Creer en algo es parte inalienable de
la existencia humana.
Ningún mortal puede aseverar que no
tiene fe ¡claro que sí! Tal vez no
profese el cristianismo, pero,
indudablemente tiene confianza en alguna
cosa, que podría ser el razonamiento humano, la astrología, una doctrina
política y económica, un líder, lo desconocido, las fuerzas oscuras, el dinero,
sus habilidades o el poder.
Nadie se escapa de la necesidad de
“creer en algo”, ya sea del mundo material o espiritual… Lo que si debemos
definir con tajante claridad y seriedad es hacia dónde vamos. De esta decisión
dependerá nuestro futuro.
Existe un dicho muy real y que nunca
pasará de moda: “Lo que se siembra, se cosecha”. Cuando llegamos a la edad
madura nos damos cuenta de todos los errores que cometimos. En nuestros años de
juventud despreciamos todos los buenos consejos, seguimos todos los caminos
negativos (era lo más fácil y atractivo). Jamás visualizamos el futuro… Lo
veíamos muy distante… Hasta que llegó y nos encontramos “desnudos”, “sin nada”.
Tantas personas alrededor del mundo
no tienen una vivienda digna y propia; no aprendieron un oficio o profesión
cuando tuvieron la oportunidad. Por alguna razón carecen de una familia, que
representa la fuente de amor y estabilidad emocional que requiere el ser humano
y por último, estos adultos están abandonados, ya que no gozan de una
jubilación.
En otras palabras millones de
personas lloran, porque no lograron nada en la vida y ahora aunque quieran
corregir parte del camino, es demasiado tarde. “Todo tiene su tiempo” decía: el
sabio Salomón. “No podemos volver al pasado”. Situación muy dolorosa que viven
aquellos que han despertado de su sueño, para darse cuenta que no tienen nada…
Las decisiones equivocadas se
relacionan en forma directa con la
Fe que tenemos todos en nuestros años mozo. Creer en cosas
materiales como el dinero, en doctrinas imperfectas hechas por el hombre o en
fuerzas oscuras, no conduce a un futuro prometedor y estable.
Parece un cuento de hadas, mas no lo
es… La única fuente de vitalidad y sabiduría para tomar las mejores decisiones
en la vida es: “La Fe
Cristiana”. No cuesta nada confiar plenamente en Jesucristo
que dio su preciosa vida por la perversa humanidad. Hablemos con su Padre, el
“Dios del Cielo”. Ellos sabrán guiar a
la gente joven y también a los adultos…
Por: Eric
Enrique Aragón