No son los gobiernos ni la proliferación de armas, por
mencionar algunos elementos, que impiden alcanzar la paz en los distintos
conflictos a nivel mundial.
Irónicamente el mayor obstáculo en la ¨mesa de
negociaciones por la paz¨, es la propia conducta de todos los involucrados en
lograr este objetivo.
Obviamente los únicos que entran en este rango de
poder mundial, son los líderes de las principales potencias económicas y
militares del mundo, que de una u otra manera influyen y controlan el comercio
mundial y las principales instituciones internacionales (ONU, OTAN, UNIÓN
EUROPEA, GAFI, BM, FMI, OMS, OEA, CPI –entre tantas otras).
Hace más de dos mil años una persona muy sabia, dijo: ¨No todo lo que entra por la boca contamina al hombre; más lo que sale
de la boca, esto si lo contamina¨.
Así como la Pandemia puso en evidencia lo bueno y lo
malo de las personas, de modo igual, el conflicto en Ucrania, que tiene impacto
mundial, ha revelado lo que se escondía en el interior de la vida de muchos
personajes importantes a nivel mundial.
En la mayoría de los conflictos entre humanos, los
sentimientos más dañinos hacen su aparición (en tiempos normales están ocultos) y sin lugar a dudas serán determinantes en las
decisiones que se tomen.
Las emociones negativas si no se controlan, pueden
causar muchos perjuicios. Si un individuo común y corriente se descompensa o
pierde el control emocional, pasará casi inadvertido, a la mayor parte de la
población no le importará lo que ocurra; ya que no se verán afectados, simplemente tendrá impacto en el entorno del individuo.
¿Qué pasaría si estos individuos que no controlan sus
emociones dañinas, son líderes
mundiales? La respuesta a esta pregunta,
ya la están viviendo millones de personas en carne propia.
Y lo más aterrador, es que muchos líderes mundiales
que están llenos de odios, resentimientos y maldad, no se dan cuenta de su
actitud apocalíptica o no les importa, porque están en un ambiente confortable
–aunque sea en apariencia.
Por ejemplo, las potencias mundiales han clasificado a
Rusia como el “malo”. Pero, ¿Tendrán totalmente la razón? Si se hace un
análisis objetivo, se llega a la conclusión de que tanto Europa y
Estados Unidos, también son culpables del conflicto; y aún peor, de no hacer
ningún esfuerzo serio por detener esta guerra.
Los discursos todos los días que salen de la boca de
estos dirigentes mundiales, con poder para detener la guerra, solo demuestran
que quieren “más guerra”. Es triste verlos en los medios de comunicación
jactándose de que van a enviar más "armas y armas". Lo
que pone en evidencia “toda esta palabrería” es que sus vidas están gobernadas
por sentimientos de odio, rencor, agresividad, frustración y venganza; tanto
así que no piensan ni siquiera en el bienestar de sus naciones. Así jamás se
detiene una guerra o se logra una verdadera tregua.Y esto, asimismo, incluye a Rusia y a China.
Millones de ucranianos sin casa, niños huérfanos,
gente inocente con sufrimientos infernales en medio de las balas y misiles,
es una razón sumamente poderosa para que los “buenos”, llámese, Unión Europea,
Estados Unidos, Canadá y Gran Bretaña, utilicen esa inteligencia que
desarrollaron estudiando en las mejores universidades del mundo, para encontrar
la solución a este conflicto inhumano.
El bienestar de los seres humanos debe estar por
encima de todo; en consecuencia, las acciones de los gobiernos deben orientarse
a este objetivo y el de aquellas instituciones creadas a nivel mundial con este
fin.
Líderes de Europa, Rusia y Estados Unidos, utilicen en
primer lugar el arma más poderosa e insuperable: la Fe Cristiana. Deténganse un
momento, mediten y pidan a Dios sabiduría para resolver el problema de Ucrania
de una vez por todas, porque hay millones de personas ucranianas viviendo un
infierno. Piensen en sus familiares, en sus hijos ¿Les gustaría que sus seres
amados vivieran este infierno?
Dios ofrece sabiduría al que se la pide con fe y
sinceridad. Y no sólo es para entender lo espiritual, también da sabiduría
para tomar las mejores decisiones en cualquier campo de la vida en el cual nos
encontremos; ya sea profesional, diplomático, político, económico, incluso,
hasta en el militar. Acepten el desafío y notarán un cambio positivo.
Por: Eric Aragón