La democracia interna de los partidos políticos...
La democracia de un país se fortalecerá en la medida en que los partidos políticos celebren elecciones internas con honestidad y transparencia.
Eric Aragón
mailto:aragon044@yahoo.com
Los partidos políticos desempeñan un papel importante en la vida nacional, ya que son ellos los que sirven de plataforma para alcanzar los puestos de elección popular, sobre todo los de mayor jerarquía dentro de la administración estatal. La mayoría de candidatos provienen de partidos políticos y, en algunos casos, la ley establece dicha obligatoriedad.
Una figura de mucha relevancia que determinará el grado de honestidad, capacidad y confianza que los miembros del colectivo y la ciudadanía en general puedan tener en sus dirigentes es, precisamente, el manejo de las elecciones internas que tienen los partidos políticos. Tal actividad permitirá el ejercicio de la democracia y le dará la oportunidad a los miembros, independientemente de la posición social, económica e ideológica, de participar en un debate interno para ocupar los cargos directivos dentro del partido y, posteriormente, los puestos de elección popular en la administración estatal.
La democracia de un país se fortalecerá en la medida en que los partidos políticos celebren elecciones internas con honestidad y transparencia, y respeten el derecho de sus miembros de elegir o rechazar a sus dirigentes y candidatos. Por otro lado, deben profundizar más la democracia interna, permitiendo el libre juego de ideas y fomentando nuevos liderazgos que le inyecten tanto al colectivo como a la administración pública más dinamismo y eficiencia en un mundo competitivo y conducido por la tecnología, sin que ello se interprete como un atentado a la unidad del partido político.
En países con más tradición democrática, tales como Alemania, Estados Unidos y Francia, se han consagrado una serie de principios y normas legales orientadas a fortalecer más la democracia interna de los partidos políticos. Estas fueron grandes luchas de los reformadores y sectores de la población para acabar con dirigentes políticos que permanecían en el poder como dioses, apoyados por un grupo de personas que utilizaba todas las tácticas de la corrupción para mantener feudos políticos en el partido y en la administración pública.
Pareciera que muchos dirigentes políticos panameños no quieren aprender de los países con más experiencia democrática, y que todavía no han superado el trauma del subdesarrollo. Estos señores no se han dado cuenta de que el mundo es más dinámico y que nada se puede ocultar gracias a la tecnología, a los satélites y a los medios de comunicación ¡cada vez más sofisticados...!
Si analizamos las elecciones internas de los partidos, descubriremos que hay un terror de que se abran los espacios al debate y a la participación de ciertos miembros a ocupar cargos de dirección. Indudablemente que un debate abierto pondría en evidencia que dentro de los partidos hay líderes ocultos –y otros no tan escondidos– con más dinamismo, capacidad, tolerancia y dispuestos a fortalecer la vocación democrática; y por otro lado, este mismo torneo obligaría a los actuales dirigentes a demostrar más competitividad y mejores cualidades para seguir como directivos del colectivo político.
No cabe la menor duda de que la consolidación de la democracia en Latinoamérica dependerá del fortalecimiento de los partidos políticos. Para lograr esta condición es indispensable superar ciertos obstáculos que han impedido ejercer correctamente la democracia interna, modernizar sus estructuras administrativas y adaptarlas a las nuevas realidades sociales y económicas; mejorar los mecanismos de comunicación con el Gobierno o hacer una oposición más productiva; y por supuesto, abrir un espacio a la participación ciudadana.
El autor es profesor
Publicado por el diario La Prensa
Panamá, 23 de junio de 2002
La democracia de un país se fortalecerá en la medida en que los partidos políticos celebren elecciones internas con honestidad y transparencia.
Eric Aragón
mailto:aragon044@yahoo.com
Los partidos políticos desempeñan un papel importante en la vida nacional, ya que son ellos los que sirven de plataforma para alcanzar los puestos de elección popular, sobre todo los de mayor jerarquía dentro de la administración estatal. La mayoría de candidatos provienen de partidos políticos y, en algunos casos, la ley establece dicha obligatoriedad.
Una figura de mucha relevancia que determinará el grado de honestidad, capacidad y confianza que los miembros del colectivo y la ciudadanía en general puedan tener en sus dirigentes es, precisamente, el manejo de las elecciones internas que tienen los partidos políticos. Tal actividad permitirá el ejercicio de la democracia y le dará la oportunidad a los miembros, independientemente de la posición social, económica e ideológica, de participar en un debate interno para ocupar los cargos directivos dentro del partido y, posteriormente, los puestos de elección popular en la administración estatal.
La democracia de un país se fortalecerá en la medida en que los partidos políticos celebren elecciones internas con honestidad y transparencia, y respeten el derecho de sus miembros de elegir o rechazar a sus dirigentes y candidatos. Por otro lado, deben profundizar más la democracia interna, permitiendo el libre juego de ideas y fomentando nuevos liderazgos que le inyecten tanto al colectivo como a la administración pública más dinamismo y eficiencia en un mundo competitivo y conducido por la tecnología, sin que ello se interprete como un atentado a la unidad del partido político.
En países con más tradición democrática, tales como Alemania, Estados Unidos y Francia, se han consagrado una serie de principios y normas legales orientadas a fortalecer más la democracia interna de los partidos políticos. Estas fueron grandes luchas de los reformadores y sectores de la población para acabar con dirigentes políticos que permanecían en el poder como dioses, apoyados por un grupo de personas que utilizaba todas las tácticas de la corrupción para mantener feudos políticos en el partido y en la administración pública.
Pareciera que muchos dirigentes políticos panameños no quieren aprender de los países con más experiencia democrática, y que todavía no han superado el trauma del subdesarrollo. Estos señores no se han dado cuenta de que el mundo es más dinámico y que nada se puede ocultar gracias a la tecnología, a los satélites y a los medios de comunicación ¡cada vez más sofisticados...!
Si analizamos las elecciones internas de los partidos, descubriremos que hay un terror de que se abran los espacios al debate y a la participación de ciertos miembros a ocupar cargos de dirección. Indudablemente que un debate abierto pondría en evidencia que dentro de los partidos hay líderes ocultos –y otros no tan escondidos– con más dinamismo, capacidad, tolerancia y dispuestos a fortalecer la vocación democrática; y por otro lado, este mismo torneo obligaría a los actuales dirigentes a demostrar más competitividad y mejores cualidades para seguir como directivos del colectivo político.
No cabe la menor duda de que la consolidación de la democracia en Latinoamérica dependerá del fortalecimiento de los partidos políticos. Para lograr esta condición es indispensable superar ciertos obstáculos que han impedido ejercer correctamente la democracia interna, modernizar sus estructuras administrativas y adaptarlas a las nuevas realidades sociales y económicas; mejorar los mecanismos de comunicación con el Gobierno o hacer una oposición más productiva; y por supuesto, abrir un espacio a la participación ciudadana.
El autor es profesor
Publicado por el diario La Prensa
Panamá, 23 de junio de 2002