La solicitud formal para que Palestina sea admitida como Estado miembro de las Naciones Unidas (ONU), entregada por el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, el día 23 de septiembre del año en curso, al Secretario General de la ONU; -¡cómo era de esperarse!- generó muchos comentarios y manifestaciones en diversas regiones, sobre todo, en el Cercano Oriente.
Esta petición de Palestina, trajo a mi mente muchos recuerdos que están bien guardados, mas no olvidados, de los años 70. Era común en esta década –casi el plato diario- escuchar en todos los foros internacionales, a los dirigentes comunistas, ateos y extremistas, pronunciar largos y aburridos discursos, cuya nota predominante eran los ataques al movimiento de liberación nacional -cuyo objetivo era la libre determinación del pueblo judío- conocido como sionismo; y ataques también, al imperialismo Yankee.
Indudablemente, la década de 1970, representó los años dorados de los Países No Alineados, la Unión Soviética (URSS), Europa Oriental (naciones satélites de la URSS); Fidel Castro y su Cuba socialista, el depuesto Muamar el Gadafi (líder del terrorismo en esos años), Yasir Arafat (famoso líder palestino), entre otros personajes. Algunos de estos señores, pagaron muy caro sus mentiras y burlas a sus respectivos pueblos. ¡Y por supuesto! Los partidos comunistas y todos sus dirigentes trasnochados, vividores, llenos de odio y maldad; igualmente, estaban de moda en toda América Latina.
Una de las razones principales y obvias, por las cuales Estados Unidos de América -gran ejemplo de democracia y libertad de prensa- apoya a Israel; es precisamente, por lo que Adolf Hitler vió en los judíos: que éstos eran muy hábiles para los negocios y las finanzas. Uno de los motivos por los cuales exterminó a millones (Holocausto) durante la Segunda Guerra Mundial. Pero,Hitler se equivocó con su odio a los judíos.
Esta es una nación fundada por el mismo Dios de los musulmanes, cristianos, ortodoxos, anglicanos y otras religiones que profesan el monoteísmo. Puede que algunos israelíes hayan tomado decisiones desacertadas; sin embargo, la Tierra Santa, es el sitio donde Dios (de Abraham, Isaac y Jacob), manifestó su grandeza a la humanidad. Asimismo, es el lugar donde los profetas, evangelistas, héroes, heroínas y Nuestro Señor Jesucristo: nacieron, vivieron y sirvieron a Dios. La nación hebrea y la Tierra Santa (Estado de Israel), fueron seleccionadas por Dios Yahveh para tener un espacio valioso en las Sagradas Escrituras: Dios como Director, realizador y productor. Y su Hijo Jesucristo, el único y principal protagonista.
Resulta que una parte importante e influyente, que mueve los cimientos de la nación más poderosa del mundo, son los grandes empresarios norteamericanos, que tienen raíces hebreas. Por ejemplo, la economía del Estado de Nueva York, es impulsada por los grandes empresarios de origen judío. Tanto es la influencia de estos prósperos comerciantes, que los candidatos presidenciales (EEUU) de una u otra forma requieren el apoyo de ellos, para asegurar la victoria.
¿Qué nos demuestra todo esto? Israel es un país que ha dado al mundo entero gente sabia y hábil, que ha contribuido enormemente al desarrollo mundial del comercio, la industria, la tecnología y las finanzas…
La mayoría de países tienen empresas nacionales o multinacionales, cuyos accionistas principales o dueños, son de ascendencia hebrea. Tal es el caso de las grandes organizaciones comerciales, industriales y bancarias de Europa y Norteamérica. Igual ocurre en América Latina, donde muchos empresarios con raíces judías, pasan inadvertidos por utilizar apellidos que se mezclan con los propios de la región… ¡Ya es hora que salgan del baúl y sean más enérgicos en la defensa del Estado de Israel, como lo hace un grupo de líderes del Congreso de los EEUU!
Por: Eric Enrique Aragón
25 de septiembre de 2011