viernes, 20 de septiembre de 2013

Siria, en el banquillo de los acusados…


Hace unos días el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, estaba dispuesto a lanzar una acción militar contra objetivos en Siria, como represalia por el ataque químico del pasado 21 de agosto (2013) en las afueras de Damasco. 

Sin embargo, la firme decisión del presidente Obama de atacar a Siria, ha perdido fuerza en este momento; gracias al acuerdo alcanzado por Estados Unidos y Rusia, con respecto a la entrega y destrucción de las armas químicas en poder del gobierno de ese país. El mundo entero ha visto con agrado esta iniciativa de ambas superpotencias.

Desde hace más de un año  los sirios tienen un conflicto interno, que ha  traído desintegración familiar y muerte a inocentes niños, mujeres y ancianos.  Lo más seguro es que una intervención militar, liderada por los norteamericanos, motivaría al gobierno sirio a utilizar sus armas químicas contra su propio pueblo y contra el estado de Israel.  Además, no se puede perder de vista el hecho de que el presidente Bashar al-Asad, cuenta con el apoyo decidido de naciones peligrosas para cualquier país, sin excepción, como es el caso de Irán y algunos grupos extremistas. ¡Y por supuesto! Cuenta con sus grandes aliados Rusia y China, que no dudarían en suministrar armas a Siria, si fuese necesario.

 Los estrategas militares estadounidenses no tienen una varita mágica, para asegurar que las consecuencias de la acción militar serán controladas.  El apoyo demostrado por Rusia al régimen Sirio, la inseguridad de los aliados (de Estados Unidos), el nerviosismo latente de los israelitas y la división del Consejo de Seguridad, no son buenas señales para los Estados Unidos ni para sus amigos, como Inglaterra y Francia. En caso de que haya necesidad de acciones de fuerza, Barack Obama tendría primero que inclinar la balanza en su favor…

Hablar de autodeterminación del pueblo sirio, suena bonito.  No obstante, la realidad es otra. Es una sociedad desgarrada por el dolor y el odio, que difícilmente sería capaz de encontrar el camino de la paz y de la reconstrucción.

La única alternativa para detener el derramamiento de sangre, está en manos de la ONU y más concretamente, en las decisiones que adopte Estados Unidos y Rusia.

Es por ello que el acuerdo alcanzado por estas naciones, en cuanto a la destrucción del arsenal de armas químicas, ha sido visto con agrado por la población mundial.

Ahora le toca a todos los involucrados en el acuerdo, exigir al presidente sirio que lo cumpla al pie de la letra. Si no lo hace, queda una sola opción "la intervención militar". No es la opción correcta desde ningún punto de vista, pero, si al gobierno sirio –principal responsable- no le importa con la población, entonces, la comunidad internacional, la ONU y Estados Unidos como líder mundial, tienen el deber conforme a las leyes y tratados internacionales, de poner un alto a la masacre de la indefensa población siria (crímenes contra la humanidad).

Bashar al-Asad debe aprender que insistir en el uso de la fuerza no será bueno para él -ni para sus allegados.  Sus días están contados.  Aún está a tiempo de parar el baño de sangre en su nación y asumir la responsabilidad que le compete. Recuerde como terminaron aquéllos líderes de Afganistán, Libia, Egipto e Irak; que en su momento se consideraban casi omnipotentes.




Por:
Eric Enrique Aragón
20 de septiembre de 2013

sábado, 7 de septiembre de 2013

Tanto nadar para ahogarse en la orilla


 A través del tiempo el hombre, incluso en las sociedades más primitivas, ha buscado la forma de expresar sus fracasos, frustraciones, temores, victorias, amores y proezas (expresión popular).

Las leyendas orales que pasaban de padres a hijos en la antigüedad; los músicos y poetas medievales, llamados trovadores; al igual que las obras literarias como Las mil y una noches, recopilación de cuentos del Medio Oriente Medieval; y más cerca de los tiempos actuales, están las rancheras de México. Éstos son algunos ejemplos de ingenio, creatividad e imaginación, que han utilizado los diferentes pueblos como medio de expresión popular.    

No podemos pasar por alto los famosos refranes; es decir,  dichos populares que encierran gran sabiduría. “Tanto nadar para ahogarse en la orilla”, es un refrán muy conocido.

Cuánta decepción causaría un nadador que intente cruzar un río y llegando a la orilla, después de haber superado lo más difícil, se ahogue.  Así ocurre con muchas personas, que al final del camino, tomaron la decisión de no hacer el último esfuerzo. Buscaron la vía corta, lo fácil.  Se colocaron a la orilla del camino a pedir limosnas.

¿Por qué haces eso? Tú no tienes necesidad.  Tú cuentas con grandes dones para llegar a la meta, “a la orilla del río”, ¿Cuáles? La inteligencia, imaginación, creatividad, persistencia, y una voluntad inquebrantable...  Sin embargo, nada cae del cielo. Tienes que descubrir tus fortalezas (habilidades) y desarrollarlas paso a paso.

Casi todos los seres humanos, en alguna etapa de la vida, pretenden alcanzar metas que han fijado.  “Y gran cantidad de gente lucha con sinceridad por alcanzar esos ideales”. Pero, lamentablemente, después de varios años de sacrificio y empeño, tiran todo a la basura…

Cuántos hogares se acaban en un abrir y cerrar de ojos; porque, alguno de los dos o ambos,  consideran que hay ofertas mejores.  ¿Y los hijos…?  No importa lo que digan para justificar la acción. Nunca han querido a sus hijos. Nada más trajeron al mundo a sus vástagos y punto…  Parejas que después de varios años de compartir los momentos buenos y malos, como mandan las Sagradas Escrituras, se separaron. “Se ahogaron cuando estaban cerca de la orilla del río”. ¡Qué dolor!

Por otra parte, están aquéllos que tomaron la firme determinación de ser hombres y mujeres “de bien”; tal como lo señala el primer Salmo de la Biblia: “Bienaventurado el varón que no anduvo en camino de pecadores…”

Se repite la misma historia. Después de varios años de proyectar una imagen ejemplar, tan rápido como el relámpago que cae, sucumbieron ante el desenfreno de la sociedad actual -se dejaron llevar por el consejo de malos.

No cabe la menor duda... Para el hombre y la mujer, es más fácil practicar lo malo que lo bueno.  Lo maravilloso es que aún la mayoría puede enmendar el camino y salvarse de morir ahogado…

“Tenga plena confianza en Dios y jamás deje de luchar por sus ideales"   ¡Vale la pena!





Por:
Eric Enrique Aragón