En una emisora radial, en la tarde del último día del año 2010, entre otras noticias, se hizo alusión a un impactante acto de bondad, solidaridad y trabajo en equipo.
Debemos ofrecer nuestro mayor agradecimiento, a estos nobles seres humanos, que hacen de este mundo: UN MUNDO MEJOR.
No cabe la menor duda, de que era un evento cumbre, que expresaba el verdadero significado de los días de Navidad.
Una mamá, casi en la extrema pobreza, agradecía a un grupo de personas, porque ese día su amada hijita, de escasos siete añitos, había sido intervenida quirúrgicamente… ¡Y gracias a Dios la cirugía fue un éxito!
Se trataba de una niña, con una parte del intestino fuera de su cuerpo. ¡Si respetados lectores! Así como están leyendo… La tripita de la niña colgaba siempre de su cuerpecito. En estas injustas condiciones vivía este angelito y carente de recursos económicos, en un poblado rural de la república de Panamá.
Imagínese el esfuerzo sobrehumano, día a día, realizado por la niña para tratar de ser feliz como todos los niños; una felicidad que obviamente, nunca lograba por su estado físico y extrema pobreza. Tampoco podía asistir a la escuela por su situación. Y su alimentación escasa –casi nula-. Sin embargo, trataba de actuar y ser feliz…Hasta que un día las gallinas empeoraron su mal; pues, le picaron el intestino…
¡Pero, Dios es inmenso en su gloria y amor! Un canal de televisión –y que merece ser mencionado- Telemetro canal 13 de Panamá, presentó el reportaje sobre la niña, que conmovió a un grupo de personas, que aportaron la ayuda necesaria para que la niña fuese operada con éxito. ¡Magnífico trabajo en equipo! Nunca dejen de hacerlo, Dios siempre les dará un buen pago.
Todos los que hicieron realidad esta operación, la niñita y su agradecida mamá, recibieron el mejor regalo de Navidad: el milagro de la vida y del amor perfecto. “Y ustedes, los que trabajaron en equipo, fueron ángeles de Dios para la niña y su familia”.
La mamá, en sus palabras de agradecimiento, se refirió a una señora –debe ser anónima, ya que no dijo su nombre- que pagó todos los exámenes en una clínica privada. Ella misma destacó (la mamá de la niña), que estos exámenes de laboratorio eran vitales, para que la operación se llevara a cabo satisfactoriamente: por ello le daba un efusivo agradecimiento –así se percibía- a esta bondadosa señora, que indudablemente, se aseguró de que le hicieran los mejores exámenes médicos a la niñita. ¡Usted también es un ángel, Señora!
Debemos ofrecer nuestro mayor agradecimiento, a estos nobles seres humanos, que hacen de este mundo: UN MUNDO MEJOR.
¡USTED PUEDE, GANARÁ MUCHO!
Por:
Eric Enrique Aragón2 de enero de 2011