Es inaudito que aún en este siglo 21, tengamos que leer noticias tan desgarradoras, como la que publicó un medio informativo de Canadá.
La noticia se refería al desmantelamiento de una red internacional de pornografía infantil. En total, 25 niños, de los cuales 12 eran canadienses, pudieron ser salvados.
Pero, lo más aterrador era lo que seguía en la noticia. Los detenidos –o mejor dicho los monstruos- que se dedicaban a elaborar y distribuir el material pornográfico, utilizaban niños de 4 años, los cuales eran agredidos, violados, y golpeados ¡Bueno…! Imagínese lo más satánico y aterrador contra un bebé de 4 años –que pueden ser nuestros hijos-.
¿Dónde está la protección del Estado? Todos los gobiernos en representación del Estado, tienen la obligación por ley, de proteger a los seres más vulnerables: los infantes. Casi en todas las constituciones de los países, y sobre todo, en las naciones de Europa y América, se establecen normas de protección a los niños y a la familia (pareciera que son adornos). E igualmente se firman muchos acuerdos internacionales sobre el mismo tema; además, existe una gran cantidad de fundaciones que directa o indirectamente tienen que ver con esta labor.
Asimismo cada uno de nosotros tiene que cuidar a sus hijos y colaborar con aquellas campañas que se hagan para sacar de la calle a los niños abandonados y ayudar a las familias más vulnerables.
Las redes internacionales que se dedican a la pornografía infantil, tienen secuaces en todos los países, que se dedican a buscar a estos niños vulnerables ¿Cuáles? Los niños que viven en las calles o forman parte de familias desintegradas o en la extrema pobreza. Los niños que nadie vigila y son fáciles de confabular o secuestrar.
En fin, la pornografía es uno de los negocios más prósperos del planeta. Y tiene que ver mucho con la demanda. La juventud hoy día se la pasa viendo pornografía en la Internet. Y esto es natural, pues, los sistemas educativos, los valores morales, y las instituciones que tienen que instruir mejor a nuestros jóvenes no están cumpliendo con ese rol.
Por otro lado los adultos con mentes torcidas que pagan por la pornografía infantil, son los que mantienen esta aterradora industria tan lucrativa.
Pero, cada gobierno en conjunto con las instituciones y fundaciones que se dedican a proteger a los niños y a las familia vulnerables, tienen el poder político, la capacidad y los recursos para enfrentar este problema y cerrarles las puertas a estas organizaciones criminales, que por cierto, utilizan la mejor tecnología y grandes recursos financieros.
En esta navidad hagamos todo el esfuerzo, en la medida que nos corresponda, para acabar con este negocio, que ha salido del mismo infierno.
Lo más importante es practicar y sentir la FE CRISTIANA. El único que nos puede dar la sabiduría y las herramientas para acabar con este infierno, que destruye a nuestros inocentes y desamparados niños, es Nuestro Señor Jesucristo.
Por:
Eric Enrique Aragón9 de diciembre de 2010