martes, 1 de marzo de 2011

Un verdadero servidor público

¡Qué orgullo y satisfacción debería ser para un ciudadano ocupar un cargo público! Sin embargo, la realidad de muchos países es totalmente diferente. Todavía existen naciones donde no se ha superado la corrupción ni las ansias desmedidas de poder.

Para algunos participar en la vida política de un país, significa hacer "toda clase de negocios", abusar de la posición, perseguir a los opositores, acomodar las leyes, etc. Y para otros –la mayoría- es como una maldición.

Es lamentable que muchos políticos no entiendan la “gran oportunidad “y hasta el privilegio, que se les ha concedido para llevar salud, vivienda y educación a muchos sectores marginados; trabajar de la mano con la empresa privada, de modo que ésta se sienta comprometida a apoyar las políticas sociales y crear más fuentes de empleo. En fin, ser un facilitador de una mejor calidad de vida y participación ciudadana, debe ser la verdadera vocación del político.

Una excelente gestión pública es aquella que cumple con las leyes, que busca el beneficio de la mayoría y no de unos cuantos; que practica la honradez y se enorgullece de la buenas acciones; de manera tal, que todos los ciudadanos y sobre todo, la juventud –que es la heredera política- sientan que si vale la pena participar en la vida pública de la nación, porque ésta se rige por los principios morales y por el deseo de servir a los demás, como debe ser la verdadera política, ya sea partidista o aquella política más científica...

Recordemos ciertos extractos del discurso de Pericles, gran político y orador ateniense, que vivió aproximadamente, entre los años 495 a.C. y 429 a.C.

“Tenemos un régimen político que no emula las leyes de otros pueblos, y más que imitadores de los demás, somos un modelo a seguir. Su nombre, debido a que el gobierno no depende de unos pocos sino de la mayoría, es democracia...”

“En lo que concierne a los asuntos privados, la igualdad, conforme a nuestras leyes, alcanza a todo el mundo, mientras que en la elección de los cargos públicos no anteponemos las razones de clase al mérito personal, conforme al prestigio de que goza cada ciudadano en su actividad; y tampoco nadie, en razón de su pobreza, encuentra obstáculos debido a la oscuridad de su condición social si está en condiciones de prestar un servicio a la ciudad...”

“Si en nuestras relaciones privadas evitamos molestarnos, en la vida pública, un respetuoso temor es la principal causa de que no cometamos infracciones, porque prestamos obediencia a las leyes, y principalmente a las que están establecidas para ayudar a los que sufren injusticias y a las que, aun sin estar escritas, acarrean a quien las infringe una vergüenza por todos reconocida...”

Pericles fue un gran político, digno de imitación por parte de nuestros políticos contemporáneos. Promocionó la literatura y el arte. Convirtió a Atenas en un gran centro cultural y educativo; embelleció la ciudad, creó fuentes de empleo, defendió la democracia y libertad de expresión... “Esto si es querer al país...”


Por:
Eric Enrique Aragón
18 de enero de 2011


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