PROFESOR
La grabación presentada por Telemetro Reporta, el día martes 21 de julio del presente año, en la que se muestra cómo un hombre agredía físicamente a un niño, de aproximadamente tres años de edad, revela una diabólica escena que viven los niños y adolescentes a diario, a lo largo del país. Actos de crueldad físicos y emocionales, protagonizados, no sólo por un padrastro –como es el caso citado aquí- sino, también, realizados por tíos, sobrinos, hermanos mayores, conocidos, y por los propios progenitores.
Este caso se hizo público, gracias a la intervención inmediata de algún vecino, que con sabiduría y prudencia supo utilizar una tecnología tan valiosa, como lo es la cámara del celular, para filmar tan aberrante acción. Persona desconocida para el resto de los nacionales; sin embargo, para ese niño fue su ángel de la guarda.
La participación ciudadana es vital para frenar los actos delictivos y sobre todo el maltrato infantil. Pero, aún existe el dilema: … ¡lo hago o no lo hago…! Y con justa razón. Primero, por temor a las represalias; y segundo, por los procesos legales que exponen a los testigos y no sancionan a los culpables. Se ha visto muchas veces que en pleno proceso legal, los acusados amenazan a los testigos.
Todos los panameños debemos entender que no debe ser un dilema, alzar la voz para denunciar los actos violentos contra los niños, las mujeres y los ancianos; mas bien es un deber moral y cristiano. En ese momento nos convertimos en mensajeros de Dios y podríamos estar arrebatándole una vida inocente a la muerte.
Las leyes actuales le permiten a los ciudadanos denunciar cualquier acto delictivo e intervenir directamente, mediante la denuncia, cuando se observe a una persona maltratando a un menor de edad o llevándolo por caminos impropios (drogas, sexo, mendicidad, delincuencia, pandillerismo, etc,).
Les corresponde a las autoridades de policía, ofrecer charlas en las escuelas, hospitales, Juntas Comunales, empresas y a grupos organizados, sobre cómo usar la tecnología y los instrumentos que se tengan para dar la voz de alerta, en caso de amenaza delictiva; cómo prevenir o evitar todo aquello que atrae a los maleantes y ponerle difícil la realización de las maniobras delictivas. Así como la prudencia y sabiduría que se debe tener para denunciar un delito, sin que ello incida negativamente en el denunciante. Y no menos importante, estar seguro del acto sospechoso; pues debemos en todo momento respetar la “presunción de inocencia”.
Por otro lado, las autoridades judiciales deben ser más enérgicas en la aplicación de las penas, una vez que se ha comprobado la culpabilidad del imputado. Es común en la calle oír a la gente decir: “para que voy a denunciar… si a la vuelta de la esquina el maleante sale libre… y toma represalias contra mí o contra mi familia…”
Y esto está ocurriendo… ! No cabe la menor duda que un trabajo en equipo y coordinadamente, entre la comunidad, La Policía Nacional, las autoridades judiciales; y por supuesto, el apoyo de los educadores, padres de familia y los medios de comunicación; como lo ha hecho en este caso Telemetro Reporta, debe reducir significativamente, los niveles de criminalidad y el maltrato a los menores de edad y a la familia –base de la sociedad.
Fuente:
Diario El Panamá América
Columna Opinión
fecha:24/07/2009
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