miércoles, 6 de junio de 2012

¡Hasta donde hemos llegado…! ¡Niños que atentan contra su vida!


¡Desgarrador! ¡Desgarrador! No existen palabras para describir el dolor que debió sentir la mamá del niño hispano Joel Morales, cuando lo vió ahorcado y aún más traumático, cuando ella misma le quitó el cordón alrededor de su cuello, que utilizó Joel para realizar semejante acción.  

 Según los familiares, la causa del suicidio fueron los supuestos actos de burla e intimidación (“bullying”) por parte de otros niños, en la escuela pública a la que asistía en el East Harlem de Nueva York.

Cuando un niño fallece de esta forma, revela el nivel de degradación que tiene la sociedad.  Y no se puede esperar otra cosa, pues, estamos frente a una población mundial, que cambió los valores morales y cristianos por el materialismo, la indiferencia, las pasiones bajas y todo lo que contenga inmoralidad, corrupción, pornografía y desunión familiar… 

Los niños son nobles. Jesús lo dijo: “de tales es el Reino de los Cielos…” ¿Por qué son nobles? Porque no guardan los malos sentimientos en su tierno y pequeño corazón. Los adultos si se esmeran en conservar e intensificar la maldad… Sin embargo, existen infantes que en determinados momentos, pueden sentirse muy agobiados por un problema que padezcan.  Como por ejemplo: la separación de los padres, la violencia intrafamiliar, enfermedades, pobreza extrema, maltrato en el hogar o el hostigamiento en las escuelas.

Para un adulto, llámese papá, mamá, tutores o maestros, es fácil identificar a un niño que tiene una confusión emocional, debido a un problema que no puede manejar por su limitada madurez.  El cambio de conducta es obvio. ¡Se aprecia a simple vista! ¡He aquí cuando la mamá o aquellos que se encargan de la custodia del niño, deben demostrar más amor e interés por el muchacho!  La malicia siempre es importante conservarla. En otras palabras, debemos pensar siempre que un niño es impulsivo y muy emotivo; de manera tal, que si es capaz de realizar actos que después se tengan que lamentar.

Definitivamente, que la verdadera comunicación, amor y amistad que se le brinde, tiene un efecto positivo en el comportamiento del niño; y sin lugar a dudas, puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.

Por otro lado, los maestros y autoridades de las escuelas públicas, están ignorando o enfrentando muy superficialmente los distintos problemas que tienen los alumnos y que después desembocan en violencia, drogadicción, desenfreno, fracasos, deserciones, acoso de todo tipo y muerte.  Y no sólo es un problema de las escuelas públicas de los Estados Unidos, sino, también, de las instituciones educativas de Latinoamérica. 


Por:
Eric Enrique Aragón

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