viernes, 21 de abril de 2023

La fe de Tomás

 

Era un hombre disciplinado, con valores y fiel seguidor de su maestro. No cabe la menor duda de que Tomás recibió una excelente enseñanza y descubrió el incalculable significado de compartir con los demás.

Cuando estuvo con el maestro fue un gran estudiante y era uno de los que siempre estaba dispuesto a estar con su líder en todo momento, sin importar las tormentas que hubiesen.

Oír a su maestro y verle físicamente le daba mucha fuerza de voluntad para no claudicar nunca; ya que su mentor irradiaba tantas cualidades positivas que era casi imposible no dejarse contagiar por ellas.

No obstante, en las horas más importantes de su vida, Tomás demostró su debilidad. El apóstol Tomás dudó de la resurrección al tercer día de Nuestro Señor Jesucristo.

Cuando algunos de sus compañeros le contaron que habían visto a Jesús, simplemente el apóstol manifestó que no lo creía, pues tenía que comprobarlo físicamente.

 Lo interesante de esta historia de fe, es que Jesús hizo énfasis en el hecho de que aquellas personas que crean en Él sin haberlo visto serían bienaventurados. ¿Qué significa esta declaración? Que la práctica de la Fe Cristiana en la actualidad, tiene más poder que la fe que tenían todos los apóstoles y discípulos juntos…

Con más claridad no lo pudo declarar Jesús “Bienaventurado el que cree sin haber visto…” Y en este grupo entran todas las personas que profesan la Fe en Jesús hoy día.

Además del poderoso Espíritu Santo que nos dejó el Salvador del mundo, también nos regaló el “poder de la Fe”, para que lo usemos en los momentos más difíciles de la vida y en tiempos de paz alcemos la mirada al cielo y seamos agradecidos con Dios por todo lo que nos da.

Bendito sea Jesucristo hoy y siempre, por los siglos de los siglos…

Por: Eric Aragón

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