Vivimos en tiempos difíciles… La enfermedad y
muerte acechan en cada esquina, el desempleo aumenta, los alimentos
son escasos en los hogares, crece la violencia intrafamiliar; y el encerramiento,
la desesperanza y el estrés ahogan a muchos… Esto es lo que vive día a día la
mayor parte de la población: la clase trabajadora, media y marginada.
Utilizar dinero para comprar bebidas alcohólicas en
estos momentos, sobre todo, en aquellos sectores donde existe más pobreza, es
una colosal irresponsabilidad y demuestra la falta de amor hacia la familia.
Y es gravísimo, porque la persona que está bajo la influencia de bebidas alcohólicas, está más predispuesta a cometer actos de violencia, perder la cordura y desobedecer todas las medidas de protección contra el Coronavirus.
Un Estado de Emergencia Nacional, implica ciertas restricciones para los habitantes de un país, es decir, algunas garantías constitucionales como la libertad de tránsito, pueden ser limitadas; por ejemplo: ¨la cuarentena¨, que los Gobiernos han impuesto producto del Covid-19.
También la ¨Emergencia Nacional¨, obliga a los Gobiernos a llevar políticas de salud pública transparentes y que se ajusten a la realidad que vive la población.
Si por un lado las autoridades señalan el incremento de ataques contra las mujeres y de violencia intrafamiliar; la falta de conciencia en el cumplimiento de las medidas para evitar la enfermedad y la frecuencia de fiestas en azoteas y otros lugares; entonces, como esos mismos Gobiernos pueden permitir la venta y consumo de bebidas alcohólicas en un Estado de Emergencia.
Estas son decisiones de las autoridades que son incongruentes con la realidad de la mayoría de habitantes de una nación y que en nada favorecen la salud pública.
¨Las bebidas alcohólicas no son parte de la canasta básica de alimentos ni ayudan en nada a consolidar la unidad familiar y mucho menos a fortalecer el sistema inmunológico del ser humano, que es la principal defensa contra el Covid-19¨.
Y es gravísimo, porque la persona que está bajo la influencia de bebidas alcohólicas, está más predispuesta a cometer actos de violencia, perder la cordura y desobedecer todas las medidas de protección contra el Coronavirus.
Un Estado de Emergencia Nacional, implica ciertas restricciones para los habitantes de un país, es decir, algunas garantías constitucionales como la libertad de tránsito, pueden ser limitadas; por ejemplo: ¨la cuarentena¨, que los Gobiernos han impuesto producto del Covid-19.
También la ¨Emergencia Nacional¨, obliga a los Gobiernos a llevar políticas de salud pública transparentes y que se ajusten a la realidad que vive la población.
Si por un lado las autoridades señalan el incremento de ataques contra las mujeres y de violencia intrafamiliar; la falta de conciencia en el cumplimiento de las medidas para evitar la enfermedad y la frecuencia de fiestas en azoteas y otros lugares; entonces, como esos mismos Gobiernos pueden permitir la venta y consumo de bebidas alcohólicas en un Estado de Emergencia.
Estas son decisiones de las autoridades que son incongruentes con la realidad de la mayoría de habitantes de una nación y que en nada favorecen la salud pública.
¨Las bebidas alcohólicas no son parte de la canasta básica de alimentos ni ayudan en nada a consolidar la unidad familiar y mucho menos a fortalecer el sistema inmunológico del ser humano, que es la principal defensa contra el Covid-19¨.
Por: Eric Aragón