Desde
tiempos bastante remotos, antes de Cristo (A.C.);en la Edad Antigua, se
practicaba la esclavitud. En aquella época era parte de la actividad económica o el
botín de guerra de las naciones más fuertes.
Se
eliminaban de las faz de la tierra –por decirlo así- todos los derechos que
pudiera tener un ser humano, sometido a la esclavitud, tales como: la
movilidad, libertad de expresión, derechos económicos, tomar sus propias
decisiones; en fin, se convertía en un objeto. En ciertas ocasiones un animal tenía más valor que un esclavo humano.
A
pesar del nivel óptimo de conocimientos que se tiene hoy día –irónicamente- la
esclavitud no ha desaparecido. Se puede decir que los poderosos (igual en el pasado) no duermen pensando cómo utilizar todo el
poder económico, político y legal, para seguir con las distintas
formas de esclavitud que existen en la actualidad, por ejemplo: la utilización
de niños para actividades laborales, de guerra, narcotráfico y sexuales. Estos negocios ilegales e infernales afectan
a personas de todas las edades, pero, los más vulnerables son los niños y
niñas. A veces estos infantes son comprados o secuestrados, para tal fin. El
maltrato físico y emocional que reciben estos niños es dantesco…
También,
debería considerarse como una forma de esclavitud moderna, el alza
indiscriminada de los productos de primera necesidad para la mayor parte de la
población, sin que ésta pueda hacer nada; es decir, que los más necesitados de
cualquier país, están a meced de los poderosos sin escrúpulos. ¡Y claro! No
faltan aquellos malos empresarios que quisieran acomodar las leyes laborales,
para abolir todos los derechos que se puedan al trabajador. A esta gente no le
importa con el equilibrio que debe existir entre el capital y el trabajo.
No
obstante, la forma de esclavitud más dura y peligrosa, ya que podría sacudir la
misma estructura de la sociedad, llevándola al caos total; es sin lugar a
dudas: la pretensión de acabar, restringir o impedir el libre flujo de la
información. No importa si los ataques proceden de los empresarios, sindicatos
o gobiernos; lo cierto es que hacen mucho daño a la paz que debe existir en los
estados modernos.
La
información al igual que las ideas, deben fluir libremente a través de todos
los medios de comunicación; ya sea la prensa escrita, hablada o visual. Asimismo, debe existir el libre juego de
opiniones por parte de la población en general. La libertad de información y de expresión,
representan la base sólida de la verdadera democracia. Intentar amordazar ambas, equivale a
destruir la democracia, el desarrollo y la paz social.
Tanto
los gobiernos como los ciudadanos, deben aprender a vivir con estos derechos
humanos; a nutrirse de ellos, tal como el bebé necesita la leche materna, para
fortalecerse…
Por:
Eric
Enrique Aragón