martes, 1 de marzo de 2011

El poder de la alabanza espiritual

¡Creer en lo que se hace…! ¡Tener confianza… Podemos llegar a la meta fijada…! Y lo que debería ser más importante para la vida de los seres humanos: “La fe cristiana”.

La fe, es sencillamente, de acuerdo al conjunto de libros que contienen la mayor sabiduría “Las Sagradas Escrituras”, una combinación de certeza y convicción, en la fuerza divina.

Exactamente, en el año 1974, llegó a mis manos un libro que no solamente llamó mi atención, sino, que me dediqué a leerlo… En esa época –a mis trece años de edad- no era muy amante a la lectura; sin embargo, como mi vida era un poco solitaria y aburrida, me entretenía, a veces, leyendo cualquier revista o libro que encontrara divertido…

Recuerdo que olvidaba el tiempo, pues siempre estaba solo en la casa, leyendo novelas de vaquero, acción o románticas (me refiero a las pequeñas novelas, que por donde uno mirara era un mar de letras, y en su mayoría traducidas del inglés al español)… Eran aburridísimas… No obstante, entre éstas y la soledad, prefería leerlas... Y así la soledad se hacía chiquita frente a la loca imaginación que volaba a su antojo…

De vuelta, nuevamente al libro que llegó a mis manos y que me impactó bastante –tal vez hayan otros mejores, pero, a esa edad me impresionó a tal extremo que aún recuerdo todas las emociones que sentí al leerlo y que definitivamente marcó mi vida para siempre-.

Si mi memoria no me falla, el libro se titulaba. ”El poder de la alabanza espiritual”. ¡No me pregunten por los autores…No recuerdo tanto…! El autor del libro explicaba los resultados que se alcanzan cuando, en secreto o mentalmente y en forma constante, se da gracias a Dios en medio de alguna dificultad que tengamos –no importa la magnitud-. Los efectos positivos que se lograban, los sustentaba con el testimonio de muchas personas, que mediante la acción de dar gracias a Dios o a Jesús –repito, en medio del problema- obtenían algún tipo de satisfacción.

“Una señora iba a ser sometida a una operación quirúrgica, para salvarle la vista. Según los médicos las probabilidades de que la intervención fuese exitosa, tomando en cuenta su edad; era de un 30 por ciento. Desde que la señora supo esto, en medio de sus lágrimas, empezó a alabar a Dios cada vez que podía… ¿Cuál fue el resultado? La operación salió mejor de lo que se esperaba…” Así eran los testimonios que presentaba el autor, con el propósito de sustentar el libro.

¡Bueno…! Tengo que admitir que desde que leí el libro, he puesto en práctica “la acción de dar gracias a Dios”, cada vez que tengo dificultades; y también, cuando todo sale bien… ¡Créanme! que verdaderamente existe: “ EL PODER DE LA ALABANZA ESPIRITUAL”.




Por: Eric Enrique Aragón
23 de febrero de 2011

¿Cómo quieres verte en el año 2011?

Escuchar hace un par de días a un vecino, quien le decía a otra persona, más o menos lo siguiente: “No cuentes conmigo para ese trabajo. Mañana será un día sagrado para mí…” (Se refería al último día del año), me hizo recordar dos aspectos de mi vida. Primero, retrocedí en el tiempo hasta finales de los años 60. Y después, hice una remembranza de aquel año, cuando vivía en la ciudad de San José, Costa Rica. Específicamente el año 1984.

El día 24 de diciembre, al igual que el último día del año (31 de diciembre), mis tutores me decían, o mejor dicho, me ordenaban que me bañara y me pusiera –quizás mi mejor vestido- un pantaloncito largo y una camisa estampada o de cuadritos, manga larga. Y me explicaban que lo correcto era estar en esos días, en horas de la tarde, bien arreglado para recibir la Navidad y el Año Nuevo, respectivamente. ¡Por supuesto! Siempre me dominaba el sueño antes de la medianoche. Lo que si me gustaba era la cena que teníamos, aproximadamente, a las 8 de la noche. Realmente, ésta consistía en una comida sencilla, unos dulces y las ricas frutas, que saboreaba como si la vida fuese nada más eso, “comer frutas y dulces”. Casi siempre algún vecino nos regalaba todo lo que se ponía sobre la mesa para comer.

