El periodismo es una profesión que puede resultar peligrosa algunas veces. Todo depende hacia donde se dirijan las investigaciones y los comentarios.
Iniciar una serie de investigaciones de supuestos actos delictivos –siempre debe respetarse el principio de la presunción de inocencia- o permitir en un programa radial o televisivo, que los involucrados o víctimas, hagan denuncias graves o destapen un escándalo; definitivamente, que originará, sin lugar a dudas, una campaña de calumnias, injurias y amenazas, contra el periodista y el medio de comunicación.
En países con altos índices de criminalidad y corrupción, los periodistas son amenazados de muerte, y de hecho los organismos internacionales, relacionados con la defensa del periodismo y los derechos humanos, manejan estadísticas de periodistas asesinados, en el cumplimiento de su labor.
Todas las personas que dedican su vida, como los periodistas, a buscar la verdad, a defender los derechos humanos y la libertad de expresión; a fortalecer la democracia y a exigir que se haga justicia y que haya menos corrupción y más transparencia en la gestión de los gobiernos: SIEMPRE SE EXPONDRÁN A SER ATACADOS Y PERSEGUIDOS.
¿Qué debe hacer un periodista frente a las amenazas?
Lo más importante es que sea responsable y objetivo. Es decir, jamás haga un comentario o escriba sobre algo, si no ha hecho una investigación exhaustiva sobre un acto de corrupción. Igualmente, debe asegurarse de que las fuentes son fidedignas y cuenta con las suficientes pruebas para sustentar lo que dice o escribe. No debe cometerse el error de buscar la popularidad y la exclusividad de la noticia, sacrificando la objetividad del hecho.
Por otra parte, explique la situación por la cual atraviesa: a los gremios periodísticos, de defensa a los derechos humanos y libertad de prensa, a la iglesia y a toda la sociedad civil organizada –nacional e internacional-. El propósito de estas acciones es buscar apoyo de la ciudadanía decente. ¡Gracias a Dios! Siempre es la mayoría.
¡Importante! CUIDE A SU FAMILIA. Busque asesoría de personas expertas en seguridad y que hayan pasado por una situación similar. Hable con sus amigos, compañeros de trabajo y con todo el que pueda, acerca de los ataques. ¡Nunca subestime una amenaza por leve que sea!
¡SIEMPRE TENGA PRESENTE! Cuánto más denuncia públicamente las amenazas que le hacen, más les reduce el espacio de maniobra a sus verdugos.
¿Qué no debe hacer un periodista frente a las amenazas?
¡Jamás cuelgue los guantes! ¡No se rinda! Gracias al periodismo responsable y de investigación, los discípulos del mal, que lucran con los negocios infernales, que destruyen a nuestros niños, jóvenes y mujeres, cada día, tienen menos terreno para operar.
Ustedes los periodistas hacen una excelente y noble labor –casi divina- en favor de la democracia, los derechos humanos, el cambio climático y los recursos naturales; la moral, la justicia, la verdad, la Fe Cristiana, los niños, las mujeres, la juventud, y los más necesitados.
En fin, ustedes, Señores Periodistas, contribuyen a hacer de este planeta, un mundo mejor para nuestros hijos.
Por: Eric Enrique Aragón
6 de abril de 2011
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