sábado, 25 de mayo de 2024

La familia y el Estado

Desde los tiempos de nuestros tatarabuelos, se ha repetido una y otra vez que “la familia es el núcleo del Estado” o que es la “institución más importante de un país”… No importa cómo se acomoden las palabras, el hecho es que esta expresión se ha convertido en un principio; y así se ha enseñado en las escuelas y en múltiples carreras universitarias (y aún se sigue enseñando).

Habría que preguntarse si los gobiernos y la sociedad en general -o llamada sociedad civil- realmente comprenden la importancia de este principio y su impacto en el desarrollo de un país.

¡Pareciera que lo obvio es lo difícil! El problema de la corrupción es un cáncer difícil de extirpar. Está destruyendo el orden interno de las naciones. Éste se ha convertido en el “enemigo número uno del Estado”; ya que obstaculiza el desarrollo y crecimiento de las naciones. Pero ¿Qué es la corrupción? La definición simple: “cuando una persona se apropia de algo que no le pertenece”, ya sea un empleado de la empresa privada o un funcionario estatal. Por supuesto, que más impacto en la población tiene, cuando la corrupción la realizan los empleados públicos.

¿Cuál es la fuente de la conducta del que participa en los actos de corrupción? En otras palabras ¿Dónde se origina el primer paso para ejecutar el delito? “en la mente”. Es aquí donde surge la idea de cometer tal violación de la ley. Igualmente, es en la mente dónde están aquellas barreras que pueden detener o desvanecer las ideas de cometer delitos.

¿Cuáles son esas barreras? Es un “código de conducta”, llamado también, “valores morales” o sencillamente “valores”.

¿Dónde se aprende este código de conducta? Este código o conjunto de reglas se adquieren y se consolidan en la familia. Pero, no en cualquier familia. En un hogar destruido por los vicios, la violencia y la falta de motivación para alcanzar metas positivas, jamás los hijos podrán aprender alguna regla de conducta que los beneficie.

¡En las buenas familias, los hijos graban en la mente y el corazón los valores que, los conducirán por las alturas de la superación y honestidad!

Entonces, que es lo obvio para solucionar de raíz el problema de la corrupción que padecen, casi todas las naciones: concentrarse en la consolidación de la familia como “la institución más importante del Estado y evitar que desaparezca”.

Un gobierno que en verdad desee hacer algo bueno por su nación, debe colocar como principal meta: “trabajar en beneficio de la unidad y fortalecimiento de las familias”.

Por: Eric Aragón

lunes, 20 de mayo de 2024

Panamá, un ejemplo de democracia al mundo…

Las elecciones realizadas en Panamá el 5 de mayo (2024), para elegir al presidente, diputados, alcaldes y representantes a nivel nacional, es una demostración contundente y real de que la “DEMOCRACIA” como sistema político funciona y es la mejor forma de gobierno que existe.

Por más que se busque otro método de gobernar, siempre la democracia como forma de gobierno será insuperable; puesto que es el único mecanismo que permite la participación “directa” por medio de los votos, de todos los ciudadanos de una nación. “Aquí se ejerce la libertad de expresión, como la columna vertebral de los derechos humanos, en su estado más puro”.

Panamá, siendo un país pequeño, el 5 de mayo se transformó en un gigante; ya que la voluntad inquebrantable y poderosa de la población (solo Dios la supera) se manifestó por medio del voto el día de las elecciones. Ni el poder político, dinero, presión o propaganda pudo evitar que los ciudadanos de cada provincia, distrito, corregimiento y pueblitos, eligieran libremente a sus autoridades.

Al día siguiente de las elecciones en Panamá, se podía aseverar que la mayoría de alcaldes, diputados y representantes se habían renovado (incluyendo al presidente).  La voluntad de la nación panameña se había impuesto.

 En estas elecciones participó un porcentaje considerable de jóvenes, más o menos un 30 por ciento. Se interesaron en la política, participaron activamente y ganaron. De hecho, la Asamblea de Diputados está compuesta en su mayoría por caras nuevas y jóvenes…

 La generación joven por imposición de la vida, tomará el mando de todo, y aquellos mozalbetes que desde corta edad se interesen en el análisis y solución de los problemas comunitarios y nacionales, alcanzarán mayor conocimiento y madurez para participar en la vida política del país.

Panamá vive una democracia pura, como debería ser. No hay un partido político ni dos ni tres que controlen el país. Ahora el poder político está dividido: cada partido político está en el mismo nivel – ninguno tiene más poder que el otro-; y por otra parte, están los que fueron elegidos por la libre postulación, los llamados independientes.

Ahora mismo el poder político en Panamá está en un “punto de equilibrio”; es decir, en los próximos cinco años habrá una verdadera fiscalización, oposición, cuestionamiento y transparencia en el manejo de la administración pública. Por ejemplo, los proyectos de ley que se discutan en el pleno legislativo, tendrán que ser buenos realmente para el desarrollo del país… Y, por otra parte, con estas elecciones que se realizaron, no hay duda de que el poder en Panamá lo tiene el pueblo, pues “barrió casi a todas las autoridades obsoletas que tenía el país”.

Por: Eric Aragón