
Esta conducta que a veces nos conduce al estrés, confusión y agresividad es la normal hoy día. Sin embargo, pocos tienen el privilegio de darse cuenta a tiempo que menospreciaron todo aquello que verdaderamente tiene valor y que es lo único que le puede ofrecer al ser humano una mejor existencia.
Por ejemplo, pasar más tiempo compartiendo momentos agradables con los hijos, con la familia, hacer una oración a Jesús al acostarnos y al levantarnos; cuidar más la salud, caminar, ser amable con la gente, regalar una sonrisa, ayudar a un necesitado, etc.
Muchas personas cuando están al borde de la muerte, o la vejez les ha llegado, o han tenido serios fracasos familiares, o han sufrido accidentes graves, se dan cuenta que hicieron mal… Lamentablemente, para muchos será demasiado tarde…
¡Usted todavía está a tiempo de rectificar su conducta… Hágalo antes de que sea demasiado tarde…!
No hay comentarios:
Publicar un comentario