Mi anhelo más grande al día siguiente, eran los juguetes. En esos años todavía se le hacía creer a los niños que los juguetes los traía el niño Dios, en horas de la madrugada. La gente adulta escondía los juguetes a los niños, para ponérselos sin que éstos se percataran, debajo del arbolito de navidad. En mi caso, me ponían los juguetes (que por cierto, con frecuencia eran pocos y muy sencillos) cerca de la cama; de manera tal, que al despertar los viera inmediatamente y en consecuencia, me volviera loco por la emoción –que siempre así ocurría-.

No me atrevo a decir si esta acción de ocultar la verdad a los niños, era buena o mala. Lo que sí puedo asegurar es que yo era feliz. ¡Y por cierto! Jamás… ¡Jamás! Hubo licor en la casa ni fiestas. Todo se limitaba a vivir y recordar sanamente lo relacionado a la Navidad. Estar en familia e ir a la iglesia (católica), aunque fuese a contemplar un rato, el nacimiento del Niño Dios, era lo importante para mí.

Tuve la dicha de estar con tutores, todas eran damas de cierta edad, que me inculcaron esta forma de vivir y entender la Navidad y el Año Nuevo. Mi madre era una española gitana, que huyendo del periodo franquista, se radicó en Costa Rica, por los años 50. Cuando nací se devolvió a España. Nunca en mi vida logré disfrutar unos minutos con ella. Y mi padre… Otro aventurero rumano. Éste ni la sombra me dejó. Por esa situación viví con muchos tutores… Definitivamente que después de muchos años de rebeldía y aventuras, mi vida cambió gracias a estas nobles personas; cuyos ejemplos y enseñanzas están bien guardados en mi mente y en mi corazón. ¡Alabado sea Dios por darme esta bendición…!

El otro bello recuerdo y que morirá conmigo, fue aquel momento en el cual leí un artículo, muy motivador, que se titulaba, “¿Cómo quieres verte a los 40 años?” En ese año tenía 23 años. El escrito se refería al hecho de que debemos preocuparnos por mejorar nuestras vidas y trabajar para alcanzar nuestros ideales, empezando desde este momento; de modo tal, que nuestro futuro a mediano y largo plazo sea mejor.

En otras palabras, “Debemos sembrar buenas semillas, el día de hoy, para cosechar excelentes frutos el día de mañana”.

El artículo terminaba con la frase lapidaria del gran pensador romano,
Marco Aurelio: “Nuestra vida es lo que nuestros pensamientos hacen de ella”.

Y la pregunta para ti: ¿Cómo quieres verte en el año 2011?



Autor:
Eric Enrique Aragón
31 de diciembre de 2010

Siempre daré un paso más...




Madre SOS, una mamá diferente…

¡Felicidades a todas las bellas madres en su día!
Aquí en la República de Panamá se celebra el grandioso Día de las Madres, el día 8 de Diciembre de cada año. ¡Y qué mejor día para agradecer a Dios por todas las madres, que el día de la Inmaculada Concepción!

La madre para un niño es lo más sagrado, sublime y bello que puede anhelar en la vida. La amorosa y sufrida mamá que siempre está con sus hijos, en las buenas y en las malas.

Esa madre que aunque no tenga nada para comer o reciba el cruel maltrato de su compañero –algunas veces el propio padre de los niños-; siempre estará dando amor y ternura a sus bebés, y los defenderá hasta con su propia vida…

Para la inmaculada madre, todos sus hijos son iguales y siempre los amará; no importa si éstos (sus hijos) son rechazados por la sociedad o van por un mal camino. Ella siempre los perdona y los espera con los brazos abiertos... En verdad eres el amor perfecto…

¡Cuán necesario eres mamá en este mundo lleno de maldad! ¡Te necesitamos para hacer de este planeta, un mejor lugar para habitar!

Ella nos da fuerzas y nos enseña el inmenso significado del amor y de la bondad. Ella nos mima, besa y protege en esas noches oscuras. También nos reprende y nos castiga; pero, jamás dejamos de quererla, porque ella es el perfecto amor en nuestras vidas.

