Siempre
estaré agradecido con Dios por el regalo más grande, que me ha dado en esta
vida terrenal: “una bella familia”. Y jamás después de Jesús habrá un regalo
más grande que la familia que tengo ¡Gracias Dios mío!
Mi
agradecimiento es el doble de gigantesco, ya que en mis 57 años de vida -que
cumplo hoy- únicamente he conocido a la familia que tengo; puesto que, en mi
infancia, cuando más lo necesitaba, nunca tuve el amor ni la protección de una
familia. Lo que Dios da es perfecto… Por eso siempre amaré a mi familia y le
pediré a Jesús que la llene de bendiciones.
Hoy,
18 de mayo de 2018, no le pido a Dios riquezas ni lujos; sólo le pido el favor, no porque yo lo merezca; sino, por su Gran Misericordia, que me dé un trabajo que
lo realice con esmero, dedicación, puntualidad, responsabilidad y eficiencia
hasta el último minuto de mi vida terrenal.
¡Gracias Jesús por la familia que tengo y por los milagros que has realizado en mi vida!
¡A
Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo sea toda la gloria por los siglos
de los siglos… Amén!
Por:
Eric Enrique Aragón