jueves, 12 de noviembre de 2015

Aprenda a delegar funciones

Delegar funciones es un principio administrativo, indispensable para culminar con éxito cualquier proyecto.  Esta norma gerencial es útil en todos los sectores de la economía (agricultura, comercio, servicios, industria, telecomunicaciones...). Es una etapa del proceso administrativo que todo buen jefe, debe utilizar tanto en la empresa privada como en la administración pública.

Aplicar este principio pareciera fácil. De hecho la mayoría de administradores delegan funciones a los subalternos, aunque lo hagan de forma rudimentaria. No obstante, se cometen muchos errores que inciden en el resultado final del trabajo.

Repartir las tareas entre los colaboradores le quita una “enorme carga” al jefe, de modo que éste pueda ocuparse de otros asuntos. “Así piensan muchos expertos en esta materia”, y no están equivocados. Sin embargo, no lo están haciendo correctamente.

En una empresa o institución gubernamental existen prioridades; es decir, hay problemas que requieren atención inmediata; pero, no significa, que los demás temas no sean importantes. Para el buen jefe todo en su entorno laboral es de gran envergadura, ya que para llegar a la meta propuesta, cada elemento por muy pequeño que sea, debe estar en el sitio adecuado. 

Por ejemplo, una compañía que le da poco valor al aseo de las oficinas o a la conducta de la recepcionista: podría estar dañando su imagen como empresa o la calidad del servicio.

Delegar funciones exige del jefe –llámese gerente, administrador, director, ministro, empresario, presidente- conocer detalladamente el perfil de cada empleado. Concluir que un candidato es ideal para el puesto, porque exhibe un montón de títulos universitarios, es un análisis muy superficial. En estos tiempos, cualquier persona mediocre puede tener varias maestrías. En algunos centros de educación superior, los títulos se obtienen con facilidad, hasta por Internet, basta con tener el dinero necesario para cubrir los costos...

El buen jefe debe conocer hasta que punto cada trabajador es responsable, puntual, leal, desprendido, reservado y eficiente… La asignación de tareas que haga, debe estar de acuerdo a las habilidades y cualidades del candidato. En la administración pública se observa con más frecuencia esta falla; ya que se hacen asignaciones o nombramientos, en base a otros factores distintos a la selección adecuada de los candidatos.

Un colaborador creativo, motivado, con carácter, cualidades de liderazgo, deseos de aprender, es más útil para una empresa que una lista de títulos universitarios. 

Otro error que se comete, es creer que el jefe simplemente debe sentarse a esperar el resultado final. El administrador siempre debe revisar los resultados parciales, antes del producto final.  Si durante el proceso ocurre algún percance, el subalterno a quien se le delegó la tarea podrá hacer las correcciones oportunas…

El jefe cuando delega funciones se libra de todo el trabajo técnico, pero, no queda eximido de la supervisión o seguimiento que debe realizar.

Si algo sale mal, él (jefe) es el mayor responsable. Muchos errores se descubren demasiado tarde para corregirlos.


Por:                                                                                                                         Eric Enrique Aragón

sábado, 24 de octubre de 2015

¡Presunción de inocencia! Principio sagrado

En casi todas las constituciones de América y Europa, se consagra el Principio de Presunción de Inocencia como un recurso legal, que contribuye a equilibrar la balanza de justicia. ¿Por qué? Porque si este valioso principio no se tomara en cuenta, la mayoría de los nacionales de un país, estarían en desventaja ante los tribunales de justicia; además, sería una grave violación a los derechos humanos y a las garantías constitucionales, que por ley debe tener toda persona acusada de cualquier delito o sujeta a demanda judicial.

Cuánto más se respete la Presunción de Inocencia, más transparencia, seriedad y eficiencia tendrá el proceso legal; y menos oportunidad habrá para que el poder económico y la influencia política manipulen el debido proceso.  Es decir, tanto los acusadores (fiscales) como los acusados (imputados), gozarán plenamente de todos los derechos que ofrece la Carta Magna.

