Desde los tiempos de nuestros tatarabuelos,
se ha repetido una y otra vez que “la familia es el núcleo del Estado” o que es
la “institución más importante de un país”… No importa cómo se acomoden las palabras,
el hecho es que esta expresión se ha convertido en un principio; y así se ha
enseñado en las escuelas y en múltiples carreras universitarias (y aún se sigue
enseñando).
Habría que preguntarse si los gobiernos y la
sociedad en general -o llamada sociedad civil- realmente comprenden la
importancia de este principio y su impacto en el desarrollo de un país.
¡Pareciera que lo obvio es lo difícil! El
problema de la corrupción es un cáncer difícil de extirpar. Está destruyendo el
orden interno de las naciones. Éste se ha convertido en el “enemigo número uno
del Estado”; ya que obstaculiza el desarrollo y crecimiento de las naciones.
Pero ¿Qué es la corrupción? La definición simple: “cuando una persona se
apropia de algo que no le pertenece”, ya sea un empleado de la empresa privada
o un funcionario estatal. Por supuesto, que más impacto en la población tiene,
cuando la corrupción la realizan los empleados públicos.
¿Cuál es la fuente de la conducta del que
participa en los actos de corrupción? En otras palabras ¿Dónde se origina el
primer paso para ejecutar el delito? “en la mente”. Es aquí donde surge la idea
de cometer tal violación de la ley. Igualmente, es en la mente dónde están
aquellas barreras que pueden detener o desvanecer las ideas de cometer delitos.
¿Cuáles son esas barreras? Es un “código de
conducta”, llamado también, “valores morales” o sencillamente “valores”.
¿Dónde se aprende este código de conducta?
Este código o conjunto de reglas se adquieren y se consolidan en la familia.
Pero, no en cualquier familia. En un hogar destruido por los vicios, la
violencia y la falta de motivación para alcanzar metas positivas, jamás los
hijos podrán aprender alguna regla de conducta que los beneficie.
¡En las buenas familias, los hijos graban en
la mente y el corazón los valores que, los conducirán por las alturas de la
superación y honestidad!
Entonces, que es lo obvio para solucionar de
raíz el problema de la corrupción que padecen, casi todas las naciones:
concentrarse en la consolidación de la familia como “la institución más
importante del Estado y evitar que desaparezca”.
Un gobierno que en verdad desee hacer algo
bueno por su nación, debe colocar como principal meta: “trabajar en beneficio
de la unidad y fortalecimiento de las familias”.
Por: Eric Aragón