sábado, 2 de abril de 2022

La invasión a Ucrania y su impacto en la globalización

 

Después de la caída de la Unión Soviética (URSS) y de los regímenes comunistas de Europa, a principios de la década de los 90, se comenzó a configurar un nuevo sistema económico mundial conocido como ¨la globalización¨; impulsado principalmente por los Estados Unidos (como el líder), la Unión Europea y otros países ricos e industrializados.

Unos años después de iniciada la globalización, ésta alcanzó un nivel de aceptación enorme, ya que la mayoría de naciones, sobre todo emergentes y en desarrollo, veían una gran oportunidad de atraer inversiones, mejorar las exportaciones y de incursionar en nuevos mercados; además de otros beneficios.

Algunas naciones tuvieron un incremento en los índices de crecimiento económico, se establecieron empresas multinacionales en sus territorios, se construyeron grandes y modernas obras de infraestructura, llegaron nuevos financiamientos, el turismo se incrementó considerablemente, el comercio bilateral y multilateral fue positivo. En términos generales los indicadores eran siempre favorables en la mayoría de naciones en desarrollo o por lo menos ¨eso parecía¨.

A veces cuando algo se ve muy bueno, ¨hay que desconfiar¨ y esto se hizo realidad en los últimos años.  Las consecuencias negativas de la globalización empezaron a verse de manera clara. Las grandes empresas formaron alianzas y compraron a las más pequeñas ¨controlando los mercados y la competencia¨, la deuda externa creció exageradamente, los sistemas educativos no han mejorado, la pobreza y los diversos problemas sociales se incrementaron y los gobiernos han sido más propensos a la corrupción. Y todo esto sin mencionar las maniobras de expansión y control mundial de algunas potencias; el aumento de las guerras, negocios turbios y terrorismo.

Con todo lo que está pasando, pareciera que la campaña publicitaria mundial que pretendía meterle a la gente ¨entre ceja y ceja¨, que la globalización iba a traer grandes oportunidades y desarrollo para las naciones era un cuento al estilo de ¨Alicia en el país de las maravillas¨.

Ninguna guerra se puede justificar. Todas conllevan muerte y destrucción a la población civil e inocente que no tiene nada que ver con las políticas y acciones de los gobiernos; simplemente son víctimas de los políticos y, ricos dueños del mundo, corruptos y despiadados.

Ni los líderes de los países poderosos ni las instituciones que pregonan que son defensores de la paz y del equilibrio mundial, como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y otras, han demostrado un verdadero interés en detener la guerra en Ucrania. Pareciera que el ¨juego de ajedrez¨ por el control mundial en el plano económico, financiero, político y militar, está por encima del bienestar de la población mundial.

Lo cierto es que la tal ¨globalización¨, no será igual después que termine el conflicto en Ucrania. Por más amenazas que le hagan a China, este país está ahora más convencido que nunca (ese fue uno de los efectos de las sanciones a Rusia), que debe permanecer unido a Rusia por cuestiones estratégicas –aunque no compartan muchos puntos de vista. Si Estados Unidos y la Unión Europea, se atrevieron a hacerle una guerra económica total a la mayor potencia nuclear del mundo, por supuesto, que lo harán con China (y con cualquier otro país). Así que ¨digan lo que digan¨, si se formará otro bloque de países,  para hacerle frente a Estados Unidos y a la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN).

Además el sistema financiero y el comercio mundial cambiarán significativamente; ya que Rusia buscará nuevos mercados, fortalecerá su moneda y cambiará su política con respecto a los países ¨no amigos¨, como ellos le llaman. Por otra parte, los resentimientos, odios, frustraciones y venganzas, marcarán las relaciones -durante un buen tiempo- entre Rusia, Ucrania, Europa y por supuesto, con Estados Unidos.

No cabe la menor duda de que el mundo no será el mismo a partir del año 2022.


Por: Eric Aragón


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