El principio de Presunción de Inocencia, forma parte de los derechos inalienables de los seres humanos –aunque durante muchos siglos haya privado de hecho en los procesos legales, la ley del más poderoso.  No obstante, los tiempos han cambiado. Todas las ciencias han evolucionado, y el derecho no se puede quedar atrás…

Al igual que la libertad de prensa y el respeto a los derechos humanos, es materia obligatoria: respetar y defender la Presunción de Inocencia, para alcanzar niveles aceptables de Democracia y Justicia. Además, nunca se debe olvidar que sin una verdadera Justicia, Democracia, Libertad de Expresión y Respeto a los Derechos Humanos, NO se puede avanzar hacia mejores índices de Desarrollo Económico.

La Presunción de Inocencia debe estar implícita en cualquier proceso legal; ya que es parte de una serie de elementos, que configuran la “seguridad jurídica de un país”, necesaria para fomentar las actividades de inversión y turismo.

La tendencia más cómoda es abusar de las medidas cautelares, sobre todo, la famosa “detención preventiva”. Cada caso tiene sus propias características. Argumentar o suponer que todos los imputados carecen de la intención de enfrentar la justicia, NO es cierto. Es inhumano enviar a las personas a las cárceles, por simple capricho, influencia externa o por seguir una práctica que viola la razón de ser del derecho.
El Derecho se define en su forma más simple y comprensible para los miembros de una sociedad, como el conjunto de normas y reglamentos legales, cuya finalidad es preservar el correcto orden social.

Si una persona es acusada de violar las leyes o cometer un delito; entonces, lo primero que se hace es Presumir su Inocencia (salvo que ella misma confiese su falta sin ninguna presión o se le haya encontrado infraganti).  

Si las autoridades competentes –respetando las garantías constitucionales, los derechos humanos, el debido proceso y sin abusar de las medidas cautelares- demuestran, sin lugar a dudas, la culpabilidad del imputado, se le aplica la sanción contemplada en la ley.

La ciencia del Derecho, en su parte técnica, respeta la dignidad humana, no avasalla a nadie, no se deja influir por nada. Su objetivo: crear y defender las condiciones adecuadas -debido proceso- para llegar a un veredicto, donde el único ganador sea la JUSTICIA.



Por:                                                                                                                       Eric Enrique Aragón




viernes, 18 de septiembre de 2015

Donald Trump y sus ideas extremistas…

Trump defendió su posición de que la ciudadanía no debe darse automáticamente por haber nacido en el país y dijo que Estados Unidos es “estúpido” y “tonto” por cumplir la 14ª Enmienda de la Constitución. Palabras del candidato republicano en el segundo debate presidencial, realizado el miércoles 16 de septiembre (2015), en el estado de California.

La enmienda Décimo Cuarta de la Constitución de los Estados Unidos, es uno de los principios que hacen grande a esta nación. “Toda persona nacida o naturalizada en los Estados Unidos y sujeta a su jurisdicción, es ciudadana de los Estados Unidos y del Estado en que resida. Ningún Estado podrá crear leyes que limiten los privilegios o inmunidades de los ciudadanos de los Estados Unidos; tampoco podrá ningún Estado privar a una persona de su vida, libertad o propiedad, sin un debido proceso legal, ni negar a persona alguna dentro de su jurisdicción la protección igualitaria” (“ius soli”).

El problema de las inmigraciones ilegales, turismo de parto o de maternidad, no se debería resolver violentando uno de los derechos fundamentales, aprobado hace más de 100 años (1868); y que desde el siglo XIX, ha configurado a Estados Unidos como líder y defensor de los Derechos Humanos y de la Democracia –mejor forma de gobierno-, en el mundo entero. 

Si Donald Trump, pretende llegar a la presidencia –Dios salve a Estados Unidos- para cambiar la Enmienda Décimo Cuarta, tendrá forzosamente que modificar otras enmiendas, como la Primera Enmienda, que prohíbe la creación de leyes que vulneren la libertad de opinión, de prensa, y el derecho de los estadounidenses de solicitar un resarcimiento al Gobierno por agravios.

