite- demuestran lo opuesto.

El libro de Santiago del Nuevo Testamento, en su capítulo 1, verso 5, señala: “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada”.

Así es…No hay otro modo. Pidamos a Dios, en el nombre de su hijo amado “Jesucristo”, mucha sabiduría, de manera tal que en los momentos “muy duros”, en los cuales perdemos todo el control emocional y llegamos a creer que no hay solución o que nuestro destino era fracasar en la vida, no tomemos ninguna decisión que nos conduzca a un abismo del cual no podamos salir nunca.

¡Qué hermoso el fragmento que sigue! Santiago cap.1, verso 6: “Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra”.

Otro pasaje maravilloso en el libro de Hebreos. cap.11, versículo 1:”Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. Igual de significativo, es el verso 6, del mismo capítulo: “Pero sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que existe y que es galardonador de los que le buscan”.

En los momentos de desesperación clamemos a Dios con fe y sinceridad, y Él nos ayudará…”



Por: Eric Enrique Aragón                                                                                                           

sábado, 20 de mayo de 2017

La sociedad panameña a punto de socavar los cimientos de la maltrecha unidad familiar…


La Corte Suprema de Justicia muy pronto tendrá que emitir su fallo, con respecto a la demanda de inconstitucionalidad contra el artículo 26 del Código de Familia, que establece que el matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer. Sería lógico pensar que será un fallo favorable a los demandantes, ya que la presión local va en aumento y además “el matrimonio gay” es la nueva tendencia mundial o sea la nueva moda”.

La libertad de expresión es la reina de los Derechos Humanos y la columna vertebral que sostiene, fortalece y desarrolla un Estado de Derecho. Gracias al juego de opiniones podemos encontrar el mejor camino hacia una sociedad más justa, humana, solidaria y trabajadora.

Sin embargo, hay leyes que acompañan al hombre desde que apareció en la faz de la tierra, como es el respeto a la unidad natural de la familia. Desde la Edad Antigua, todos los aportes al desarrollo, prosperidad y bienestar de las naciones ha girado en torno a la familia. Igual ha pasado con los eventos negativos de la sociedad.

El comportamiento de los individuos y de las naciones va unido directamente al entorno familiar. Podemos comparar al ser humano con un producto económico. La calidad del producto dependerá de los materiales utilizados y de la mano de obra. Asimismo ocurre con la juventud panameña.

El índice alarmante de fracasos escolares, el consumo de drogas y licor, los robos, hurtos, asesinatos, pandillerismo, incremento en los embarazos de niñas, deserción escolar, falta de motivación en la juventud por la superación, violencia intrafamiliar, feminicidios, corrupción en la administración pública y otros actos que van en contra del bienestar social y violan las leyes: se vinculan a la formación y ejemplos recibidos desde la niñez en la familia.

¡Somos hipócritas! La mayoría aquí en Panamá vamos a alguna iglesia, dónde se enseñan los principios cristianos que van unidos a los valores morales; dónde nos explican el valor de la familia compuesta por una mamá (que no se puede reemplazar), un papá que es imprescindible y los hijos nacidos del vientre de la mujer. Por otra parte, nos quejamos como sociedad por la pérdida de las buenas costumbres; apoyamos las causas tendientes a fortalecer la unidad familiar; queremos celebrar la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ)… Y ahora los panameños salen con toda clase de argumentos sacados hasta debajo de las piedras, para justificar la unión entre personas del mismo sexo… Y después ¿Qué viene?  Legalizar que dos hombres como papá y mamá, adopten a los niños.

Las personas que tienen conductas homosexuales merecen todo el respeto, oportunidades de superación y ayuda psicológica; pero, jamás en este mundo podrán sustituir a la familia compuesta por una mamá, que juega un papel único en la vida de todos los hijos; un padre que es parte importante en la formación del carácter y disciplina de los vástagos y los hijos nacidos del vientre de la madre.

¡Qué hipócritas somos! Estamos acabando con los cimientos de la familia. Cuando la corrupción y la inmoralidad toquen nuestras puertas, pediremos a gritos ayuda y nadie no las dará, porque estaremos en “Sodoma y Gomorra”.


Por: Eric Enrique Aragón

sábado, 15 de abril de 2017

Reflexión de “Fe”



Creer en algo es parte inalienable de la existencia humana.
Ningún mortal puede aseverar que no tiene fe ¡claro que sí!  Tal vez no profese el cristianismo,  pero, indudablemente tiene confianza en  alguna cosa, que podría ser el razonamiento humano, la astrología, una doctrina política y económica, un líder, lo desconocido, las fuerzas oscuras, el dinero, sus habilidades o el poder.

Nadie se escapa de la necesidad de “creer en algo”, ya sea del mundo material o espiritual… Lo que si debemos definir con tajante claridad y seriedad es hacia dónde vamos. De esta decisión dependerá nuestro futuro.

Existe un dicho muy real y que nunca pasará de moda: “Lo que se siembra, se cosecha”. Cuando llegamos a la edad madura nos damos cuenta de todos los errores que cometimos. En nuestros años de juventud despreciamos todos los buenos consejos, seguimos todos los caminos negativos (era lo más fácil y atractivo). Jamás visualizamos el futuro… Lo veíamos muy distante… Hasta que llegó y nos encontramos “desnudos”, “sin nada”. 

Tantas personas alrededor del mundo no tienen una vivienda digna y propia; no aprendieron un oficio o profesión cuando tuvieron la oportunidad. Por alguna razón carecen de una familia, que representa la fuente de amor y estabilidad emocional que requiere el ser humano y por último, estos adultos están abandonados, ya que no gozan de una jubilación. 

En otras palabras millones de personas lloran, porque no lograron nada en la vida y ahora aunque quieran corregir parte del camino, es demasiado tarde. “Todo tiene su tiempo” decía: el sabio Salomón. “No podemos volver al pasado”. Situación muy dolorosa que viven aquellos que han despertado de su sueño, para darse cuenta que no tienen nada…

Las decisiones equivocadas se relacionan en forma directa con la Fe que tenemos todos en nuestros años mozo. Creer en cosas materiales como el dinero, en doctrinas imperfectas hechas por el hombre o en fuerzas oscuras, no conduce a un futuro prometedor y estable. 

Parece un cuento de hadas, mas no lo es… La única fuente de vitalidad y sabiduría para tomar las mejores decisiones en la vida es: “La Fe Cristiana”. No cuesta nada confiar plenamente en Jesucristo que dio su preciosa vida por la perversa humanidad. Hablemos con su Padre, el “Dios del Cielo”.  Ellos sabrán guiar a la gente joven y también a los adultos…


Por: Eric Enrique Aragón