No es malo depositar la confianza
en la buena fe de alguien; sin embargo, todos los mortales por su propia
naturaleza débil e imperfecta ¨cambian de piel¨ con frecuencia; es decir, ni
ellos mismos saben para dónde van ni cómo actuarán en una determinada situación
(las emociones son complejas y a veces causan graves problemas). Lo lamentable
de todo, es que siempre se perjudican y dañan a los demás.
La mejor fe es la confianza que
se tiene en el amor, la protección y las promesas de Jesucristo. Pero esto no
se refiere a emociones como aquellas que sienten las personas cuando saltan y
gritan en una iglesia; o cuando hablan de la Biblia todo el día… No, no es así
la verdadera Fe.
La confianza en Dios debe estar
por encima de todo y se trata de un proceso que debe durar toda la vida. No son emociones… Es la voluntad firme de dar
aunque sea las gracias a Jesús en todo momento. Es el esfuerzo por mantener una
conducta que no perjudique a los demás ni a la familia; es la fuerte convicción
para no dejarse engañar por las teorías y corrientes que pretenden destruir a
la familia. Es la práctica día a día de los valores cristianos de los cuales
nace la mayoría de los principios morales.
Lo normal es que los seres
humanos sean bondadosos, amables y agradecidos hasta con su propia sombra,
cuando todo está bien.
No obstante, cuando están en crisis,
abandonados, sin dinero, sin trabajo, en la calle, es cuando se observará el
verdadero ´´yo´´ maligno y cruel que habita en el interior de millones de mortales.
Aquí es donde muchos se alejan de Dios, pues nadie va a agradecerle al Altísimo
estar en la miseria.
O podría ser lo opuesto, claman a
Jesús por ayuda y cuando salen de la crisis y entran en la abundancia,
entonces, se olvidan del Creador, actúan con vanidad y orgullo, no ayudan a
nadie y están seguros de que jamás caerán. La Pandemia del año 2020, demostró
que la humanidad entera es totalmente frágil, sin importar la condición social
o económica.
La genuina Fe Cristiana no es
como una camisa que hoy se utiliza y mañana se desecha. Es transitar durante
toda la vida por los diferentes caminos, sean buenos o malos, iluminados u
oscuros, cálidos o fríos, seguros o peligrosos.
A veces el ser humano siente que
todo su mundo y sus sueños se derrumban, como resultado de un grave problema;
su mente se perturba al extremo que todo lo ve oscuro, no ve por ninguna parte
una puerta de salida, pierde la fuerza para clamar a Dios, algunos llegan a
pensar que la única salida es la muerte… En fin, son etapas muy complejas de
los mortales y en cada uno es diferente.
Mantener la Fe Cristiana a lo
largo del camino de la vida no es fácil, una gran parte de los creyentes
abandonan la fe o piensan que tener fe es como la ´´ropa que se usa´´.
´´Qué Dios nos ayude´´
Por: Eric Aragón
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