¿Cómo quedaría Estados Unidos con un presidente que piensa que el mundo, incluyendo a la población estadounidense, aún vive en el oscurantismo? ¿Este señor Trump, no se ha dado cuenta, que aquellas minorías de inmigrantes del pasado, ya no son débiles? Los latinos son grandes empresarios e influyentes políticos en Estados Unidos, Puerto Rico es un Estados Libre Asociado; millones de cubanos son ciudadanos estadounidenses, al igual que millones de mexicanos. La gente de color, con todos los derechos que tiene cualquier otro ser humano, son ciudadanos estadounidenses, sumamente destacados en todas las áreas del saber. Estados Unidos tiene un excelente presidente Barack Obama y altos funcionarios que participan en todos los poderes del Estado ¿Qué cree el millonario Trump: que la mayoría de estadounidenses que aman la paz,  defienden los derechos humanos y la democracia  lo van a apoyar?

De la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, se destacan dos principios básicos, que han sido recogidos en las Constituciones de los Estados Modernos y para la defensa de los Derechos Humanos: “Libertad e Igualdad”.

Donald Trump, desconoce que existe la Declaración Universal de los Derechos Humanos, adoptada por la Naciones Unidas (1948), de la cual Estados Unidos es signatario, al igual que el Reino Unido, Canadá, Francia y otros países…

En fin, el señor Trump, con sus declaraciones está demostrando un desconocimiento total de política exterior y de los avances mundiales, en materia de Derechos Humanos, libertad de prensa y expresión; los cuales lidera su gran nación: Estados Unidos…

El señor Donald Trump: debe prepararse para ser un verdadero estadistay no verse como un empresario oportunista que quiere llegar al poder para hacer negocios…




Por:                                                                                                                         Eric Enrique Aragón

sábado, 12 de septiembre de 2015

Presidentes ¿Estadistas u oportunistas?

La renuncia del expresidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, y de la exvicepresidenta Roxana Valdetti, por supuestos vínculos de corrupción aduanera; confirma una vez más el gravísimo problema que tienen ciertas naciones latinoamericanas, al elegir a sus gobernantes. 

Guatemala no es el único país que ha estado en “el ojo de la tormenta”, por escándalos de corrupción.  México, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Perú, Argentina, Brasil y otras naciones más, se suman a la interminable lista de Estados, donde la corrupción ha dejado sus huellas en los más altos niveles de gobierno.

¿Qué está pasando con nuestros gobernantes?  ¿Por qué los corruptos compran con facilidad a los funcionarios de jerarquía?  ¿Vale la pena acabar con la buena reputación y destruir a la familia, por el dinero mal habido, que cómo llega se va? ¿Qué clase de personas dirigen los destinos de las naciones latinoamericanas?

No cabe la mínima duda de que los países están eligiendo gobernantes, que carecen de principios morales (¡Ni hablar de principios cristianos!). Por otro lado, aparentan conocer la administración pública; pero, la realidad es que no tienen la preparación adecuada para administrar el Estado…  ¡Bueno! No se puede esperar nada positivo de personas que son capaces de vender el alma al diablo (ciertamente algunos ya lo hicieron).

Cada pueblo tiene el gobernante que se merece…” Pareciera que este famoso refrán, nunca pasará de moda.

Los ciudadanos, son los que ejercen el sagrado sufragio, con el cual se ponen y se quitan presidentes. Incluso, los pueblos tienen más allá del voto, el poder de ejercer presión a través de la sociedad civil organizada, de los canales de comunicación y de las redes sociales, con el propósito de separar rápidamente a los gobernantes y altos funcionarios corruptos, antes de que agraven más la situación.

Un pueblo que actúa en el momento preciso; es decir, cuando se observan los primeros indicios de corrupción: sufre menos y se recupera más rápido de todos los traumas…

El ciudadano que desea competir en la carrera presidencial, en cualquier nación del mundo, debe prepararse rigurosamente para ser un excelente estadista y no un oportunista.

Con el dinero se podrá comprar a mucha gente que no tiene dignidad y una silla presidencial; pero, jamás se podrá comprar al verdadero estadista.

El buen estadista no se compra ni cae del cielo. Éste se va formando a través de los años: con sacrificio, trabajo honrado, buena educación;  el amor a la familia, los valores morales y la fe cristiana.




