sábado, 26 de marzo de 2016

Caminando entre las sombras…

Según los astrólogos modernos la conducta de las personas y de los eventos terrestres, está determinada por la posición y movimiento de los astros, llámese cuerpos celestes que se mueven por el infinito universo (galaxias, satélites naturales, meteoritos, cometas,  planetas y otros). Sin embargo, estas predicciones carecen de sustento científico y no influyen para nada en la superación de los seres humanos; de lo contrario no habría que hacer ningún esfuerzo ni capacitarse, simplemente, sentarnos a esperar que el horóscopo nos marque el camino a seguir...

La realidad es otra. Si los jóvenes –principalmente- desean un futuro agradable, tienen que estudiar para aprender un oficio y poder tomar buenas decisiones en la vida, que los lleven por el sendero del éxito. “Buscar el camino fácil es caminar entre sombras”.

Existen otros factores tan importantes como el estudio y la disciplina. Se pueden comparar con los condimentos adecuados que se deben utilizar para darle un sabor exquisito a la comida. Nos referimos a las reglas morales que son obligatorias para la buena convivencia humana; y también, a una norma muy especial, que está por encima de todas: “el respeto a la Fe Cristiana”.

A medida que transcurren los años, se evidencia más el futuro amargo y triste que tendrán muchos mortales. ¿Cómo es posible que cada año que pasa menos familias respetan la Semana Santa? ¿Adónde quedaron las sagradas enseñanzas de nuestros padres y abuelos? La unidad familiar se fundamenta en el amor, los valores morales y las tradiciones cristianas.

Los pasos del éxito o del fracaso comienzan en los primeros años de vida, es decir, en las enseñanzas de padres a hijos. 

Si la familia está unida por el sentimiento más poderoso que existe en el universo, el amor; y por los valores cristianos y morales, tenga la plena seguridad que la niña y el niño, cuando se conviertan en adultos, serán personas verdaderamente triunfadoras…




Por:                                                                                                                       Eric Enrique Aragón                                                                                                                                                                                                                                            

domingo, 6 de marzo de 2016

¿Por qué los gobiernos pretenden controlar los medios de comunicación?

La respuesta es sencilla. No hay poder más grande en la tierra –aparte del poder divino- que los medios de comunicación. Hace unas décadas se afirmaba que eran el cuarto poder; en la actualidad subieron al primer lugar. 

Su poderío es tal que pueden destruir la reputación de una persona, quitar y poner gobiernos, convertir una mentira en verdad, fabricar una imagen pública, hasta convertir al mismo diablo en un ángel de luz…

La información como tal fluyendo a través de la radio, prensa, folletos, revistas, internet, redes sociales y por todas las plataformas más sofisticadas que inventen las mentes brillantes: NO HACE DAÑO… El perjuicio se comete cuando esta información se manipula con propósitos oscuros.

Por el bien de un país, deben existir normas legales que regulen la actividad de los medios de comunicación; por ejemplo, que no haya monopolios ni grupos que manipulen la información –con cualquier disfraz que utilicen-; que todos los ciudadanos por ley tengan derecho a réplica y a demandar en caso de calumnias e injurias. En los torneos electorales todos los candidatos deben tener iguales oportunidades de participación a través de los medios de comunicación y otros temas...

Cuando un gobierno o sujetos con poder estatal, desean convertirse en juez y parte; en otras palabras, decidir en forma unilateral quien hace lo bueno y quien hace lo malo; estamos frente a individuos que quieren perpetuarse en el poder. No desean recibir críticas ni cuestionamientos ni que se ponga en evidencia las verdaderas intenciones de ellos: anhelan coronarse en la cima de la corrupción.

Los medios de comunicación haciendo bien su labor (lo hace la mayoría gracias a Dios), se constituyen en la plataforma donde concurren todas las denuncias, ideas, críticas y cuestionamientos, no sólo a la administración pública, sino, también a todos los sectores de la sociedad. Este es el único instrumento para fortalecer la Democracia, la Libertad de Empresa, los Derechos Humanos, fiscalizar la pureza y transparencia de las competencias electorales y alcanzar un mejor nivel de crecimiento y desarrollo económico en cualquier Estado.

Una Institución tan sensible y a la vez importante, como lo es el  Tribunal Electoral; ya que es el garante de la transparencia y pureza de los torneos electorales, jamás debe pretender inmiscuirse directamente en las elecciones con propósitos oscuros,  si lo hace está violando los principios de la democracia y los derechos humanos.

Bajo ninguna razón se les debe permitir a los gobernantes ni a los magistrados electorales: ejercer el control de los medios de comunicación y mucho menos aplicar sanciones fuertes o cerrar medios de información; tampoco intervenir o manejar los presupuestos electorales sin participación de los demás sectores del país y cualquier otra pretensión que empañe la pureza y transparencia del ejercicio del Sufragio (tal como se pretende hacer en Panamá, a través de un proyecto de ley).

Todos los electores y asociaciones del sector privado debemos estar vigilantes de que jamás se pretenda, aprobar una ley que atente contra la democracia y la paz del país en tiempos de elecciones presidenciales, parlamentarias y otros puestos públicos.




Por:                                                                                                             
 Eric Enrique Aragón