Un niño sin su madre, nunca será un adulto totalmente feliz. La madre jamás se podrá reemplazar. El mismo Dios le buscó una madre terrenal a su hijo Jesucristo, cuando habitó en este mundo.
Deseo extender mi agradecimiento a unas madres muy especiales, a las Madres de las Aldeas Infantiles SOS. A pesar de que no tienen hijos propios, igualmente son excelentes madres. Y muy especiales, ya que con mucho amor y ternura, hacen un gran esfuerzo para suplir en parte, la ausencia de una madre en el corazón y en la vida de muchos niños y jóvenes huérfanos y carentes del amor de un hogar.

Gracias a todas las Madres de las Aldeas Infantiles SOS. Esta es una institución que funciona en varios países del mundo, incluyendo, la república de Panamá, cuyo objetivo es ayudar a los niños desamparados.

En la actualidad, miles de niños alrededor del mundo, gracias a Dios y a las Madres SOS, tienen un mejor futuro.

FELICIDADES A TODAS LAS MADRES EN SU DÍA, QUÉ DIOS LAS BENDIGA HOY Y SIEMPRE. Y A TI BELLA MADRE, DIANA MEDINA BRAVO, QUE CON TANTO CARIÑO Y COMPRENSIÓN CUIDAS A DIANA ISABEL Y A MICHAEL ALEXANDER…

Autor:
Eric Enrique Aragón
7 de diciembre de 2010

lunes, 28 de febrero de 2011

¿Qué hacer cuando todo sale mal?

Es difícil predecir cómo será nuestro comportamiento ante un hecho inesperado. Hasta la persona más racional, en un momento dado de su vida, ha actuado de una manera totalmente contraria, a la sabia razón.

En una ocasión un esposo, que ya contaba con una edad madura, no pudo soportar que su esposa de la noche a la mañana, le pidiera el divorcio, después de muchos años juntos. Y sin importarle con sus hijos, ni pensar en lo que hacía, sacó un pequeño revólver que durante años había tenido en un casi olvidado cajón y lo descargó sobre su esposa, compañera y madre de sus hijos. Unos minutos después se dio un tiro en la cabeza.

Una pareja que durante más de 20 años había llevado una vida tranquila y que juntos habían educado a sus hijos, que ya superaban los 30 años, se había acabado en cuestión de minutos.

En otro caso un joven, porque su perrito que tenía de mascota, le saltó encima y le derramó un jugo sobre una camisa nueva, le dio una patada tan fuerte que acabó con la vida del pobre animal, que únicamente quería demostrarle afecto a su amo, como lo hacía diariamente.

Si nos pusiéramos a relatar todas las situaciones similares, jamás terminaríamos; ya que todos los seres humanos, casi a diario, enfrentamos malos momentos o eventos que no se esperan. Y duele más, cuando las adversidades o los sucesos imprevistos ocurren cuando todo se ha tratado de hacer bien. Cuando ha habido una planificación, tomando en cuenta cada detalle. O como dicen algunos: “No me explico, porqué me ocurre esto, si yo no perjudico a nadie; al contrario cuando puedo hacer el bien lo hago…” “¿Por qué a mí?” “Yo voy a la iglesia siempre o confío en Dios”.

Resulta casi imposible explicar porqué la vida es así y a veces un poco injusta. Hay personas que se buscan los problemas –y algunos hasta bien merecido lo tienen-; no obstante, hay seres humanos, que sinceramente, no merecen que les ocurran tantas dificultades.

Quizás nadie pueda explicar esto… O decir que siempre tendrá la fortaleza necesaria para mantener el equilibrio emocional, cuando los eventos inesperados vengan a incomodar su vida.

Lo único que si le puedo asegurar, estimado lector, es que nosotros los seres humanos somos tan frágiles, que a veces la vida depende de un hilo de coser. Mire a su alrededor –tal vez los ejemplos están cerca de usted- o investigue y se dará cuenta de tantas personas o familias, cuyas vidas han tenido un cambio negativo, debido a unos minutos de ira que ha nublado la razón.

¡Siempre tengamos presente, que somos frágiles y pequeños! Nuestra vida es como la neblina que se desvanece en cualquier instante…

Aprendamos a ser humildes, bondadosos y respetuosos con nuestros semejantes y con la naturaleza.

Regalemos todos los días, al amanecer, unos minutos a nuestro Creador.
Hagamos desde lo más noble de nuestro corazón, una pequeña oración a Jesús.
Digámosle: Señor JESÚS, soy frágil, no sé que hacer frente a mis dificultades… ¡Ayúdame, por favor!



Por:
Eric Enrique Aragón
11 de enero de 2011