Por:                                                                                                                       Eric Enrique Aragón

sábado, 29 de agosto de 2015

Donald Trump y sus desaciertos racistas…

No cabe la menor duda de que el magnate y multimillonario, Donald Trump, es un hombre que se levanta por encima de la gente común. Pertenece a una casta privilegiada, con grandes habilidades y excelente inteligencia. Este señor conoce perfectamente el manejo de la opinión pública y cómo utilizar a la gente en su beneficio. Es por esta razón que él y sus asesores han cuantificado el impacto en su campaña, por lo menos a mediano plazo, de sus declaraciones humillantes contra todos los mexicanos residentes en Estados Unidos.

En Estados Unidos, como en cualquier otro país, una parte de la población se opone a las inmigraciones masivas o que procedan de ciertos países. ¿Por qué? por muchas razones: ya sea por la “supuesta” disminución de las plazas de empleos para los nacionales, o porque traen malas costumbres y cometen muchos delitos en el país que los recibe… y muchas razones más. Algunos argumentos tienen buena base y otros son totalmente descabellados…

El señor Trump sabía perfectamente que haciendo declaraciones racistas, los medios de comunicación iban a proyectar su imagen a nivel nacional, casi inmediatamente y asimismo se ganaría a millones de estadounidenses “puros”, que sufren mucho por la inseguridad y otros que todavía recuerdan con nostalgia la época del Ku klux klan. Razón por la cual, estos ciudadanos creen ingenuamente que los inmigrantes latinos, los afroamericanos y otras minorías étnicas son los causantes del mal social que padece ese próspero país.  Donald Trump y su equipo de asesores, simplemente, están aprovechando políticamente esta situación social.

No obstante, el enfoque con el cual está manejando su campaña política le va a traer grandes problemas económicos y enemigos a este señor. Es un total desacierto arremeter contra los inmigrantes mexicanos, calificando a éstos, como: “traficantes de drogas y violadores”. Es lógico que las estadísticas reflejen que los mexicanos cometen muchos delitos, pues, es la minoría de origen latino, más representada en suelo estadounidense, sobre todo, en el estado de California y en otros estados fronterizos con México, tales como: Arizona, Nuevo México y Texas. Pero, el señor multimillonario, incurre en un grave error al decir que todos son malos. Concepto falso. La mayoría de inmigrantes mexicanos son trabajadores y gente sana, que llegó a Estados Unidos buscando mejor calidad de vida –sueño americano- al igual como lo hicieron los colonos irlandeses, ingleses y de otras regiones de Europa, cuando llegaron a Estados Unidos, hace varios siglos.  Además, al señor Trump se le olvida que millones de estadounidenses, por nacimiento, son de ascendencia mexicana. Por otro lado, prominentes hombres y mujeres que han contribuido al desarrollo económico, social, político y científico de Estados Unidos; incluso, que han sido presidentes, como por ejemplo la familia Bush (aún el señor Donald Trump no lo es), llevan en sus venas, también, sangre mexicana; o están casados con personas de origen mexicano.

Los ataques del señor Trump contra los mexicanos, se deben considerar como ataques a todos los latinos residentes en esa gran nación, campeona de la democracia, la libertad de prensa  y los derechos humanos. Todos los latinos sean de América o procedentes de Europa: somos hermanos y tenemos los mismos derechos y deseos de superación que los irlandeses e ingleses. El mundo ha cambiado en los últimos años, tanto así que cada vez más se pierde la pureza de la raza, los negocios son globales y la información corre a la velocidad de la luz. Los países más industrializados del planeta, como los Estados Unidos de América, le deben a las minorías étnicas grandes aportes y sacrificios, que fueron necesarios, aún lo son y siempre lo serán para llegar y mantenerse en la cumbre…

El futuro presidente de los Estados Unidos debe ser un conciliador a nivel nacional e internacional, y no un motivador del resurgimiento del racismo, de las luchas de clases y de la humillación. El futuro presidente de la nación más poderosa e influyente del mundo entero, debe ser sabio y prudente para enfrentar y resolver los problemas… No puede ser engreído, ni creer que tiene el monopolio de la verdad o pretender con su dinero avasallar a los demás… Señor Donald Trump, “el mundo es otro”… Usted lo sabe… Bastante se ha beneficiado de los latinos y ahora cree que los puede humillar a su antojo… ¡Este negocio le salió mal a usted Donald Trump!



 Por:                                                                                                                
 Eric Enrique Aragón