Una ingeniera que yo conozco y
que está desempleada desde hace unos 4 meses, tuvo que verse en la necesidad de
ir al banco… Éste es uno de los más importantes de capital panameño. Llegó a la
hora que le correspondía (de acuerdo a las reglas de cuarentena) y a la
sucursal que está más cerca de su corregimiento. Encontró una larga fila y
con gente que no tenía que estar allí, porque no era la hora de salida de ellos
según el último dígito de cédula.
Pero ¿Por qué estaban allí desde
temprano? Por dos razones de fuerza mayor. La primera para lograr una atención
rápida por parte del banco y la segunda, porqué la entidad no les daba una
respuesta oportuna y en firme por el tema de los pagos a préstamos
hipotecarios, tarjetas de crédito y otros problemas más.
Y a esta angustia VÁLIDA de los deudores se
suman las respuestas que reciben muchos cuando llaman al banco: ¡Nos hace una
nota explicando su situación de desempleo...! ¡Sólo le vamos a dar un periodo
de gracia por el mes de abril…! ¡Abone algo y le rebajamos los intereses…!
¡Nosotros le llamamos…!
Si los bancos no unifican
sus criterios en cuanto a la forma de ayudar a sus clientes, sino que cada uno
busca su propia estrategia, que podría no ser la mejor en ciertos casos: ÚNICAMENTE va a
causarle a los clientes un estrés dañino.
Ciertos bancos están
adoptando medidas que no reflejan la solidaridad que deberían tener hacia sus
clientes o así se percibe… Por teléfono nada es seguro…Ni está escrito… Y visitar
a los clientes por parte del banco, con las acciones extremas de
cuarentena total que se aproximan, será difícil la mensajería.
Y al final, aunque el banco tenga
la intención de ayudar a los clientes, éstos movidos por la preocupación -que
es válida en estos momentos que el dinero se acaba y el desempleo aumentará, y
la vida es primero- estarán dispuestos a sortear las prohibiciones de cuarentena,
para ir personalmente a los bancos a despejar las dudas y conseguir respuestas
concretas y definitivas.
La mejor acción era -tal vez me equivoque- que los
bancos que tienen la base de datos aplicaran un periodo de gracia uniforme y automático,
aunque hubiese sido por 2 meses nada más… y aquellas excepciones, manejarlas
ellos, los bancos con los clientes. Y no poner a miles y miles de clientes a
redactar notas, hacer llamadas y correr a los bancos desesperados…
Otro grupo muy especial son aquellos que viven
día a día de lo que consiguen en la calle: lavando autos, vendiendo productos
por la calle, o viendo cómo se ganan honradamente la comida del día. Este
sector es enorme, sobre todo, en la ciudad capital…
En fin, no terminaría
nunca explicando cómo vive el panameño común y corriente, principalmente en la
ciudad capital.
¡Y tome en cuenta también a los profesionales, técnicos y colaboradores, todos desempleados (que tenían buenos salarios) que carecen de familia pudiente o no tienen quién los ayude! Y seguro que a la hora de repartir comida o algún
bono en efectivo nadie los visitará o los dejarán de último; porqué
aún viven en excelentes casas o apartamentos que compraron cuando ganaban más o menos un buen
salario, quizás 1200 dólares y más, en forma individual o familiar… y que ahora no
pueden pagar o, mejor dicho, ya casi estaban al borde de que los bancos les quitaran la vivienda y otros bienes.
La realidad es que hay miles de
ellos que perdieron sus trabajos en el gobierno anterior o en la empresa
privada y ahora se están comiendo un cable, a punto de perder todo: carro,
casa, tarjetas de crédito… están comiendo sardina de la más barata y con estrés
agudo, porqué no tienen fuentes de ingresos.
Otros de este mismo grupo,
estaban vendiendo comida, empanadas, manejando Uber, realizando toda
clase de trabajitos para poder comer y recibiendo ayuditas de amigos hasta que llegó el CORONAVIRÚS y empeoró la situación de ellos: ¨Ni camarones ni
posibilidad de empleo por un largo tiempo…¨ Y se sumarán más desempleados de
clase media hacia abajo y pequeños empresarios que quebrarán …
La única verdad es que el
CORONAVIRÚS no solo ha traído enfermedad y muerte, sino, también, múltiples
daños colaterales, pero, igual de negativos, que al final desembocarán en
enfermedades; y situaciones extremas de necesidades y problemas familiares.
El Estado de Emergencia Nacional,
le da facultades excepcionales a los Gobiernos, que se justifican; pero, también,
tienen el deber de analizar todas las variables y componentes de los distintos
sectores de la sociedad para ir adecuando los planes de contingencia que se
tienen.
¨Para los gobiernos es un
problema inédito, igual lo es para la población¨.
No se trata únicamente de sancionar y procesar
legalmente a los que violen las normas ni de hacerlas cada vez más extremas…
hay que detener el CORONAVIRÚS, Y LA MEJOR FORMA ES QUEDARSE EN CASA. PERO,
TAMBIÉN HAY QUE RESOLVER DE MANERA EFECTIVA LAS NECESIDADES A LA POBLACIÓN.
AMBAS COSAS DEBEN IR DE LA MANO… SI NO SE HACE TARDE O TEMPRANO VIENE LA
INCORFOMIDAD POR PARTE DEL PUEBLO.
En las calamidades es que
se pone en evidencia la capacidad, inteligencia y creatividad de nuestros
gobernantes y líderes…
Por: Eric Aragón